La Presidencia de Siria ha publicado este lunes un comunicado atribuido al exmandatario Bashar al Assad en el que confirma que fue evacuado el 8 de diciembre desde una base rusa en la provincia de Latakia. Niega que su huida fuera algo "planeado" o que se hubiera planteado "dimitir o buscar refugio" ante la ofensiva de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).
En el comunicado, publicado a través de la cuenta de la Presidencia siria en la red social Facebook, Al Assad ha reseñado que "permaneció en Damasco, llevando a cabo sus funciones, hasta primera hora del 8 de diciembre", cuando "fuerzas terroristas se infiltraron" en la capital, forzando su traslado a Latakia. Afirmó que fue trasladado "en coordinación con los aliados rusos" con el objetivo de "supervisar las operaciones de combate". "A la llegada a la base aérea de Hmeimin, quedó claro que nuestras fuerzas se habían retirado completamente de todas las líneas de batalla y que las últimas posiciones militares habían caído", contó.
Al Assad ha insistido que "en ningún momento" se planteó dimitir ni buscar asilo, ni fue algo planteado por un político o partido. "La única vía de acción era seguir combatiendo contra la ofensiva terrorista", defendió, añadiendo que siempre se ha negado en “negociar con la salvación de su nación por beneficio personal”.
Assad explica las circunstancias de la huída a Moscú. Arraca la nota diciendo que se está haciendo una refundición de un grupo terrorista en un movimiento de liberación. Y detalla que fue Rusia la que decidió evacuarle al derrumbarse la línea de defensa en Damasco https://t.co/tNoqkxtNcx pic.twitter.com/cuKk8aIwh1
— Sandro Pozzi (@sandro_pozzi) December 16, 2024
La composición de los rebeldes sirios
Tras el derrocamiento del gobierno de al Assad la semana pasada, los grupos rebeldes empezaron el proceso de crear un nuevo gobierno. ¿Qué grupos forman parte de los rebeldes?
La fuera principal es Hayat Tahrir al-Sham (HTS), un antiguo afiliado de Al-Qaeda. Pese a la rotura de su alianza en 2017, es una organización salafista yihadista -defiende la yihad individual e internacional y busca regresar al islamismo original-, pero ha renunciado a su pasado; busca reafirmar las comunidades étnicas y religiosas sirias para crear un país pluralista y tolerante, según AP.
Por otro lado, según el Centro de Investigación Estratégica e Internacional (CSIS), el grupo se está enfocando cada vez más en el establecimiento de un Estado Islámico en Siria a través del derrocamiento de al-Assad y “la expulsión de militantes iraníes”. Naciones Unidas (ONU) lo califica como una organización terrorista, pero el oficial superior del departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, Kiho Cha, ha afirmado que varios Estados están debatiendo su retirada de la lista, pero “esa petición no se ha hecho oficialmente”.
Otra formación miembro de los rebeldes es el Ejército Sirio Libre, un colectivo de grupos opositores al gobierno de al-Assad y sus militares. La desorganización del grupo ha hecho que la coorganización y la cooperación sea difícil y va a ser un obstáculo a la hora de formar un nuevo gobierno, según el Instituto del Estudio de la Guerra (ISW).
Irán y la media luna chiita
La caída del régimen antiguo es un golpe duro al poder de Irán en el continente. Al inicio de la guerra civil siria, Bashar al-Assad buscó ayuda iraní para mantener el poder, lo que Irán utilizó como una oportunidad para convertir a Siria en un enclave significativo dentro de la media luna chiita. Su localización geográfica -comparte frontera con cinco países- y sus alianzas con el grupo terrorista libanesa Hezbolá hicieron que el país fuese atractivo para conseguir los objetivos iraníes.
Un nuevo gobierno sirio conlleva el derrumbamiento de la media luna chiita, formado por países cuya mayoría religiosa es de la rama chiita del islam. Esto significa que Irán tiene que reposicionar su estrategia para llevar a cabo su “revolución islámica”, según el profesor de relaciones internacionales en oriente medio, Ali Bilgic, en The Conversation.
Esta revolución es ejercida por la Fuerza Quds, la fuerza militar especializada de Irán que actúa fuera de sus fronteras. Tiene relaciones con Afganistán, Irak, el Líbano, y con territorios palestinos y busca fomentar el poder iraní y la visión del islam chiita, de acuerdo con la NBC.
Las futuras actuaciones de Irán son inciertas frente a un escenario en Oriente Medio inestable. Ali Bilig estima que, en el caso de que la nueva formación del gobierno sirio vaya en contra de los intereses iraníes, buscará desestabilizar el país como ha hecho en otras ocasiones y podría invertir en el desarrollo de su propia potencia nuclear. Pese a que el país no forme parte del listado de países con potencia nuclear (9 países), tiene un historial repleto de investigaciones en armamento nuclear ilegal, en contra de acuerdos internacionales, según el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). También cabe destacar que Israel, enemigo de Irán, es una potencia nuclear que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, también una potencia militar.
Las fuerzas Kurdas
Los Kurdos cuentan con el apoyo de Estados Unidos para limitar el avance del estado islámico, según el New York Times (NYT), y ha sido un opositor del régimen de al-Assad. Sin embargo, tiene una relación tensa con los grupos rebeldes debido a sus afiliaciones.
Las fuerzas Kurdas, junto con el apoyo de Estados Unidos, han liderado una zona semiautónoma, rica en aceite, en el noroeste de Siria durante muchos años. Pese a ello, HTS ha demostrado su voluntad de trabajar con los Kurdos, lo que podría suponer un grado de autonomía para este grupo, de acuerdo con AP.
Las consecuencias de esta cooperación pueden resultar en un agravamiento en las relaciones sirias-turcas, dado que Turquía califica a los Kurdos como aliados del grupo separatista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), opositores del Estado turco. Además, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha apoyado a los grupos rebeldes para acabar con el régimen de Al Assad, según el NYT, lo que hace que la posición de las fuerzas Kurdas sea precaria.
Debido a la falta de cohesión en los grupos rebeldes, incluyendo al HTS, insurgentes de HTS con aliados turcos han utilizado el caos en Siria para expulsar a pequeños grupos de Kurdos de sus territorios, creando conflictos. El coordinador humanitario sirio de la ONU, Adam Abdelmoula, ha advertido que en estas disputas se está “luchando mayoritariamente en líneas étnicas. Eso es peligroso”, según AP.
El camino hacia un nuevo gobierno sirio
La disparidad entre los grupos rebeldes que han derrocado al antiguo régimen va a ser la fuente de muchas dificultades a la hora de formar un nuevo gobierno. El 7 de diciembre, la coalición rebelde anunció la elección de una estructura mandataria compuesto por 30 miembros denominado el Orden Militar Supremo (SMC). Esta organización tiene el potencial de incentivar a la moderación dentro del nuevo gobierno a formar y podría marginar los elementos más radicalizados de su estructura, según el ISW.
Otro elemento para tomar en cuenta es la historia de HTS, antiguamente llamada Jabhat al-Nusra (JN). Este grupo utilizaba una estrategia sutil para influir en momentos de fragilidad social para fomentar su versión de la revolución religiosa y social. Durante la guerra civil siria, debido al clima ideal para implementar esa estrategia, se sirvió de la radicalización de la oposición siria, según el ISW. Por ello y pese a que ha dejado de ser el aliado oficial de Al-Qaeda en Siria, no se puede dejar de lado su historia.
Los más de 6 millones de refugiados sirios es un problema que tendrá que afrontar el nuevo gobierno. La nueva administración ha hecho un llamamiento a estos refugiados para que vuelvan a reconstruir el país, pero no se sabe si esta cifra va a regresar al país tras la fuga del antiguo presidente o si se van a quedar en los países destinos -más de 3 millones están en Turquía-.