Los avances en la XXXII Cumbre Hispano-Portuguesa celebrada este jueves en Trujillo (Cáceres) han quedado solapados por el momento de convulsión interna que experimentan ambos gobiernos socialdemócratas: mientras el primer ministro de Portugal, António Costa, ve cada vez más cerca el adelanto electoral por la negativa compartida de la oposición a aceptar sus Presupuestos Generales; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aún procesa el momento de convulsión en el Consejo de Ministros por las negociaciones de la nueva reforma laboral.

Ambos mandatarios, conocedores de las peculiaridades que cada uno ha de afrontar intramuros, no han dudado en mostrar sintonía frente a los medios de comunicación y alabar la capacidad de gestión que están llevando a cabo en sus países, en las relaciones peninsulares y en la Unión Europea: “Creo que Portugal es un ejemplo de estabilidad que he podido ver tanto en las relaciones bilaterales como en el Consejo Europeo. Hay pocos presidentes de Gobierno que yo haya visto con las capacidades y habilidades de diálogo y capacidad para llegar a acuerdos como António Costa”, ha indicado el líder español. “El presidente Sánchez tiene la voz más fuerte de la Europa progresista. Europa nos ha dicho que la recuperación no puede prescindir de los derechos sociales. No habrá recuperación económica sin respetar los pilares sociales, creando más y mejor empleo, con un sueldo más justo. Pedro Sánchez ha contribuido mucho a conseguir este consenso”, ha añadido el primer ministro portugués, devolviendo así la alabanza de su homólogo.

Las cuentas públicas, previsiblemente, abrirán un horizonte electoral en Portugal. España sigue lejos de un paradigma similar, pero, sin embargo, este viernes acaba el plazo de enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado y las amenazas de diversos grupos parlamentarios (PNV, ERC, Junts, CUP…) hacen presagiar una negociación bastante más complicada de la que el Gobierno tenía en mente. Situaciones paralelas, aunque antagónicas, que el presidente del Gobierno español y el primer ministro portugués han afrontado de forma distinta.

“Tengo la costumbre de no hablar de política nacional cuando estoy en el extranjero”, ha reiterado en repetidas ocasiones António Costa a las preguntas de sus compatriotas. “La única persona que puede y debe responder a su pregunta es el presidente de la República de Portugal. Actuaremos en función de su decisión”, ha añadido a la pregunta de si el país luso se dirige a un horizonte electoral.

“Lo que es evidente es que ahora mismo la ciudadanía lo que está reclamando al conjunto de la política en España es estabilidad y avances sociales”, ha explicado Sánchez, pidiendo visión de Estado y futuro a los diferentes grupos parlamentarios implicados en la negociación de las cuentas de 2022. “La sociedad necesita de la respuesta pública y de unos Presupuestos que consoliden la recuperación y que, a la vez, protejan desde el punto de vista social a las personas más desfavorecidas”, ha remarcado.

La reforma laboral, compromiso de Sánchez

El día ha arrancado con dos imágenes para trasladar calma. Un afectivo saludo entre Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y plenipotenciaria en las negociaciones de la reforma laboral, y Pedro Sánchez y un paseíllo conjunto y con gesto amable de las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno. Una especie de pacto de no agresión que llega tras días de envites internos a cuenta de dos temas: la “coordinación” de los equipos en la mesa de diálogo social y el alcance de “contenido” de la nueva ley del mercado laboral.

El primero de estos problemas quedó soliviantado con un acuerdo que convertía a Díaz en la líder de las negociaciones en las reuniones de los miércoles con sindicatos y patronal, aunque escoltada por representantes de ministerios socialistas, y encuentros los martes para hablar sobre cómo avanzan las negociaciones lideradas por Pedro Sánchez y con presencia de todos los ministerios implicados.

Sin embargo, el segundo de los aspectos, el referente a los contenidos de la nueva norma, sigue palpitando en el seno de la coalición. El presidente del Gobierno, de hecho, ha rehuido este jueves en la rueda de prensa posterior a la cumbre bilateral a dos preguntas en las que tanto Trabajo como los sindicatos han mostrado especial interés: ¿Se mantendrá la ultraactividad? ¿Primarán los convenios sectoriales sobre los de empresa?

Sin embargo, Sánchez sí que ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad sobre si esta crisis puede provocar una ruptura entre socios: “La legislatura va a durar hasta el año 2023. Luego serán los españoles quién lidera el Ejecutivo, pero nosotros trabajaremos para que las fuerzas progresistas tengan incluso mayor representación para realizar avances sociales como los que estamos haciendo”, ha explicado.

“Este es un Gobierno que cumple con sus compromisos: dijimos que subiríamos el SMI, dijimos que aprobaríamos la Ley de Eutanasia, dijimos que aprobaríamos una nueva ley educativa, que pondríamos en marcha los ERTE… y lo hicimos. Yo asumí un compromiso con el Gobierno, con la ciudadanía y con la UE, y es necesario cumplirlo”, ha añadido, indicando que es necesario recuperar consensos entre los diferentes agentes sociales que se quebraron en 2012 por la contrarreforma del PP.

Los acuerdos de Trujillo

De la primera cumbre bilateral entre Portugal y España tras la pandemia ha salido el compromiso claro de reinventar la movilidad en la península. “Algo que compartimos el primer ministro portugués y yo es que las cumbres bilaterales deben tener un término que justifique su celebración: la de Trujillo es la de la movilidad sostenible, ya que tanto España como Portugal tienen una disposición parecida”, ha indicado Sánchez.

Además, el presidente del Gobierno se ha comprometido a luchar en cuatro líneas clave: la industria del automóvil (favoreciendo el vehículo eléctrico), la transición ecológica (mediante el impulso del hidrógeno verde), la puesta en marcha de programas aeroespaciales y el desarrollo de infraestructuras digitales.

Al margen, ambos mandatarios han hablado de la situación del ferrocarril, con especial mención a la situación que atraviesa Extremadura: “En verano de 2022 la conexión entre Plasencia y Badajoz será una realidad”, ha prometido Sánchez. “La cuestión del ferrocarril debemos agilizarla. Estamos trabajando en la frontera para establecer conexiones importantes con Extremadura, Vigo y Salamanca con los puertos atlánticos de Portugal”, ha añadido Costa, explicando que, además, para él sería un sueño unir el corredor mediterráneo con una línea entre el Algarve portugués y Andalucía.