La Audiencia Provincial de Sevilla ha enviado al banquillo a David Bravo, abogado de Silvia Intxaurrondo y otrora diputado de Podemos en el Congreso de los Diputados. Según publica este jueves El Confidencial, la causa del procesamiento es que Bravo habría agredido presuntamente de manera continuada a su expareja cuando ésta se encontraba embarazada del único hijo de ambos y tras el nacimiento del niño.

Residente en la capital andaluza, Bravo consiguió un escaño por el partido morado la provincia de Almería en las elecciones generales de 2015, pero renunció a ir nuevamente en las listas del partido liderado por Pablo Iglesias en los comicios del año siguiente. Letrado de profesión -ha efendido a otros rostros conocidos como el escritor Máximo Pradera- ha ejercido como abogado de la periodista, quien le agradeció públicamente su trabajo en un juicio contra el diario El Mundo el pasado mes de mayo.

La informadora de RTVE ganó en los tribunales a este medio de comunicación, que había vertido bulos sobre ella. “Todo el camino recorrido hasta esta sentencia ha merecido la pena”, decía después de conocer el veredicto de la Justicia sobre el periódico de la derecha mediática y su director, Joaquín Manso, a quienes había denunciado por mentir sobre su sueldo. “Gracias a todos los que me han apoyado y en especial a David Bravo [su abogado]”, escribía en X, antiguo Twitter.

Entre 2020 y 2021

Los hechos se habrían producido entre los años 2020 y 2021, coincidiendo con el periodo de embarazo de la presunta víctima y el posterior nacimiento del bebé, aunque la resolución judicial no ha trascendido hasta ahora. Se trata de una decisión que choca con la de Francisco Manuel Gutiérrez Romero, titular del Juzgado número 2 de Sevilla después de que éste acordara el sobreseimiento parcial de las diligencias ignorando testimonios e informes periciales que apuntaban en la dirección de la existencia de malos tratos.

La causa siguió su curso, pero únicamente con la posible existencia de un delito de vejaciones, mientras que ahora el órgano competente va un paso más allá. De esta manera, atendiendo a la resolución de la Audiencia Provincial, a la que ha tenido acceso El Confidencial, la persona involucrada habría aprovechado la soledad de su pareja, cuando lo era, en el territorio andaluz -ella es de Madrid-.

Testigos e informes psicológicos

El auto refleja que la mujer “ratificó la denuncia presentada” y aseguró amenazas por el lado de la otra parte de la relación como como que la iba a “machacar porque está sola”. Considerando que los delitos relacionados con la violencia de género se producen muchas veces en el ámbito de la intimidad, el organismo jurídico contempla que las declaraciones de la presunta víctima disponen de “corroboraciones periféricas que le dotan de verosimilitud”.

Teniendo ya en cuenta las voces testificales, uno de los testigos que se tiene en consideración narró haberse encontrado a la expareja del que fuera asimismo diputado en las Cortes “en la calle, llorando y perdida” un día que su novio le había echado de casa. Ahí aún no se encontraba embarazada, pero los hechos se repitieron en otra ocasión, cuando ya sí que lo estaba.

Otro de los testigos que se recogen es el de la empleada del hogar, quien expresó que el denunciado “alzaba la voz y no hablaba a la denunciante” y que “cuando ésta le hablaba”, él “la ignoraba”. “Acorralada”. Así definió la trabajadora cómo percibía a la exnovia del abogado antes de narrar un episodio concreto en el que, supuestamente, el expolítico le habría tirado un biberón a la cabeza a su pareja: “Señaló que tuvo que limpiar los restos y le preguntó a ella (la presunta víctima) y no quiso contarle nada”.

A las palabras de los testigos se añaden como pruebas dos informes psicológicos, según los cuales la víctima habría sufrido “trastorno de estrés postraumático compatible con una situación de violencia de género” y dos documentos remitidos por la Unidad Integral de Violencia de Género que apuntan en la misma línea. El veredicto es la existencia de una “relación de maltrato continuado” que habría dejado a la mujer “secuelas psicológicas consistentes”.

La mujer, también procesada

En paralelo, el medio que arroja la información cuenta también que Bravo denunció a su pareja por sustracción de menores después de que ésta no volviera con el niño a Sevilla después de un viaje familiar a Madrid. En el momento de redacción de estas líneas, la mujer también se encuentra procesada por este episodio, pero la decisión está recurrida ante el mismo órgano competente de la provincia sevillana.

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