El cordón sanitario frente a la ultraderecha ha terminado de romperse, si es que alguna vez estuvo compuesto. Miguel Tellado, recién nombrado secretario general del Partido Popular, confirmó este martes en Onda Cero el viraje estratégico del partido tras su congreso nacional: “Estamos obligados a entendernos con Vox”. Un paso más allá del discurso de Alberto Núñez Feijóo, que ya dejó abierta esa puerta días atrás ante la militancia, al asegurar que no renuncia a acuerdos con otras fuerzas “siempre que se respete la ley y la Constitución”.
El movimiento, sin embargo, no ha sido una sorpresa. Como se señalaba en las líneas anteriores, el Congreso Nacional del PP celebrado este fin de semana en Madrid sirvió para reordenar el liderazgo interno, consolidar a Feijóo como figura de autoridad incuestionable, y afinar la estrategia del partido de cara a un posible adelanto electoral. Pero también para dejar atrás los equilibrios incómodos respecto a Vox. El nuevo equipo directivo del PP, con Tellado como número dos, ha optado por despejar ambigüedades: la formación de Abascal ya no es un tabú.
Durante su entrevista con Carlos Alsina en Más de Uno, Tellado ha defendido con rotundidad que el Partido Popular debe asumir la “colaboración” con Vox como una posibilidad legítima para garantizar la gobernabilidad. “No hay por qué pensar que Vox no acepte esta postura. Fui el responsable de negociar con Vox en 2023 a la investidura de Feijóo”, ha recordado. Y ha añadido: “Las circunstancias son bien distintas en cada lugar, lo importante es garantizar la gobernabilidad de las instituciones. Hoy por hoy, con las encuestas y circunstancias, nadie entendería que Vox fuese un impedimento para avanzar. Desde una perspectiva de colaboración, estamos obligados a entendernos, pero creemos que lo mejor para España es gobernar en solitario”.
La matización sobre el modelo de gobierno no es menor. El PP quiere evitar la imagen de un pacto cerrado o una coalición estructurada con la ultraderecha, pero no descarta acuerdos parlamentarios ni entendimientos tácticos como los que ya ha ensayado en varias comunidades autónomas. En este sentido, Tellado ha insistido en que su objetivo sigue siendo formar un Ejecutivo “monocolor”, pero ha dejado claro que Vox será un actor imprescindible en muchas combinaciones posibles.
“Respeto mucho más a Vox que a Sumar”
El nuevo secretario general también ha tratado de dibujar los límites de esa futura colaboración, marcando algunas distancias programáticas con el partido de Santiago Abascal. “Respeto mucho más a Vox que a Sumar. Tiene más sentido de Estado Vox que Sumar, que Podemos o Bildu. Desde la diferencia y desde la posibilidad de discrepar en determinados asuntos, Partido Popular y Vox somos diferentes, pero hay asuntos clave en los que podemos estar de acuerdo”, ha afirmado. Una forma de legitimar a Vox como socio preferente, pese a las discrepancias evidentes.
Entre esas diferencias, Tellado ha subrayado el modelo territorial y la política migratoria. “Defendemos el modelo de país y Vox tiene vocación centralista que nosotros no compartimos. Feijóo viene de ser presidente en Galicia y tenemos una visión periférica de España que no se comparta con Vox, y creo que esa es la diferencia más grande que mantenemos”, ha explicado. En materia de inmigración, el popular ha reconocido que “las posiciones de Vox son más extremas que las del PP”, y ha defendido una línea más moderada: “Estamos a favor de la migración ordenada, España lo necesita y tenemos que acoger a aquellas personas que lo necesiten. Estamos en contra de la inmigración ilegal, de esa que promueven los Gobiernos con efectos llamadas o que trafican con mafia”.
Frente a los discursos más duros de la ultraderecha en esta materia, Tellado ha matizado que no están “con la política de las puertas abiertas, populista del PSOE, ni estamos de acuerdo en los discursos contra la migración”. Y fue tajante al defender la cobertura sanitaria para todas las personas, sean migrantes o no: “A la asistencia sanitaria tiene derecho cualquier ser humano, es universal en nuestro país y negarle eso a cualquier persona no es posible con la legislación que tenemos. Es un disparate que cualquiera se plantee eso”.
Además de perfilar la nueva línea estratégica del PP en relación con Vox, Tellado ha abordado la situación política del Gobierno de Pedro Sánchez, tras la entrada en prisión del ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Así, ha revelado que ha mantenido contactos discretos con algunos de los grupos parlamentarios que sostienen al Ejecutivo: “He podido hablar con portavoces y he detectado que hay un malestar creciente en las filas de los partidos que hicieron posible la investidura de Sánchez. Hay cierta preocupación sobre cómo repercute mantener el apoyo a este Gobierno en estas circunstancias”.
Con todo, Tellado ha apuntado que la comparecencia de Sánchez prevista para este miércoles será clave: “Nos hemos emplazado con otros partidos a hablar para comprobar si esas explicaciones son de recibo o no. Será interesante escuchar a Sánchez, qué quiere Yolanda Díaz, qué quiere decir Podemos, qué posición adopta ERC, los señores del PNV o qué cree Junts de todos estos casos de corrupción”.
En paralelo, el nuevo número dos del PP ha también querido delinear las prioridades legislativas del partido en caso de llegar al Gobierno. “Nuestra hoja de ruta pasa por derogar el sanchismo”, ha proclamado, y ha añadido que “hay una legislación que ha impuesto la izquierda de forma ideológica y esas leyes serán revisadas o derogadas con un consenso político amplio. Sobre la ley de memoria histórica o ley trans hay cosas con las que no estamos de acuerdo y vamos a derogar, claro que sí”.
También ha planteado la necesidad de reformar la ley electoral para evitar que partidos con muy pocos escaños condicionen la gobernabilidad: “Tiene que haber consenso entre los grandes partidos. Para cambiar las reglas del juego, los grandes jugadores tienen que estar de acuerdo. Con Sánchez es imposible”. Finalmente, sobre el gasto en Defensa, Tellado ha mostrado apoyo a su aumento y a cumplir con los compromisos de la OTAN, aunque reclamó acceso a los datos que maneja el Gobierno: “Lo responsable en nuestra posición es cierta prudencia”.