Nueva semana con relativa intensidad en la Carrera de San Jerónimo. Este miércoles se celebrará otra sesión de control al Gobierno. Esta vez, desprovista de un debate maratoniano fruto de la comparecencia ómnibus del presidente, como la pasada semana. El pleno se celebrará 24 horas antes de que el Congreso de los Diputados previsiblemente apruebe de manera definitiva el proyecto de Ley de amnistía. El PP utilizará estas horas previas como calentamiento para la guinda del pastel de esta semana, dibujando una España “ingobernable” que deriva de la “debilidad” del Gobierno tras la caída de la modificación de la Ley del Suelo y el articulado contra el proxenetismo.
El Partido Popular buscará este miércoles calentar la sesión de control previa a la aprobación de la amnistía y enmarcada en plena campaña para las elecciones europeas. El bagaje momentáneo no arroja buenas proyecciones para los conservadores, quienes han visto cómo su optimismo inicial ha entrado en barrena. Génova prepara el pleno de este miércoles sin perder de vista estas dos cuestiones, a modo de espaldarazo que culmine este próximo jueves con una oposición dura a la medida de gracia.
En el recetario que manejan en el cuartel general conservador optan por el ingrediente de la “debilidad” del Gobierno, especialmente tras una semana en la que el Ejecutivo ha cosechado dos derrotas parlamentarias cuasi consecutivas, amortiguadas por el balón de oxígeno de la comparecencia ómnibus de Sánchez. Monográfico del presidente que le valió para anunciar la fecha -este martes- en la que España aprobaría de manera oficial el reconocimiento al Estado palestino. En Génova ven a la coalición “rota” tras las discrepancias palpables entre PSOE y Sumar, y a su vez de los socialistas con sus aliados en la Carrera de San Jerónimo.
El PP dibujará un Ejecutivo "debilitado" y una España "ingobernable"
Sobre ello abundarán en la sesión de control al Gobierno de este miércoles, interrogando tanto al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, como a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. El PP agrega estos ingredientes en una sopa primordial que resultará en el esquema de un país “ingobernable”, extrapolando la idea del 9J como plebiscito contra Moncloa. Una derrota socialista en las europeas dejaría, a su modo de ver, la legislatura “en suspenso”.
Habida cuenta de ello, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, eligió este punto como eje vertebrador de su cara a cara con Sánchez previo a las europeas. “¿Le preocupa la gobernabilidad de nuestro país?”, reza la pregunta registrada por la principal fuerza de la oposición. Los conservadores acompañarán a su jefe de filas en la tentativa de cerco a los socialistas, colocando la tilde sobre la delicada situación que atraviesa, a su parecer, la relación de conveniencia en la coalición. Tensiones visibilizadas a raíz de la negativa de los magentas a respaldar los textos socialistas la pasada semana y las fricciones en lo relativo a cuestiones geopolíticas como Israel y el envío de armas a Ucrania.
Estabilidad de la coalición
No suena lejano el zumbido de las tiranteces entre las dos sensibilidades de la coalición. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, acusaba al socio mayoritario del Ejecutivo de deslealtad al no someter el envío de armas al escrutinio parlamentario. Por este camino tirará la diputada conservadora y vicesecretaria de Sanidad y Educación de la formación, Ester Muñoz, que interrogará a la vicepresidenta segunda sobre su valoración acerca de la “estabilidad” de la coalición.
Buscarán también el choque con el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. La portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, interpelará al superministro para que aclare “cuáles son los aliados del Gobierno” tanto dentro como fuera del propio Ejecutivo. En cambio, Bolaños deberá solventar el “ninguneo a las Cortes” que los populares atribuyen al Gobierno; mientras que Borja Sémper abundará sobre si la Ley de Amnistía se integra en el “plan de regeneración democrática prometido por Sánchez”.
Asimismo, los conservadores dedicarán tan sólo una pregunta dirigida a la situación “política, económica y social” de España. Brochazo gordo que se diluye entre las paladas de tensión interna que identifican en el seno de la coalición. Un debate, por otro lado, del que emanará una moción que será votada tras las elecciones europeas.
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