La salubridad del Gobierno de coalición ha pasado por mejores momentos. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantienen desde hace meses una relación más tensa de lo habitual y, en lugar de atajar con celeridad los problemas, los han pospuesto. El presidente del Gobierno y el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 tenían previsto reunirse la pasada semana, concretamente el jueves, pero se aplazó y por el momento no hay atisbo de que se produzca la cita en las próximas horas.
Varios son los escollos que perturban Moncloa: la ley de vivienda, el paquete legislativo en materia de Igualdad, la ruptura de la tregua de Unidas Podemos contra la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, el caso Hasel, la defensa de la Corona y, en menor medida, la renovación del CGPJ.
Hasta el inicio de la campaña de las elecciones catalanas la convivencia era plácida, pues en una situación de pandemia no es difícil ponerse de acuerdo. Socialistas y morados aparcaron sus diferencias para afrontar el coronavirus y, con algún que otro desacuerdo puntual, lograron mantenerse unidos. Pero fue arrancar el curso 2021 y con el plan de vacunación ya en marcha y el 14F en el horizonte optaron por desenterrar el hacha de guerra.
Desde entonces, el cruce de declaraciones es la tónica habitual. Mientras ministros socialistas censuran la violencia en las calles con motivo de la excarcelación del rapero Pablo Hasel y arguyen a una reforma de la libertad de expresión, los morados alientan las protestas.
Otro frente abierto es la defensa de la Corona. Pedro Sánchez se esfuerza en desvincular las “incívicas accciones” del rey Emérito Juan Carlos I al tiempo que ensalza al actual monarca, Felipe VI. Un juego de malabares del que no participa Pablo Iglesias, cuya postura es de sobra conocida.
La génesis del conflicto
Este lunes se celebra el 8M, Día Internacional de la Mujer. Una señalada fecha que llega con el Gobierno absolutamente dividido en esta materia, hasta el punto que es el campo donde se ha dado la lucha más encarnizada hasta la fecha.
La denominada ley Zerolo provocó un gran revuelo, pues UP había acordado con el PSOE profundizar en una norma de este calado y presentarla juntos. Sin embargo, los socialistas se apresuraron a iniciar los trámites del articulado sin tener en cuenta a la Dirección de Igualdad de trato, que pertenece al Ministerio de Igualdad, cuya ministra es Irene Montero.
Los de Sánchez defenestraron meses de negociaciones y avances para tomar la delantera en un asunto capital para ellos. Los morados manifestaron su “enorme malestar” y, pese a que las asociaciones y ONGs instaron a ambas formaciones a aparcar sus diferencias y mejorar la ley, los de Pablo Iglesias insisten en que se saltaron el pacto de Gobierno, maniobraron a sus espaldas y no se les tuvieron en cuenta.
Fuentes del Ministerio de Igualdad señalan a este periódico que “ya dijimos hace un mes, cuando se registró unilateralmente, que era saltarse el acuerdo de gobierno y romper siete meses de negociaciones”.
“Las prisas con las que se registró unilateralmente la ley quizás puedan tener que ver con el bloqueo a las leyes LGTBI y Trans”, censuran. Cabe recordar que la cartera dirigida por la ministra Irene Montero tenía previsto llevar al Consejo de Ministros del próximo 23 de febrero tanto el anteproyecto de la ley Trans junto a la ley LGTBI. Sin embargo, desde Igualdad han acusado a la vicepresidenta, Carmen Calvo, de bloquear ambas. Es la vicepresidenta quien decide los asuntos tratados en el Consejo de Ministros.
“El PSOE debe dejar de bloquear la tramitación de la ley LGTBI y la ley Trans y debe respetar el acuerdo de Gobierno en materia antidiscriminatoria”, denuncian desde Podemos.
La tregua a Delgado
Unidas Podemos había optado por el silencio cómplice tras trascender que la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, se había reunido con la cúpula de Okdiario mientras José Manuel Villarejo salía de prisión. Pero los morados han dicho basta. La formación liderada por Pablo Iglesias pidió junto a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu la comparecencia de Delgado para explicar “la reunión mantenida con Eduardo Inda, conocido socio del excomisario José Manuel Villarejo en denominadas 'cloacas del Estado’”.
El socio del PSOE en el Gobierno rompió así la tregua decretada, coincidiendo con la investigación abierta por la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre un tuit del portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, en el que apoyaba y alentaba las protestas celebradas a raíz de la excarcelación del rapero Pablo Hasel.
Quien dio el primer paso de la fractura fue el propio Iglesias, de forma críptica y a través de un tuit: Allá por 1988 dijo Felipe González: El Estado de Derecho se defiende en las tribunas y en los salones, pero también en los desagües’. Hoy en los desagües se sigue defendiendo el statu quo pero hay focos, maquillaje, amistades y encuentros extraños… Y atronadores silencios”.