En lo que va de año se han producido un total de 82 agresiones de presos a los funcionarios que trabajan en las cárceles españolas, una cifra que sigue siendo alta a pesar de la reducción de la población reclusa en los últimos años, en un 5,5% y al protocolo aprobado por Interior hace cinco años.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias firmó, en 2017, con lo sindicatos UGT y CSIF, un protocolo, conocido con el nombre de PEAFA, para luchar contra las agresiones al personal penitenciario. Ese año, la cifra de ataques a funcionarios se fijó en 305 casos. Entre 2011 y 2016 los empleados públicos habían sufrido 2.206 agresiones, una media diaria de una agresión con lesiones (427 agresiones en 2011; 406 en 2012; 314 en 2013; 359 en 2014; 351 en 2015 y 359 en 2016)., según datos facilitados por el organismo de Interior a la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP).

La reducción de presos no ha influido en el número de agresiones

El protocolo ha permitido disminuir de manera moderada las agresiones, pero no lo que los funcionarios esperaban, teniendo en cuenta que entre los años 2017 y 2020, la población reclusa se ha reducido en 2.845 presos, un 5,5% menos.

"Trabajamos en un medio hostil, duro y peligroso", afirma el secretario general de la APFP, Francisco Javier López, que subraya que "la media es de tres agresiones a funcionarios cada ciclo de trabajo".

Los funcionarios temen sanciones, si denuncian

López pone el foco en la negativa de muchos funcionarios víctimas de conductas violentas a denunciar porque, según el protocolo, cuando ocurre una agresión, "la Subdirección General de Análisis de Inspección abre una investigación interna, en la que se analiza pormenorizadamente si el empleado ha cumplido las normas de protección y prevención, a través de los vídeos grabados en las prisiones. Si se ha incumplido alguna norma, como no llevar guantes o el chaleco de protección, el empleado puede ser sancionado". 

"Esto hace que en muchos casos los trabajadores se abstengan de denunciar", con el resultado de que las estadísticas sobre las agresiones  bajan "no porque se hayan reducido realmente, sino porque hay menos denuncias registradas".

Una plantilla cada vez envejecida

El sindicato considera otro problema el envejecimiento de la plantilla en las prisiones. "No ha habido una programación adecuada de las necesidades de personal a través de convocatorias de oposiciones", afirma Francisco Javier López, que fija la edad media de los funcionarios en los 55 años o más. "Hay más de 6.942 funcionarios con edades entre los 55 y 69 años, que en los próximos 10 años se jubilarán". 

Las cárceles más peligrosas

Desde el año 2004 hasta mayo de 2020 los profesionales penitenciarios han padecido 6.351 agresiones. Estas son las cárceles donde se ha vivido el mayor número de agresiones a funcionarios.

Cárceles con el mayor número de agresiones. Fuente Instituciones Penitenciarias