La amenaza de la extrema derecha en Francia y la alternativa a la izquierda del Gobierno de Emmanuel Macron, dejan al actual presidente de la República en una situación peliaguda. Macron ha alertado del riesgo de que el país entre en una “guerra civil” si, tras próximas elecciones legislativas, le toca gobernar en coalición con la Agrupación Nacional (RN) de la ultraderechista Marine Le Pen o el Nuevo Frente Popular, coalición de izs laquierdas. Los comicios tendrán lugar los próximos 30 de junio y 7 de julio.
Macron ha aparecido en un programa de podcasts llamado ‘Génération Do It Yourself’. Allí ha dado la voz de alarma a tenor de los últimos sondeos, que arrojan resultados muy preocupantes para el mandatario. El partido de Le Pen, que arrasó en las últimas elecciones europeas con un 31,37% de los votos, es la clara favorita para copar la Asamblea Nacional. A la RN le sigue la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, coalición de partidos de todo el espectro progresista que cuenta con un liderazgo colectivo, seguidos de Renacimiento, el partido de Macron.
Macron advierte: "la extrema derecha divide y lleva a una guerra civil"
La opinión pública francesa se ha echado encima del presidente por hacer campaña en la entrevista en la que ha aparecido. Se espera de él cierta neutralidad, como garante de las instituciones y cabeza del poder ejecutivo del país. Aún así, Macron ha hablado sin tapujos de la amenaza del movimiento lepenista: “La respuesta de la extrema derecha divide y lleva a una guerra civil, porque enfrenta a las personas dependiendo de su religión o de su origen”.
Macron también ha metido en el saco de su advertencia a algunos de los partidos a su izquierda. En particular, ha hablado sobre La Francia Insumisa (LFI), plataforma socialista que es una de las cuatro cabezas visibles del Nuevo Frente Popular. El partido que lidera Jean-Luc Mélenchon “encierra a las personas en un sectarismo que puede tener resultados electorales, pero eso también puede implicar una guerra civil, porque enfrenta a las personas por su pertenencia religiosa o de comunidad”, según Macron.
Analizando el porque del ascenso de estas dos formaciones, Macron entiende que son una respuesta de la sociedad francesa a “verdaderos problemas, verdaderas angustias”. Sobre su decisión de disolver la Asamblea Nacional y convocar comicios tras la aplastante victoria de la RN en las europeas del pasado 9 de junio, Macron defiende que “no hay nada más grande y más justo en una democracia que tener confianza en el pueblo”. La coalición macronista consiguió tan solo un 14,60% de los votos en aquellas elecciones.
Le Pen y el Nuevo Frente Nacional superarían a Macron, según las encuestas
Los aludidos por Macron han criticado duramente sus palabras. El uso de estos micrófonos para advertir de los peligros de sus enemigos en plena campaña, les ha dado a ambos frentes un argumento contra el presidente liberal. Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional, ha respondido que “un presidente no debería decir eso”. Desde la otra orilla, Melenchon, de La Francia Insumisa, ha hablado en France 2TV sobre Macron, acusando al presidente de ser él quien causa conflictos entre franceses, poniendo de ejemplo el conflicto en el territorio de ultramar de Nueva Caledonia.
Las últimas encuestas publicadas, dan a Agrupación Nacional como ganadora por un 35% de los votos en la primera vuelta. El Nuevo Frente Nacional se quedaría atrás con un 27% y el partido de Macron con un 19%. Macron lanza esta reflexión sobre al ascenso de los extremos: “Cuando estás harto y la vida diaria es dura, puedes sentirte tentado a votar por los extremos que tienen soluciones más rápidas. Pero la solución nunca será rechazar a los demás”.
Los discursos sobre inmigración de los partidos franceses
Y es que los tres partidos que, previsiblemente, coparán la Asamblea Nacional, muestran en sus programas visiones totalmente opuestas sobre los dos grandes problemas que preocupan a la sociedad francesa: la seguridad y la inmigración. La estrategia de la RN gira en torno a estas dos cuestiones, pese a chocar con la legalidad vigente tanto en Francia como en la Unión Europea. Lo cierto es que, desde la fundación del partido en 1972 por Jean-Marie Le Pen, su programa antiinmigración les ha valido buenos resultados en las urnas.
En concreto, la llamada ‘prioridad nacional’, que otorgaría preferencia a quienes tengan la nacionalidad francesa para optar a ayudas sociales y pisos de protección oficial por delante de los extranjeros, sin dejar claro en qué lugar quedan los binacionales. Esta medida estrella del partido de Le Pen no se podría llevar a cabo en un gobierno en coalición con Macron, como reconoce el propio Bardella.
En las antípodas de este discurso se sitúa el Nuevo Frente Popular. La coalición de Francia Insumisa, el Partido Socialista, Los Ecologistas, el Partido Comunista Francés y otras fuerzas minoritarias, propone acoger “incondicionalmente” a todos los inmigrantes, decretando “en ciertos casos urgentes” la expropiación de alojamientos vacíos para los sin techo. Esto supondría derogar dos leyes sobre inmigración del gobierno de Macron, buscando facilitar el empleo para los demandantes de asilo, regularizar a los indocumentados y formar una agencia francesa de salvamento que se ocupe de los naufragios en aguas del Mediterráneo.