El voto latino fue la columna vertebral para el éxito de Trump en las elecciones estadounidenses del año pasado, algo que parece contradictorio dado las políticas antinmigrantes del entonces candidato y ahora presidente Donald Trump. Las encuestas de AP demuestran que Trump ganó 43% del voto latino, un incremento de 14 puntos de las elecciones de 2020.
Sin embargo, ahora el Gobierno de Estados Unidos ha anulado la prórroga del estatus de protección temporal (TPS) concedida por la anterior Administración de Joe Biden a cientos de miles de inmigrantes venezolanos. Además, ha iniciado una operación de deportación masiva de inmigrantes ilegales de Estados Unidos y ha amenazado a varios países latinoamericanos con aranceles exorbitantes como forma de represalia por su supuesta falta de cooperación o para proteger a la economía estadounidense.
La nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha afirmado que la Administración de Trump no tendrá "las manos atadas" por los compromisos previos, en una entrevista en Fox News en la que ha dado carpetazo a una medida que el anterior presidente, Joe Biden, suscribió apenas diez días antes de dejar el cargo. Esta medida amplío año y medio más el TPS para venezolanos, lo que evitaba deportaciones de manera inminente o facilitaba que estos migrantes pudiesen trabajar de manera legal en Estados Unidos.
Noem ha apelado a la seguridad y al hecho de que "la justicia debe aplicarse por igual" a todas las personas. "No podemos decir a los ciudadanos estadounidenses que cumplan la ley mientras las personas de otros países no lo hacen", ha alegado.
La paradoja del voto latinoamericano
Históricamente, los votantes latinoamericanos han estado relacionados con el partido Demócrata, por lo que su apoyo a Trump fue una sorpresa para muchos. Varios políticos americanos han comprendido, especialmente en los últimos años, la importancia del voto de la población latina en Estados Unidos, creando una estrategia que se dirige epecíficamente a ellos.
Michelle Obama publicó uno de los primeros anuncios dirigidos a la comunidad latinoamericana en español y Trump realizó un directo en X en la que respondió a las preguntas de ese sector de la población. Cada vez más, los políticos estadounidenses se enfocan en atraer el voto latino -componen el 15% de todo el electorado-, pero la transición al partido Republicano ha sido una sorpresa para muchos.
Una cuestión que ha influido en la migración del voto ha sido la religión. Una entrevista con el Pastor Samuel Rodriguez con PBS explicó que los latinos se están volviendo cada vez más evangélicos, una ideología que fomenta la adopción de valores conservadores que casan con los republicanos. Esta matriz explica la segunda razón que explica el Pastor: los niños. Expone que la población latinoamericana rechaza la intromisión del Estado en los valores de sus hijos; un ejemplo fue durante la pandemia cuando se impuso la vacunación obligatoria, ideología de género y otros temas controvertidos en la sociedad americana.
Sin embargo, las dificultades económicas han sido uno de los temas centrales de la campaña de Trump, no solo para la población latina sino para todos los ciudadanos estadounidenses. Expertos han señalado que los latinoamericanos sufrieron más económicamente durante la administración de Biden que en el primer mandato de Trump, de acuerdo con el LA Times. Familias obreras se vieron especialmente perjudicadas por las medidas de la pandemia del covid dado que la inflación y, subsecuentemente, los precios, subieron sustancialmente.
Si Trump es abiertamente xenófobo, ¿por qué le votaron los latinoamericanos?
Curiosamente, pese a las promesas de Trump de construir un gran muro, endurecer las políticas migratorias y llevar a cabo “una deportación masiva”, el 63% de los votantes latinos no consideran que la retórica xenófoba del presidente estaba dirigida hacia ellos, según The Conversation. Este sector de votantes suma 36,2 millones de personas con una diversidad de clase, étnica, género, etc., que les diferencian. Por ello, algunos votantes latinoamericanos se consideran étnicamente blancos -un concepto cultural y no racial-, lo que podría explicar por qué más de la mitad de esta sección del electoral no se sienten apelados al estar expuestos a una retorica violenta hacia los inmigrantes.
Por otro lado, una parte de los votantes están a favor de la política de inmigración estricta que busca imponer Trump. Una entrevista en la BBC desveló que personas como Daniel Campo, un americano venezolano, explicó que el “socialismo” con el que amenaza Trump le recordaba a la situación en Venezuela. “Las cosas se tienen que hacer de forma legal. Muchos de nosotros estábamos preocupados que las fronteras estaban simplemente abiertas” bajo la anterior administración, añadió Campo.
Esto es una de las teorías centrales que podrían explicar la tendencia de voto dado que Trump a menudo relacionó a Kamala Harris al comunismo o a la extrema izquierda. Esto es una idea poco atractiva para una gran mayoría de latinos que emigraron desde regímenes autoritarios que vieron sus derechos reducidos y su calidad de vida deteriorada bajo esos regímenes.
Otra explicación se enfoca en el género y el hecho de que la alternativa a Trump era una mujer. Dado la naturaleza conservadora de los votantes republicanos y el avance en los derechos de las mujeres en Estados Unidos, algunos hombres se consideran atacados porque sienten que están perdiendo los derechos de los que disfrutaban anteriormente. Estos votantes expresan nostalgia por las características estereotípicamente masculinos en los sondeos, de acuerdo con The Conversation. Se percibió una brecha notable entre los votantes masculinos y femeninos entre los votantes latinoamericanos; el 47% de votantes masculinos votaron por Trump frente al 38% de mujeres. Esta brecha también se percibió entre la población estadounidense en su total.