En 13 días, desde que el pasado 7 de agosto estallasen todas las tensiones entre Israel y Palestina, con epicentro en la Franja de Gaza, el balance de muertes, heridos y catástrofes es desolador.

La comunidad internacional atiende como espectador, y pudiendo únicamente intervenir en señal de mediación, ante un conflicto armado a gran escala que llevaba caldeándose desde las últimas décadas ante las tensiones entre Israel y Palestina. Pese a que los ataques a la Franja de Gaza llevan prolongándose durante años, la fase actual de esta guerra, con el primer ataque del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), dinamitó hace escasos días atrás y, desde entonces, la cifra de fallecidos del lado palestino con 3.785.

El drama se intensifica a cada día, hora y minuto que pasa, aún más cuando no hay un horizonte de consenso entre ambas partes. Especialmente, los ciudadanos de Gaza -que se encuentran atrapados sin poder escapar ni por tierra, aire o mar por el cerco israelí- son los que más está sufriendo las consecuencias del conflicto: sin agua potable, sin comida y sin luz.

Ayuda humanitaria insuficiente

Tras la reunión de este miércoles entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con su homólogo de Tel Aviv, Benjamín Netanyahu, Israel permitirá la entrada de una veintena de camiones de ayuda a la Franja de Gaza para la entrada de comida, agua y medicinas; una promesa que queda muy lejos de las necesidades reales de la zona, ya que quedan a la espera por acceder hasta 200 vehículos y unas 3.000 toneladas de ayuda en Rafah, la frontera de Gaza con Egipto.

La ONU, por su parte, cifró en 100 camiones diarios de ayuda los que deberían poder entrar en Gaza para abastecer a la población, como ya se hizo en la última guerra ante el cierre total que impuso Israel. Por lo que los 20 vehículos propuestos y ofrecidos por Biden resultan más que insuficientes para dar ayuda humanitaria a las 2,3 millones de personas que viven en la franja.

Esta entrega de bienes de primera necesidad, sin embargo, pende de un hilo. Estados Unidos ofrece este soporte con la condición de si Hamás confisca este acceso y sus productos, la operación “se acabará” de inmediato. Por su parte, Israel ha asegurado -no prometido- que no pondrá obstáculos a las entregas, que únicamente van dirigidas a la población civil.

Cinco hospitales anegados

Ante un escenario tan dramático, y de una alerta humanitaria tan evidente, debido a “los continuos bombardeos” que caen sobre Gaza, las autoridades gazatíes han hecho hincapié este jueves en que cinco hospitales han dejado de funcionar por completo, uno de ellos el único centro que ofrece asistencia oncológica, el Hospital de la Amistad Turco-Palestina.

El último ha sido el Hospital Yemen Al Saeed, al norte de la Franja, donde se han visto obligados a suspender sus actividades al no contar con combustible para sus generadores eléctricos. Con este, el Ministerio de Sanidad gazatí suma los hospitales de Beit Hanun, Al Durra, Al Karama y el Oftalmológico Internacional.

Pese a los continuos bombardeos y ataques de los últimos días, el que más ha agravado el conflicto, sin lugar a dudas, fue el que tuvo lugar este martes en el hospital Al-Ahli de Gaza, donde más de 500 personas perdieron la vida, además de provocar otros cientos de heridos por la explosión.

Las imágenes que llegaron desde aquel punto de Gaza son indescriptiblemente dolorosas. Al hacer recuento y ser conscientes de la magnitud de la tragedia, el simple gesto de algunos médicos del centro de convocar una rueda de prensa en el mismo sitio del atentado, rodeados por multitud de cadáveres y heridos ante los medios de comunicación expectantes, ha causado conmoción alrededor de todo el globo.

Una masacre sin precedentes. Horas después, entre ambas partes se echaron la culpa unos a otros: Israel negó toda responsabilidad y culpó, así, a grupos de la Yihad Islámica; a la contra, las autoridades de Gaza, señalaron al Gobierno de Netanyahu.

EE.UU y la UE, con Israel; el mundo árabe, con Palestina

Desde el comienzo de esta fase del conflicto, la división no se ha hecho solo más evidente entre israelíes y palestinos, sino también por la postura adoptada de la comunidad internacional. Occidente, tanto por parte de la Unión Europea como de Estados Unidos, tal y como se está comprobando con las últimas reuniones con Netanyahu, se posicionan del lado de Israel ya que, desde el ataque de Hamás, sendos líderes han abogado por el derecho de este país a “defenderse” de estos bombardeos.

De manera más unánime, desde Oriente Próximo, países como Egipto, Yemen, Jordania, Irak, Irán o Líbano se posicionan claramente con la causa palestina, protagonizando manifestaciones con centenares de personas, algunas congregando millones, pidiendo justicia para Gaza y haciendo bandera del lema ‘Free Palestine’.

No sólo desde este punto, sino también que otros países europeos, como lo son España o Francia, también desde algunas ciudades estadounidenses, se han organizado movilizaciones propalestinas. La última de ellas, en el caso español, se concentró este miércoles frente a la embajada de Israel en Madrid en muestra de solidaridad con la gente de Gaza.