El hit político de este verano tiene que ver con los currículums falsos y las mentiras en la trayectoria académica de los políticos. Después de la dimisión de la ya exdiputada Noelia Núñez, han seguido otros casos -a veces no han ido acompañados de dimisión- como el del presidente del Senado, Pedro Rollán, o la número tres de Isabel Díaz Ayuso, Ana Millán, imputada a su vez por cuatro delitos. Sí los hay que han abandonado su puesto, como Ignacio Higuero (Vox Extremadura).
Falsear un currículum, sobre todo cuando das especial importancia a la meritocracia y eres un alto cargo, siempre es grave, pero hay ejemplos más acusados que otros. En este sentido, también fechado en los últimos días, en la parte más alta de esa pirámide se encontraría, entre otros, el nombre de Tomás Burgos Gallego.
Se trata nada menos que del viceconsejero de la Presidencia, Interior, Diálogo social y Simplificación administrativa de la Junta de Andalucía. O lo que es lo mismo, una de las personas más importantes dentro del Ejecutivo de Juanma Moreno Bonilla. Asimismo, antiguo diputado en el Parlamento español por Valladolid durante caso una veintena de años y ex secretario de Estado de Seguridad Social en la era de Mariano Rajoy, dijo ser médico a pesar de no poseer ninguna titulación que le acreditara como tal.
Más concretamente, tal y como viene repasando estos días este periódico y otros medios de comunicación, Burgos falseó su currículum a finales de 2011 atribuyéndose un título de sanitario que nunca tuvo: el de “médico experto en gestión sanitaria”. Según el portal al que uno se dirija, se limita a explicar que uno de los hombres fuertes de Moreno Bonilla contempla “formación universitaria en Medicina por la Universidad de Valladolid”. Sea como fuera, nada de ello es cierto.
El caso de Alicante
A pesar de la evidencia, el Partido Popular lo mantiene en su puesto, aunque el modus operandi de la formación no siempre ha sido así. Ahora sigue habiendo esa percepción en tanto en cuanto son varios los ejemplos que han ido saliendo desde Núñez de políticos que mienten cuando hablan de su trayectoria académica, pero no todos dejan su puesto. Y el caso que concierne estas líneas no es una excepción. De hecho, encuentra su origen o, al menos, un ejemplo similar, en un caso de Alicante de hace años.
Fue en 2007 y ocurrió en la localidad de Villajoyosa. El nombre del finalmente damnificado fue el de José Miguel Llorca Senabre, que por aquel entonces fue cabeza de cartel de los ‘populares’ en la alcaldía en las elecciones municipales que habían tenido lugar con anterioridad. Así las cosas, a mediados del mes de junio, Llorca presentó su renuncia.
En una carta abierta a la ciudadanía, reconoció lo que habían adelantado informaciones periodísticas: “Me desnudo ante vosotros. Es cierto que mi situación personal me impidió completar mis estudios de Medicina”. A continuación, dijo que se debía a “un gran error” por el que, entendía, tenía que asumir “su responsabilidad”.
“Quien de vosotros tenga la capacidad de perdonar, que me perdona, y quien no, que me disculpe”, indicó. Con todo, preguntó cómo ante un “error” que cometió de joven “es posible que alguien tirara la primera piedra sin analizar su propia trayectoria”. Como suele ocurrir en estos casos, también hizo hincapié en que existía una intromisión a su vida privada.
Ahora, en Andalucía
Volviendo a lo que tiene que ver con Burgos, en la página web del Congreso mantenía que poseía un título de “Medicina y Cirugía” por la universidad pucelana, lo que daba a entender que era licenciado en dichas disciplinas por la facultad vallisoletana.
El propio Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España lo entendió así en su diario digital Médicos y Pacientes, correspondiente al 11 de diciembre de 2011, cuando publicó un artículo titulado de esta manera y suprimido después: “18 médicos en la nueva Cámara Baja del Parlamento”. El primero de esa lista era, precisamente, quien ahora desempeña un puesto de importancia en la comunidad del sur, tal y como exponía una información de El País.
La polémica alcanza a Moreno Bonilla
La controversia llega hasta el presidente de la Junta de Andalucía, y es que el propio Moreno Bonilla encuentra varias versiones de su CV. En el año 2000, cuando él apenas tenía 30, aparecía con una licenciatura en Dirección y Administración de Empresas junto a un Máster en Dirección y Administración de Empresas por EADE.
En 2004, ya en la circunscripción de Málaga y con motivo de los comicios generales, pasó a tener tan sólo “estudios en Dirección y Administración de Empresas” y añadió un Programa para el Liderazgo en la Administración Pública (IESE) al Máster que ya tenía en la legislatura anterior.
Cuatro años después desapareció cualquier referencia a estudios superiores de la web del Congreso, y en 2011, entre otras cuestiones, resucitó los estudios superiores, aunque en calidad de “grado (licenciado) en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela.