Los ciudadanos estadounidenses tendrán la oportunidad de elegir al próximo presidente que regirá los destinos del país durante los próximos cuatro años. Un proceso electoral que sigue un calendario que ha perdurado desde la independencia del país y que culminará el 20 de enero de 2025 con la toma de posesión en el Congreso. Un total de 240 millones de personas están habilitadas para votar en estas elecciones, en las que no solo se decidirá la presidencia, sino que también se renovará completamente la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

El sistema de votación permite que los ciudadanos no tengan que esperar hasta el último día para ejercer su derecho al voto, ya que también pueden votar por correo, una opción que en 2020 superó los 65 millones de votos. La elección del primer martes después del primer lunes de noviembre no es aleatoria; se eligió noviembre para facilitar el transporte y evitar los meses de invierno, además de asegurar que no coincida con el festivo del 1 de noviembre.

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