Nuevo paquete bomba, aunque esta vez fuera de España. Un hombre habría arrojado el elemento sospechoso a través de la valla que rodea la embajada de Rusia en Washington. Con ello, y de guardar algún tipo de relación con los interceptados hasta el momento en España, sería el séptimo envío que alcanza Occidente sumando los de nuestro país y el interceptado por el de Joe Biden.

Los receptores de los paquetes no son casuales. De hecho, el encargado -o los encargados- de realizar los envíos (aunque este último no puede considerarse como tal) apunta por el momento a España y Estados Unidos.

Es cierto que le evidencia primera que se puede extraer es que están llegando a dos países claves de la Alianza Atlántica (OTAN). Sin embargo, los destinos no son baladí, ya que están destinados a personas y/o lugares estratégicos. Así se desprende desde la primera carta recibida y que fue notificada en el día de ayer. Se trata de la que llegó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 24 de noviembre.

Cronología de los hechos: 7 paquetes entre España y Estados Unidos

Si se atiende a la orden de notificación, la cronología de los hechos tampoco deja lugar a dudas. El primer intento de ataque del que la opinión pública tuvo constancia fue el que llevaba el nombre del embajador ucraniano en España, Sergei Pohoreltsev. Éste aseguró en declaraciones posteriores al canal 24 Horas que estaban preparados ante “cualquier emergencia” que pudiera derivar del “terrorismo” del país de Vladimir Putin. Por el momento ha sido el único sobre que ha dejado algún herido.

A partir de ese momento del miércoles se ha dado un auténtico goteo de sobres sospechosos. El mismo día por la noche se apuntaba que había llegado otro a la empresa de armamento Instalaza, compañía encargada de dotar de equipamiento a Ucrania durante el presente conflicto.

El jueves fue cuando más envíos se notificaron. El día amanecía con la noticia de que otro paquete bomba había llegado a la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde se ubica la que el vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, califica como “los ojos de Europa”, el centro de Satélites de la Unión Europea, que presta ayuda a Ucrania en lo que a servicios de inteligencia se refiere, entre otros aspectos.

Antes del mediodía se informaba de la carta recibida por el máximo responsable español, y apenas unas horas después de otro paquete sospechoso en la embajada estadounidense en España que impulsó la activación de la alerta terrorista. Por la tarde, el TEDAX procedía a la detonación de uno más en las inmediaciones del Ejército del Aire.

Los envíos, dentro de España

El secretario de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, Rafael Pérez, expuso en rueda de prensa y siempre “desde la prudencia” que los envíos podían haberse producido dentro de España y que, en el caso del del líder del Ejecutivo, el paquete contenía un artefacto “de fabricación casera” y una “deflagración con llama súbita”, no una explosión.

Pérez explicó también por qué no se notificaron de inmediato los hechos, lo cual encuentra su explicación en el procedimiento que se lleva a cabo en este tipo de casos. Así las cosas, no fue hasta el envío que detonó un trabajador de la embajada ucraniana cuando el caso se judicializó a cargo de la Audiencia Nacional al apreciarse “características similares” entre ambos.