El Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo reelegido como presidente de la formación, ha clausurado este domingo su XXI Congreso Nacional celebrado en Madrid este fin de semana. Como punto final al encuentro de los populares, el líder del partido ha entonado un discurso de cierre en el que ha prometido un gobierno en solitario “sin vetos ni a Vox y en el que van a mandar la mayoría de los españoles”.

Con esta promesa, el líder del PP ha dado su palabra a la militancia este domingo para formar "un Gobierno de todos, no de parte", que recupere la "normalidad" y pare la "pesadilla" del Gobierno actual. En este sentido, se ha dirigido al electorado para advertir de que en las próximas elecciones habrá que elegir entre Pedro Sánchez o él. "¿Qué Gobierno habrá tras las próximas elecciones generales? Solo hay dos opciones: O Sánchez o yo. Yo quiero un Gobierno en solitario. El único Gobierno de coalición que ha habido hasta la fecha no ha funcionado y no quiero darle a mi país los mismos espectáculos que vemos en el Consejo de Ministros", ha sostenido.

Así se ha pronunciado en la clausura del XXI Congreso nacional extraordinario que el PP ha celebrado en Madrid, que le ha reelegido presidente con el 99,24% de los votos, un cónclave que ha definido de "unidad" y de "futuro". "Vamos a demostrar que España tiene solución", ha reclamado a los suyos. A su entender, "hoy empieza todo" y es el "acto fundacional de un nuevo tiempo".

Al hilo de lo anterior, y ante los más de 3.200 compromisarios del PP, Feijóo ha mostrado su férrea apuesta por un Gobierno en solitario del PP pero que a su vez trabaje en alianzas con todos los grupos parlamentarios en las Cortes, sin vetos a Vox como "pide la izquierda" y sin vetos al PSOE como "pide" el partido de Santiago Abascal. De hecho, el líder del PP ha recalcado que solo establecerá como único "cordón sanitario" a Bildu mientras no pida perdón a las víctimas de ETA y colabore en el esclarecimiento de todos los crímenes de la banda terrorista.

"Con el sanchismo no se puede acordar"

En orden de cosas, el líder del PP ha asegurado que no impondrá vetos a la extrema derecha "porque es la tercera fuerza del país" y no está dispuesto a arrinconarles. Por su parte, ha añadido que ampoco se lo aplicará al Partido Socialista: “Con el sanchismo no se puede acordar, lo sé por experiencia. Eso no significa renunciar para siempre a que este país recupere los consensos en los asuntos que lo requieren". "La presidencia del Gobierno exige grandeza y yo la voy a tener”, ha asegurado.

Por lo que respecta a Bildu, ha confirmado que no habrá pacto ni entendimiento posible hasta que no se disculpen con las víctimas dle terrorismo y "no ayuden a esclarecer todos los crímenes que costaron la vida a nuestros compañeros”. Asimismo, ha señalado que, si vuelven a faltar votos para su investidura, volverá a pasar lo que ocurrió hace dos años: “No voy a dar al independentismo lo que no quiero y lo que no puedo, ni a firmar nada que vaya contra lo que hemos aprobado hoy aquí. Y nada es nada”. “Lo siento, a mí no se me da bien someterme al independentismo y el nacionalismo”, ha sentenciado.

Tareas en sus primeros 100 días de Gobierno

En líneas similares, en su discurso de clausura del Congreso Nacional, el líder del PP ha anunciado diez tareas fundamentales que llevará a cabo en sus primeros 100 días de Gobierno. Estas son: regeneración democrática e institucional, aprobar el Plan de Vivienda del PP en el primer Consejo de Ministros, revisar las 97 subidas de impuestos de Sánchez y bajarlos, subir no solo el salario mínimo sino también el medio, dar a España más médicos de familia, un Pacto Nacional del Agua, reducir la inmigración ilegal, reforzar la seguridad, clarificar la política de Defensa, y una Ley de Lenguas para que todos los niños españoles puedan ser educados en español.

Al margen de ello, el recién reelegido presidente del PP ha adelantado que la renovación de las leyes del CGPJ, del Tribunal Constitucional y del Fiscal General del Estado garantizarán que “no haya comisarios políticos nunca más”. Por su parte, ha advertido que no quiere a generaciones domesticadas y adoctrinadas, al tiempo que defiende una educación que enseñe y exija: “No a los aprobados generales”. Asevera, además, que “el estilo de vida de los jóvenes tiene que ser fruto de su elección y no de la falta de oportunidades”. 

Entre otras cosas, en lo referente a la igualdad, Feijóo ha defendido una igualdad que no sea excluyente o inquisitorial: “Ya está bien de que algunos se arroguen el exclusivo derecho de hablar en nombre de las mujeres en público con las actitudes que luego tienen en privado”. Asimismo, ha llevado esa defensa de la libertad también al ámbito familiar: “La natalidad es una opción personal, pero es un deber de país apoyar a quien decide dar el paso”. “España no puede ser un país sin niños, sin relevo y sin porvenir”, ha sostenido. De forma similar, se ha comprometido con la actualización de las pensiones para los mayores y con su viabilidad para los jóvenes, señalando que "habrá que empezar por devolverle a España la normalidad política”, señala, y explicita que eso supone cumplir la Constitución, presentar y votar anualmente presupuestos, que el Parlamento pueda hacer su trabajo y que “la contratación pública no sea un bazar” o “un botín que saquear por corruptos sin escrúpulos”.

“Nuestra primera tarea, la más urgente de todas, será lograr que lo sucedido en este período fatal sea un paréntesis en nuestra historia”, ha sostenido. En este sentido, ha acusado al presidente del Gobierno de intentar quebrar deliberadamente la convivencia entre españoles, además de trocear el Estado, de colonizar las instituciones o de someter a España a las minorías en todo. “Los números no mienten: la España de 2025 es más desigual que la de 2018”, ha reprochado. 

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