Ha pasado apenas medio año desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizaba una gira africana por Mauritania, Gambia y Senegal. A finales de agosto del pasado año, el mandatario español cerraba una serie de acuerdos con estos países para fomentar los planes de migración circular. O lo que es lo mismo, contratar a inmigrantes en origen para que acudan de forma temporal a España a desempeñar trabajos que habitualmente los españoles rechazan, debido a sus condiciones duras y precarias, y retornarlos una vez concluida.
El principal sector receptor de estos trabajadores subsaharianos es el agrario, dependiente de las temporadas de recogida, que cada año depende más de la mano de obra extranjera. La última de las llamadas se ha producido desde Huelva, provincia a la que en 2024 ya llegaron casi 14.000 empleados para la campaña de recogida. A Mauritania, Senegal y Gambia ha llegado una oferta de 350 puestos de trabajo y se han postulado ya en torno a 30.000 personas en lo que es una respuesta masiva.
Además, en dos de los tres países las imágenes que se han vivido son dantescas, dado que en primera instancia se requería acudir presencialmente a presentar la solicitud. “Había gente haciendo cola desde las cuatro de la madrugada. Hubo empujones, personas que trataban de pasar por delante, de todo. Me sorprendió ver a estudiantes y personas que tienen un buen trabajo. Todo el mundo quiere irse”, traslada a ElPaís uno de los aspirantes, que alberga pocas esperanzas de ser el seleccionado de entra tantos candidatos.
No obstante, la diferencia salaria entre lo que puede percibir un ciudadano por un par de meses de trabajo en España y lo obtenido en estos países de origen empuja a probar suerte. Al cambio de divisa, el sueldo de dos meses que percibirán los migrantes puede suponer la misma cuantía que cobrarían por dos años de trabajo completo en su país de origen. Este gran salto ha propiciado que se produzcan las imágenes de colas interminables y situaciones de tensión, obligando a los Gobierno de Senegal y Gambia a abrir canales telemáticos.
Más de 20.000 trabajadores al año
En los dos últimos años llegaron a España en torno a 40.000 personas a trabajar de forma temporal, unas 19.000 en 2023 y más de 20.000 a lo largo del presente 2024. Estas contrataciones se producen a través del Ministerio de Migraciones, que el pasado 30 de diciembre aprobaba una nueva Orden GECCO, que introdujo cambios como la modificación temporal de los contratos, pasando de ser por año natural a contabilizar el tiempo por fecha de inicio y finalización del mismo.
Desde la cartera liderada por Elma Saiz aseguran que el programa garantiza derechos y garantías a los miles de inmigrantes, principalmente mujeres, que se desempeñen laboralmente en España. Estos programas de migración circular, que se han desarrollado históricamente con países como Marruecos, “constituyen una herramienta de crecimiento mutuo, que refuerza los lazos con nuestros socios internacionales, y promueve una migración ordenada, regular y segura”, trasladaba la ministra en el momento de aprobación de la orden.
De cara a 2025 se suman los socios africanos que visitó Sánchez el pasado verano y desde Migraciones esperan el mismo éxito que anteriores convocatorias laborales. “Hace dos generaciones éramos nosotros quienes migrábamos a países del entorno para realizar trabajos, muchas veces de temporada. Esta Orden garantiza que se dé un trato tan digno a los que vienen de fuera como el que exigimos para nuestros trabajadores en España”, trasladaba Saiz.
¿Cómo funciona la migración circular?
La circular es, para el Ejecutivo, un ejemplo “paradigmático” de migración regular, ordenada y segura que ofrece una "triple ganancia": “permite a las personas encontrar oportunidades en el extranjero sin romper los vínculos con su país en origen; favorece que empresas encuentren los perfiles cualificados que requieren; y es, a nivel bilateral, una herramienta de cooperación y relación entre países a nivel internacional”. Además, tras la reforma del reglamento de extranjería, los procedimientos de la migración circular se han simplificado enormemente.
La fórmula de contratación de los inmigrantes es la figura fijo discontinuo, dando una autorización de cuatro años de duración que habilita a trabajar un máximo de 9 meses al año. Esto permite que los trabajadores puedan venir todos los años a trabajar y retornen tras ese periodo con las garantías establecidas en su contrato de que serán convocados en la siguiente estación o temporada. “Antes de la reforma, estos proyectos tenían que tramitarse año a año, y ahora mismo se hace una vez cada cuatro, reduciendo de manera muy relevante todas las cargas administrativas para todas las partes”, destacan desde Moncloa.