Más de 8.000 ciudadanos han fallecido desde el anuncio del presidente ruso Vladimir Putin de realizar una “operación especial militar” en Ucrania. Según el recuento de Naciones Unidas, se añade otro dato sobre el número de civiles que han resultado heridos a causa de las hostilidades de las tropas: cerca de 13.300 ucranianos han sido afectados.

Este viernes, la guerra de Ucrania cumple un año, el aniversario de las explosiones que se produjeron en las instalaciones militares de Kiev, Járkov y Dnipró tras el comunicado del presidente ruso a todos los canales estatales y tras el despliegue de 150.000 soldados rusos que se trasladaron al país ucraniano provocando la alerta de la invasión.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha explicado que estos datos son “solo la punta del iceberg”. Las cifras también revelan que al menos 487 niños han fallecido y 954 han resultado heridos desde el inicio de la ofensiva.

Desde la oficina de Turk detallan que las causas de los fallecimientos se deben a armas explosivas con efectos amplios, proyectiles de artillería, misiles de crucero, misiles balísticos y bombardeos. Las cifras del Alto Comisionado explican que 219 civiles han muerto por estas causas y 413 han resultado heridas por minas y otros artefactos explosivos.

Al menos 487 niños han fallecido desde el inicio de la guerra

La organización todavía espera la verificación de las regiones ocupadas de Mariúpol, Lisichansk, Popasna y Severodonetsk. La oficina también ha dado datos sobre el balance de las víctimas en territorio ruso con 30 ciudadanos fallecidos y 130 heridos, aunque también permanecen a la espera de que estas sean corroboradas.

El Alto Comisionado ha lamentado estos balances que “revelan las pérdidas y el sufrimiento causados a la población desde el inicio del ataque armado ruso”. “Los datos causados a los civiles son insoportables, en medio de escasez de electricidad y agua durante los fríos meses de invierno, cerca de 18 millones de personas necesitan urgentemente ayuda humanitaria”, añade.

 

Los refugiados ucranianos, en riesgo de caer en pobreza

Según un sondeo del Consejo Noruego de los Refugiados (NCR), siete de cada diez ucranianos han buscado refugio en el último año en países vecinos y reconocen que los ingresos o la ayuda que reciben no les basta para cubrir sus necesidades más básicas, un indicador que señala el riesgo de caer en la pobreza.

Naciones Unidas estima que son más de ocho millones de personas las que han cruzado las fronteras ucranianas en busca de refugio en nuestros vecinos europeos. “Después de verse obligados a huir de sus casas, a dejar a sus seres queridos y sus sustentos atrás, los refugiados de Ucrania están económicamente al límite”, dijo el director regional de la ONU, Carlos Gherardi.

Siete de cada diez refugiados ucranianos en riesgo de caer en la pobreza

La encuesta se dirige a los refugiados ucranianos en Polonia, Rumanía y Moldavia. El 68% de los preguntados asegura tener carencias en cuestiones básicas en los casos de los civiles en centros de acogida, madres con niños, pensionistas y personas con discapacidad.

Muchos han optado por saltarse comidas o comprar alimentos que implican menos nutrientes. “Los gobiernos y las comunidades de acogida han sido extremadamente generosos, pero está claro que no es sostenible que los refugiados dependan como única fuente de ingreso de la asistencia oficial y humanitaria”, ha advertido Gherardi.

 

La infancia, la más afectada

Desde el 24 de febrero del año pasado, una generación de niños y niñas vive en un contexto marcado por la violencia, el miedo, la pérdida y las tragedias. Las autoridades ucranianas detallan que cerca de 460 menores han fallecido desde el inicio de la invasión rusa.

Estas cifras no son finales porque los trabajos para establecerlos continúan en los lugares de hostilidades activas, dentro de los territorios temporalmente ocupados y en los territorios liberados”, explicó la Fiscalía ucraniana en un mensaje en su cuenta de Telegram.

Pero los menores no son el tema principal en las conversaciones sobre el conflicto. La directora de Save The Children en Ucrania, Sonia Khush, alertaba este lunes sobre la necesidad de mantener un enfoque humanitario y no de seguridad en el marco del conflicto ucraniano tras la bienvenida al presidente estadounidense Joe Biden a Kiev.

“Pese a que damos la bienvenida a la visita de Biden, las conversaciones suelen ser sobre tanques y hay niños y familias necesitadas”, señalaba Khush. La directora ha precisado que las consecuencias de la guerra no son solo “los altos niveles de estrés o el miedo de los menores, sino que “todo el mundo ha quedado afectado” con la pérdida de sus trabajos, el desplazamiento, la separación de familias, la destrucción de casas o al falta de recursos, entre otras.

Uno de los frentes que se debe abordar en estas conversaciones son los traslados de los más de 6.000 niños ucranianos en las zonas ocupadas desde que comenzó la guerra. Los datos se basan en una investigación realizada por el Observatorio de Conflictos que concluye la reubicación de centenares de niños por parte de Rusia.

 

Más armas, nueva ofensiva

Desde el Ministerio ucraniano de Defensa, las tropas se preparan para lanzar una nueva ofensiva. El ministro Oleksi Reznikov aifrma que estarán listos para contraatacar porque “Ucrania no solo fue capaz de detener al Ejército ruso, sino también de derrotarlo”.

“Nuestro principal objetivo en esta guerra es liberar todos los territorios temporalmente ocupados, liberar a nuestro pueblo y llevar a los perpetradores ante la Justicia, ante un tribunal internacional. Creemos que junto con todo el mundo civilizado podremos hacerlo”, explica Reznikov.

Ucrania considera que "David vencerá a Goliat con las armas de nuestros amigos"

Para ello, el ministro ucraniano defiende la necesidad de que los socios occidentales de Ucrania continúen enviando armamento. “Cuanto más ven nuestra transparencia y apertura, más confían en nosotros. Cuanto más confían en nosotros más armas, nos dan; nadie creía que David ganaría a Goliat; en nuestro caso, David vencerá a Goliat con la ayuda de las armas de nuestros amigos”, recalca.

Desde Estados Unidos, Joe Biden se compromete a seguir enviando ayuda militar por valor de 500 dólares, así como las nuevas sanciones contra la maquinaria rusa. Hasta la fecha, el país estadounidense ha destinado apoyo militar y financiero al país de Volodímir Zelensky por valor de más de 30.000 millones de dólares.

 

“Occidente es el culpable”, a ojos de Putin

Tras el primer aniversario de la guerra, la Unión Europea ha adoptado varias sanciones desde el 24 de febrero del año pasado. Las medidas comprenden órdenes restrictivas y selectivas tanto económicas, individuales y a las relativas con los visados.

De esta forma, los 27 responsabilizan al país de Putin como culpable de la crisis alimentaria mundial y continúan con su bloqueo a la exportación rusa de los alimentos a los mercados mundiales. El bloqueo también la inmovilización de bienes a las cuentas de los bancos europeos y a la prohibición de viajar al espacio ruso.

Desde el lado ruso culpan a Occidente de la guerra en Ucrania. Moscú señala que “está usando la fuerza para poner fin” a un conflicto bélico que comenzó hace casi un año. Putin se ha referido a la “hipocresía” de Occidente” tras retirarse los acuerdos fundamentales y expandir la OTAN” hasta sus fronteras.

“Quiero insistir en esto: ellos son los culpables de la invasión y nosotros estamos tratando de detenerla”, señala. “Hicimos todo lo posible para resolverlo. Mantuvimos pacientemente negociaciones para una solución pacífica a este grave conflicto, pero a nuestras espaldas preparaban otro escenario”, explica Putin durante su discurso sobre el estado de la nación.

Naciones Unidas sigue denunciando que cada día se registran violaciones del Derecho Humanitario y ha destacado que “cada vez es más difícil encontrar una forma de avanzar hacia la paz ante el creciente sufrimiento y destrucción”.

La organización lamenta que “esta guerra sin sentido ha tenido repercusiones en todo el mundo” haciendo referencia a la crisis por los precios alimentarios y los combustibles, lo que también supone que “ha incrementado la miseria a escala global, especialmente, entre los que ya estaban en situación de vulnerabilidad”.