La respuesta de la Alianza Atlántica a las exigencias rusas para que haya una desescalada de las hostilidades ha sido recibida de forma fría en Moscú. El Kremlin ha solicitado “tiempo” para leer al detalle el informe de situación elaborado por la Casa Blanca, interlocutor en nombre de la OTAN elegido por Putin, a fin de proporcionar un nuevo listado de exigencias que se ajusten al marco de las negociaciones vigentes: “Claro que vamos a necesitar algún tiempo para analizarla. No vamos a apresurarnos con las conclusiones”, ha explicado Dimitri Pesliv, portavoz del gobierno ruso.

Desde Rusia consideran que Occidente está incumpliendo las declaraciones de Estambul (1999) y de Astaná (2010) firmadas en el marco de la OSCE, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, y que en su momento fueron defendidas como inexorables. Ha sido el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, el encargado de enumerar las reglas del acuerdo que, en su opinión, estarían siendo vulneradas actualmente por la totalidad de los miembros de la Alianza Atlántica: “Primero: se reconoce el derecho de cada Estado a elegir libremente alianzas militares. Segundo: la obligación de cada Estado de no reforzar su seguridad a costa de la seguridad de otros”, ha indicado, dejando claro sobre negro que el segundo de los principios no se estaría cumpliendo en la actualidad. “El derecho a la elección de alianzas está claramente condicionado por la necesidad de valorar los intereses de seguridad de cualquier otro Estado de la OSCE, incluida la Federación Rusa", ha sentenciado.

Por su parte, el que fuera primer ministro ruso y actualmente vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, ha calificado de "paradoja" la existencia de la OTAN dado que el bloque militar "carece de enemigo alguno que se oponga a Occidente". Además, Medvedev ha considerado inútil la tarea de negociar directamente con los políticos “mentirosos” de Ucrania: “No tiene sentido mantener negociaciones con políticos que mienten, que no cumplen los acuerdos, que toman decisiones contra algunos sectores de su propio pueblo, que no cumplen en lo absoluto sus compromisos internacionales”.

Menos incendiario en sus declaraciones, aunque igual de contundente respecto al análisis de situación, se ha mostrado Alexéi Záitsev, vicedirector del Departamento de Información y de Prensa del Ministerio de Exteriores de Rusia: “Hemos dicho repetidamente que nuestro país no va a atacar a nadie”, ha explicado, añadiendo que desde la Federación Rusa se aprecia como “inaceptable” una guerra entre dos de sus pueblos.

No obstante, y haciendo alusión a los más de 100.000 efectivos desplegados sobre el terreno en la zona cero del conflicto, Záitsev ha explicado que “la relación con Ucrania sigue deteriorándose” y que una retirada de los apoyos de la OTAN a los presididos por Volodímir Zelenski facilitaría la desescalada de las tensiones: “Está claro que las tensiones militares en Europa se reducirían si la OTAN retirase sus fuerzas de los países de Europa del Este. Esperamos que los países de la OTAN dejen de incendiar el conflicto en el este de Ucrania y se abstengan de interferir en los asuntos internos de ese país, lo que debería permitir a los negociadores ucranianos resolver sus diferencias en un diálogo directo”.

Europa y Ucrania aplauden el documento

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha expresado este jueves que desde Kiev no tienen ninguna “objeción” que hacerle al documento enviado a Rusia este miércoles. Además, el dirigente ha reivindicado la importancia de seguir manteniendo relacione fluidas con la Casa Blanca y ha pedido que no se tomen “decisiones sobre Ucrania sin contar con la visión de Ucrania”.

El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, también se ha mostrado satisfecho por el documento enviado a las oficinas centrales del Kremlin. Para Borrell, las directrices fijadas en la respuesta son “una base sólida” para seguir negociando, algo que él mismo hará en Washington a principios de febrero.

En Bruselas consideran que la pelota está ahora en el tejado de Moscú y el devenir de la crisis dependerá de su respuesta a la oferta de la OTAN para negociar cuestiones de seguridad como control de armas y transparencia en las maniobras. En todo caso, la organización militar rechazó las demandas rusas para que garantice que países vecinos del este de Europa no entren en un futuro en la alianza. “Las puertas de la OTAN están abiertas”, manifestó el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

Se intensifican las agendas

Con todas las piezas del tablero interesadas en agotar los cauces de la diplomacia antes de dar ningún paso en falso, las agendas se aprietan y los viajes, tanto a Moscú como a Kiev y Washington, se intensifican sobremanera en los próximos días. Este viernes todas las miradas estarán puestas sobre el presidente francés, Emmanuel Macron, quien tomará las riendas de la parte europea y llamará personalmente a Vladimir Putin.

Macron será el primer mandatario europeo que tendrá línea directa con el presidente ruso. Tras la retirada de la canciller Angela Merkel, el Kremlin elige a París como interlocutor válido, por encima de Berlín. Sin embargo, la alianza francoalemana se hará notar en la conversación, ya que el propio Macron se ha reunido este jueves con su homólogo Olaf Scholz: “Las conversaciones con Rusia siempre han sido muy difíciles, pero lo importante es mantener todos los canales diplomáticos abiertos, pues el objetivo inmediato es desescalar la tensión en la frontera con Ucrania y evitar que los acontecimientos evolucionen en la forma que nadie quiere", ha manifestado el mandatario francés antes de dar inicio a esa reunión.

Sin embargo, Macron no será el último dirigente que hable personalmente con Putin. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, cabecilla de la extrema derecha europea en estos momentos, mantendrá un encuentro con el presidente ruso el próximo lunes, justo después de compartir escenario con Santiago Abascal en un foro organizado por Vox en España. Desde el Parlamento Europea han pedido al mandatario húngaro que no se aleje de los postulados defendidos por los países de la UE, y abogue por el respeto a la diplomacia y el fin de la escalada militar rusa en la frontera ucraniana. Será después cuando Putin viaje hasta Turquía para reunirse con su Recep Tayyip Erdogan: "El presidente Putin aceptó con agradecimiento esta invitación, acordaron que tan pronto como lo permitan la situación epidemiológica y las agendas aprovechará esta invitación", ha señalado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Ucrania también será sede de numerosos encuentros. De hecho, una amplia delegación de eurodiputados europeos viajará este domingo a Kiev, donde permanecerán cuatro días para refrendar el apoyo total de la UE ante el desafío que están experimentando en estos momentos: “"Con esta misión el Parlamento Europeo está determinado a jugar su rol en la diplomacia parlamentaria, comunicar la posición unida d ella UE y mostrar solidaridad con los ciudadanos ucranianos en estos momentos de incertidumbre", ha asegurado el 'popular' alemán David McAllister, presidente de la Comisión de Exteriores.