Cuando la guerra entre Rusia y Ucrania ya ha cumplido diez meses desde que estalló el pasado 24 de febrero, el Kremlin, en palabras de su portavoz, Dimitri Peskov, ha advertido este miércoles de que no habrá “plan de paz” mientras que Ucrania no reconozca la anexión de sus cuatro territorios a Rusia: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón.

Este aviso se formula como respuesta a la intención del presidente ucranianos, Volodimir Zelenski, de presentar en febrero de 2023 un pacto de paz en el seno de las Naciones Unidas. “Para empezar, hasta el momento, no existe un ‘plan de paz’ ucraniano de ningún tipo”, ha recalcado el portavoz del Gobierno de Vladimir Putin, del cual ha advertido que no podrá materializarse si no se tiene “en cuenta la realidad” de la reestructuración geográfica de ambos países.

“Cualquier plan que no tenga en cuenta estas particularidades no puede pretender ser un plan de paz”, ha insistido Peskov.

Los ataques no cesan

A pesar de que el conflicto bélico ha sufrido altibajos, recientemente, los ataques han vuelto a intensificarse en territorio ucraniano, especialmente en el este del país y cerca de la frontera con Rusia.

Las autoridades ucranianas han denunciado este miércoles nuevos bombardeos en la región de Járkov del que, por el momento, no han trascendido heridos ni fallecidos. El alcalde de la ciudad, Ihor Terejov, ha llamado a la ciudadanía a que “permanezca en los refugios”.

Según los datos que maneja el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OHCHR), alrededor de 18.000 civiles ucranianos han perdido la vida o han resultado heridos desde que comenzó la guerra. En concreto, han sido 6.884 civiles han muerto y 10.847 han resultado heridos desde el inicio de las hostilidades, lo que eleva a 17.831 el total de víctimas civiles a causa de los combates.