En la reunión de la Presidencia del PES celebrada esta tarde, y en la que ha participado representando al PSOE la presidenta del Grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo y vicepresidenta primera del PES, Iratxe García, se ha acordado que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, serán los negociadores de la familia socialdemócrata para el reparto de responsabilidades en las instituciones europeas.
Tal y como trasladan fuentes de Ferraz, los resultados de este domingo para la socialdemocracia europea no fue negativa en términos globales, perdiendo, pese al aumento del PPE, exclusivamente cuatro asientos en Estrasburgo. Esta situación otorga a los socialdemócratas una posición preminente en las negociaciones, encabezadas, por orden del PES, por Sánchez y Scholz.
A partir de este momento, los progresistas inician las conversaciones para acordar, entre otros, las presidencias de la Comisión europea, del Consejo europeo y del Parlamento Europeo; o el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
"Los socialistas y demócratas reiteran su voluntad de dialogar y negociar con todas las fuerzas políticas a excepción de la extrema derecha (ECR y ID)", indican fuentes de Ferraz.
Mano tendido del PPE
Este mismo domingo quedó clara la voluntad del PPE de conformar una gran coalición del bloque europeísta que topase las posibilidades de la extrema derecha, ganadora en países como Francia, Italia o Hungría.
El primero en hacer declaraciones una vez conocidos los resultados, al menos según los sondeos que llegaban desde los principales medios de los Veintisiete, era Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo (PPE): "La cuestión es si podemos formar mayorías razonables para el futuro de Europa. Mi pregunta va para las dos otras grandes familias políticas en Europa. Invito a socialdemócratas y liberales que se junten a nuestra alianza prodemocrática y proeuropea", sentenciaba. Von der Leyen, por su parte, decidía lanzar su primer mensaje a través de X, red social antiguamente conocida como Twitter.
La presidenta de la Comisión Europea, muy discutida en estos últimos cinco años incluso por diferentes familias de su propio partido, agradecía la "confianza" a los europeos e indicaba que no se demoraría en la misión de construir un frente amplio que pusiera coto a la extrema derecha a través de un cordón sanitario europeísta: "A partir de partir de mañana empezaré a construir una amplia coalición por una Europa fuerte. Y junto con otros construiremos el bastión contra los extremos de la derecha y de la izquierda", apostillaba.
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