Siria pone fin a 14 años de régimen autoritario con la toma de poder de los rebeldes y la huida de Bashar Al Asad del país asiático. La bandera con las tres estrellas rojas vuelve a ondear en Damasco, como lo hizo en las manifestaciones de la primavera árabe de 2011, aunque ya sin miedo a las represalias. La fuga sin oponer resistencia del dictador abre un horizonte de esperanza en el territorio pero, ¿a qué retos se enfrenta Damasco, sobre todo en el corto plazo?

Por lo pronto, la marcha del dictador ha abierto la puerta a un traspaso por el poder para el que organizaciones como la ONU piden que no se derrame más sangre y que, por el momento, está resultando pacífico, pero no es oro todo lo que reluce y es que, Siria respira aliviada, sí; pero también tiene que hacer frente a problemas inmediatos. Básica y principalmente, cómo se lleva a cabo esa transición.

El alto mandatario huyó a Rusia, donde ha encontrado en los últimos años a uno de sus grandes aliados, después de mantener conversaciones y negociaciones con los insurgentes y ordenar que se facilite un cambio de gobierno pacífico.

La alegría es evidente, pero la incertidumbre tampoco es menor. De ahí que en las calles de Damasco los ciudadanos salieran a celebrar, pero de una forma contenida, tras confirmarse lo que hasta pasado una parte del día eran solo rumores. Y es que los cánticos y las proclamas, entre los que destacaron el de “Alá es grande”, se entremezclaron con el temor a lo que puede venir a partir de ahora en un país que se ha acostumbrado a vivir en la ruina y la miseria y que solo quiere escapar de ambas. Pero de verdad.

En función de lo que decidan los diferentes grupos        

Ahora la gran duda pasa por saber qué harán los diferentes grupos rebeldes, si buscarán vengarse o imponer su dominio sobre el resto como hizo en el pasado la minoría alauí de la familia Al Asad y que duró décadas. Y es que cabe recordar que el último dictador siguió el legado de su padre fallando a su promesa y las expectativas de la ciudadanía, que creía que el nuevo régimen podría haber sido dirigido con una menor mano de hierro.

¿Y quiénes son los grupos rebeldes de los que depende Siria? Se trata de una coalición capitaneada por el Organismo de Liberación del Levante (en árabe, Hayat Tahrir al Sham) que ha prometido una transición pacífica que incluya a todos y que no excluya a nadie, tampoco a ninguna minoría religiosa, independientemente de que hayan estado asociada al régimen, como es el caso de los alauíes o los cristianos.

Abu Mohamen al Jolani, líder del Oragnismo (creada tras la filial de Al Qaeda en Siria), lanzaba un mensaje, en principio, con la intención de tranquilizar: “Entrad en Damasco con modestia, tratad a vuestro pueblo y a vuestra gente”. Tanto él como la coalición de grupos armados, agrupados en las Operaciones Militares, incidieron en que se mantuvieran las propiedades públicas y privada en la capital siria y que no se atacasen las instituciones del Estado al ser de todos los sitios y no solamente del régimen.

En la misma línea, el líder yihadista ha emitido que el país está ante el comienzo de “una nueva era para la nación musulmana y toda la región” de Oriente Medio. Se trata de uno de los hombres más perseguido por Estados Unidos (EEUU) y que no sale de las listas negras de terrorismo.

Por otro lado, habrá que mantener la atención sobre las Operaciones Militares, ya que es quien ha pasado a controlar el terreno en una ofensiva rápida y eficaz contra el régimen. Asimismo, cabe destacar que el Gobierno actual mantiene su labor hasta que comience oficialmente la transición. De hecho, por el momento los únicos miembros que tendrán que dar un paso a un lado son el primer ministro y los ministros.

De hecho, el primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, sigue en la capital y ha tendido la mano a los opositores armados después de que éstos segundos tomasen el territorio. Tal y como emitió al Jalali, las instituciones continúan funcionando hasta que se produzca oficialmente el traspaso al nuevo gobierno, con formación y características todavía por definir del todo. Sin embargo, si hay una cosa en la que todas las partes están por el momento de acuerdo es en que el futuro Ejecutivo debe representar a todas las comunidades políticas y armadas, así como a las comunidades religiosas y étnicas del país.

Principales retos

Entre los retos principales a los que se enfrenta el país en un plazo más largo se encuentra la gestión de la administración kurda, que controla un amplio territorio del noroeste de Siria e implica uno de los mayores obstáculos debido a las rivalidades que existen entre kurdosirios y la oposición que queda respaldada por Turquía, los insurgentes islamistas y otros.

El Gobierno de Turquía tendrá un papel clave en esta cuestión, dado que ha intervenido militarmente contra los kurdosianos en el país para alejarlos de su frontera, pues los considera una amenaza y una ramificación del turco Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK). El ministro de exteriores turco ha indicado que su Ejecutivo está en contacto con todos los grupos porque hay que “asegurar que las organizaciones terroristas no se aprovechen de la situación” tras la caída del régimen. En ese sentido, ha vetado al Estado Islámico y el PKK para ejercer como interlocutores.