La Comisión Europea ha propuesto este martes que los Estados miembros puedan establecer centros migratorios en países externos a la Unión Europea donde los migrantes cuyas peticiones de asilo sean denegadas puedan esperar su deportación.
En estos momentos, los Estados miembros de la UE están esforzándose para asegurara que los migrantes en situación irregular abandonen sus territorios. Esta propuesta enfrenta el problema planteando enviar a estos migrantes a instalaciones que han denominado “centros de retorno” en países fuera de la UE mientras esperan a los procedimientos para ser deportados. “La UE tiene una de las normas de asilo más estrictas del mundo, pero esto no es sostenible si las personas que no tienen este derecho abusan del sistema”, ha dicho el Comisario Europeo de Asuntos de Interior y Migración, Magnus Brunner, en una conferencia este martes. “Solamente una de cada cinco personas que son rechazadas abandona realmente la UE, y eso no es aceptable”.
Este nuevo plan pretende crear unas regulaciones comunes para toda la Unión, para que cuando se ordene a una persona migrante que abandone un Estado miembro, abandone por completo la UE. La propuesta, que aún está pendiente de aprobación por el Parlamento Europeo, es parte del acuerdo migratorio firmado por los Veintisiete a finales de 2023. La migración es todavía un tema sensible en la mayoría de los países europeos, aunque los datos muestran una caída del 38% en la inmigración ilegal durante el último año, siendo el número más bajo desde 2021.
Criticas de defensores de los derechos humanos
La propuesta se ha enfrentado a las criticas de grupos y activistas por los derechos humanos, que sostienen que podría dar lugar a violaciones de los derechos humanos y a la detención prolongada de inmigrantes por motivos imprecisos y punitivos. “La Comisión Europea ha capitulado ante las exigencias inviables, costosas e inhumanas de unos cuantos gobiernos contrarios a los derechos humanos y la inmigración”, ha declarado este martes Eve Geddie, directora de Amnistía Internacional.
Bajo las leyes actuales, la UE solo puede deportar a los migrantes en busca de asilo a sus países de origen o a los países de los que han transitado, en caso de que estos se acepten las devoluciones. Los “centros de retorno” son un eufemismo para centros de deportación en países fuera de las fronteras de la UE. “Podemos esperar que se encierre a más personas en centros de detención de migrantes por toda Europa, familias separadas y personas enviadas a países que desconocen”, ha dicho Silvia Carta, trabajadora de la Plataforma Internacional de Cooperación para Migrantes Indocumentados.
La UE no será la responsable de la construcción ni de la gestión de estos centros. En su lugar, negociaría con países que estén dispuestos a acoger a los migrantes indocumentados que hayan sido rechazados. Marta Welander, defensora de los derechos humanos y miembro del Comité Internacional de Rescate señala el riesgo de violar derechos. “Mantener a personas deliberadamente fuera de la vista y de la mente no es una solución sostenible a los retos migratorios que enfrenta Europa”.
La UE defiende su medida
Por su parte, la Comisión Europea ha insistido en que los países donde se instalen los centros deberán cumplir con las leyes europeas y garantizar los derechos humanos universales para, precisamente “evitar que esta situación se encuentre en un limbo legal”. Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión a cargo de la seguridad ha dicho que la inmigración ha sido explotada por los populistas para obtener redito político: “Cuando permanecen en la UE personas sin derecho a quedarse, se socava la credibilidad de toda nuestra política migratoria”.
El año pasado, en torno a 1 millón de personas solicitaron asilo dentro de la Europa sin fronteras del Tratado Schengen, una caída de un 11% respecto al año anterior, pero el segundo año consecutivo que las peticiones de asilo superan el millón desde 2015-16, según informa la Agencia para el Asilo de la Unión Europea. En 2024, tan solo el 42% de las peticiones de asilo fueron aceptadas.
El año pasado, la UE aprobó numerosas medidas para endurecer el control migratorio, muchas de ellas aún no han sido implementadas, pero no ha sido capaz de encontrar un acuerdo para establecer una ley de deportación. La Comisión prometió solucionar este asunto tras la enorme victoria de la extrema derecha europea en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024, un resultado que se debe en gran medida a la cuestión migratoria.