Plan hacia la nueva normalidad. Bajo este acrónimo arrancó España hace una semana su plan de desescalada. Un mes y medio después de adoptar las medidas más restrictivas de Europa, la curva está en descenso y, salvo alguna súbita subida producto del baile de cifras de las comunidades autónomas, el número de contagios y fallecidos desciende progresivamente haciendo que el Gobierno tache sus objetivos semanales. Las llamadas a la responsabilidad individual son constantes, mientras las administraciones, en la búsqueda de una hoja de ruta común marcada por la coordinación y cooperación, realizan críticas o consejos públicos presionándose mutuamente para caminar en una u otra dirección.

El pasado lunes 4 de mayo nuestro país empezó su fase 0. Una semana después el 51% de los españoles ya podrán disfrutar de las libertades relativas que les permite haber escalado a la fase 1. Los informes epidemiológicos, la situación sanitaria y la capacidad de cada región para doblar camas UCI y garantizar el distanciamiento social han sido los factores clave en la decisión final adoptada por los expertos que asesoran al Ministerio de Sanidad.

Cerca de dos meses después de la declaración del estado de alarma, y tras cuatro prórrogas no exentas de suspense parlamentario, el horizonte empieza a vislumbrarse. No será rápido ni sencillo, pero la serenidad y el buen hacer serán los patrones sobre los que cimentar una desescalada gradual, efectiva y que aleje los fantasmas de un nuevo brote que podría ser fatal para la economía nacional.

España fue uno de los países que primero se confinó. También ha protagonizado uno de los confinamientos más restrictivos del mapa. Sin embargo, las críticas, como es habitual, se cuentan por cientos y son muchos los que vilipendian al Ejecutivo por tardar demasiado en dar el paso y proteger a los españoles. Algunos incluso acusan a Pedro Sánchez de anteponer sus doctrinas ideológicas a la seguridad ciudadana. Ahora, superada la primera fase, estas consideraciones no se relajan y el Gobierno ha de paliar con la construcción de un proyecto novedoso, amparado en criterios técnicos, sin precedentes, que sea capaz de caminar en la senda correcta para no sumir al país en una situación terrible. La crisis económica que se avecina será más profunda que la de 2008, tal y como advierten los organismos internacionales, pero de la gestión del Gobierno depende que sea menos duradera.

Con todo, huyendo de los argumentos rápidos y partidistas de la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, ElPlural.com ha realizado una recolección de datos sobre el desconfinamiento en otros países. Francia o Italia también han elaborado un plan por fases, mientras Alemania o EEUU dan vía libre de forma asimétrica y respondiendo a su modelo federal.

Aspectos curiosos sobresalen de la normalidad tal y como nosotros la entendemos. Un estudio que resalta valores sociológicos e intrínsecos de los españoles, así como de su tejido empresarial. Un análisis realizado por sectores de interés, la vuelta a las aulas, el poder de la cultura, las ligas deportivas profesionales, el presupuesto empleado para salir de la crisis y algunos detalles más.

¿Tardamos demasiado? Declaración del estado de alarma

La manifestación del 8M de 2020 ha pasado de ser un arma electoral de la izquierda a un argumento reutilizado hasta la saciedad por la derecha. Desde la tribuna, y con el discurso ensayado de tanto repetirlo, PP y Vox han acusado al Gobierno de no hacer caso a las recomendaciones de la OMS y de los técnicos por voluntades oscuras y subrepticias. Sin embargo, ¿es cierto que España tardó en declarar el estado de alarma?

Pedro Sánchez anunció esta medida excepcional para el 14 de marzo, tres días después de que la OMS declarara la Covid-19 como una “pandemia global”. En aquel momento, nuestro país tenía 4.231 contagiados y 120 fallecidos. Unas cifras que, comparativamente, salvo excepciones como el caso portugués -que declaró el estado de alerta con 112 contagios y ninguna muerte-, no fueron más tardías que las de los países vecinos.

En Italia el confinamiento se solicitó antes que en España, el 9 de marzo, aunque en una fase más avanzada de la pandemia. El país transalpino registraba en aquel momento 9.172 casos y 463 fallecidos. Más tardías fueron las respuestas del gobierno francés, que, con 6.633 contagios y 148 fallecimientos registrados, declaró la alarma el 16 de marzo, aunque permitiendo dar paseos o hacer deporte a 1 kilómetro del domicilio; o las de Reino Unido, que pidió a su sociedad que se confinara -aunque sin establecer multas ni restricciones totales- el 24 de marzo, con 335 fallecidos y 6.650 casos declarados.

El 18 de marzo dio el paso Bélgica y el 22 Alemania, aunque con medidas mucho más laxas que en España. EEUU, por su parte, tuvo una rápida respuesta en cuanto al cierre de fronteras (empezó a cancelar viajes procedentes de Asia desde mediados de febrero y de Europa desde mediados de marzo), pero, desde aquel momento, ha tenido serios problemas para confinar a su ciudadanía pese a la extensión del virus.

Respuesta económica

“Vamos a movilizar hasta 200.000 millones de euros, cerca del 20% de nuestro PIB. La mayor movilización de recursos económicos de nuestra historia. Se trata de un esfuerzo enorme, decidido y que responde a la magnitud del desafío”. Una movilización sin precedentes para paliar los daños económicos desde una perspectiva social anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 17 de marzo, tres días después de la declaración del estado de alarma.

Pero ¿cuál ha sido la respuesta de nuestros vecinos? Italia movilizó 350.000 millones de euros, Alemania 500.000 millones, Reino Unido 360.000, Francia 300.000. Cantidades superiores a la española, aunque, comparativamente, teniendo en cuenta la capacidad económica de cada territorio (su Producto Interior Bruto), similares en dimensión. Movilizaciones que, además, esperan venir acompañadas de medidas económicas solidarias por parte de la UE, en debate sobre cómo afrontar la crisis venidera. Una respuesta más colaborativa, y no basada en el crédito con intereses como en 2008, se prevé capital para que los países del sur no sean, de nuevo, los más golpeados.

EEUU, por su parte, prometió cantidades “a lo grande”. Con este anuncio, Donald Trump explicó que su país contaría con un billón de dólares (920.000 millones de euros) para hacer frente a las consecuencias del coronavirus.

Pioneros en la apertura de los bares

Pese a tener uno de los confinamientos más duros de Europa, España ha mantenido ciertos sectores inherentes a su carácter abiertos. Con limitaciones, claro. El reparto a domicilio ha sido una posibilidad todo este tiempo, y ya en la fase 0 se ha permitido que los ciudadanos acudan a sus restaurantes favoritos a recoger comidas. Este lunes, las provincias que entren en la fase 1 podrán acudir a las terrazas, que prestarán servicio con un aforo máximo del 50%. En la fase 2 se abrirán las barras y en la fase 3 se flexibilizarán las condiciones que deberán cumplir los locales.

Puede parecer algo totalmente necesario económicamente hablando. Sin embargo, este hecho se convierte en una peculiaridad si observamos al resto de países que trazan planes de desescalada. En Italia se puede prestar servicio para llevar desde el día 3 de mayo, pero los establecimientos no abrirán para consumo interno hasta el 1 de junio. En Portugal, la sociedad lusa deberá esperar hasta el 18 de mayo para disfrutar de las terrazas, que, al igual que en nuestro país, deberán reducir su espacio al 50%.

Más duros en la limitación son países como Bélgica, Alemania o Reino Unido, donde la hostelería permanece con las puertas cerradas. El Gobierno francés, por su parte, debatirá a finales de mayo si las condiciones se cumplen para que sus locales abran a partir del 2 de junio.

El comercio y la limitación de las aglomeraciones

El extraño símbolo de las peluquerías prima en esta comparativa. Mientras España permitió su apertura el pasado lunes, nada más arrancar la fase 0, países como Italia o Bélgica posponen estos servicios hasta junio. También Alemania se ha resistido a abrir los centros de belleza, haciéndolo este 4 de mayo tras dar vía libre a que los comercios de un tamaño inferior a 800 m2 abrieran sus puertas en las regiones con menor impacto del virus el pasado 20 de abril.

Brilla especialmente la prohibición, lógica, de abrir los centros comerciales y zonas con mayor afluencia de gente. Reducir las aglomeraciones es condición sine qua non para frenar la posibilidad de un nuevo brote, por lo que todos los países se fijan en las dimensiones de los comercios que abren sus puertas. En el caso de Portugal, la desescalada de los servicios se ha escalonado por amplitud: a partir del 4 de mayo abrieron los comercios inferiores a 200 m2, los establecimientos menores de 400 m2 podrán hacerlo a partir del 18 del mismo mes y los centros comerciales levantarán las persianas el 1 de junio.

En Francia todos los establecimientos, excepto la hostelería, podrán abrir a partir del día 11 de mayo siempre que se encuentren en las regiones del mapa que ha trazado el gobierno de Emmanuel Macron y que separa su territorio entre zonas seguras y críticas. La decisión sobre los centros comerciales correrá a cuenta de los ayuntamientos, que, dependiendo de las condiciones de sus territorios, tendrán poder de decisión.

Cines y teatros al 30%

En lo que se refiere al ámbito cultural, tendremos que esperar hasta la fase 2 (que entrará en vigor el próximo 25 de mayo para aquellas provincias que cumplan con los requisitos necesarios) para poder disfrutar de cines, teatros y salas de conciertos, ya que no será hasta entonces cuando algunos de estos espacios abran sus puertas. En esta línea el Gobierno señalaba el pasado 29 de abril que se podrán celebrar actos culturales con menos de 50 personas y serán posibles otros actos al aire libre, pero con menos de 400 asistentes. El Ejecutivo explicaba, además, que el aforo en los lugares de mayor capacidad quedará reducido en un 30%. Esta última medida no ha quedado exenta de polémica dentro del sector, ya que la gran mayoría no la considera rentable.

En la misma línea que España, Portugal y Francia han anunciado que podrían reabrir cines y salas de espectáculos el próximo 1 y 2 de junio respectivamente si la evolución del virus es la deseada. Otros países, como Alemania, han preferido poner fecha directamente a los eventos multitudinarios. El país teutón defiende que el 31 de agosto los ciudadanos podrían empezar a acudir a lugares más concurridos.

Giuseppe Conte ha sido uno de los más cautos. Como ocurriera con la hostelería, que solo presta servicio para llevar, o las peluquerías, que serán el último sector en abrir, el ocio no parece entre las prioridades del gobierno italiano. Por el momento, y pese a que la situación es cambiante, Italia especula con mantener cerrados los cines y salas de conciertos hasta otoño.

¿Cuándo vuelve el fútbol a Europa?

Prácticamente todos los países han permitido esta última semana el deporte al aire libre y de manera individual. En España reabren este lunes los centros de alto rendimiento e Italia y Reino Unido lo harán el próximo 18 de mayo. En el último de los casos, clubes como el Arsenal o el West Ham ya lo han hecho.

Sin embargo, hay una pregunta en común en todo el continente europeo: ¿cuándo se reanudan las principales ligas de fútbol? Todo apunta a que el país que antes retomará su actividad futbolística será Alemania. El pasado miércoles Angela Merkel daba luz verde al regreso de la competición el próximo 16 de mayo.

Los siguientes podrían ser Portugal, que reanudaría su liga a finales del mismo mes o España que, al igual que Reino Unido, espera disputar las jornadas pendientes de primera y segunda división entre los meses de junio y julio.

La Serie A italiana y la Ligue 1 francesa no se jugarán hasta la temporada que viene.

Movilidad interprovincial

Este lunes los ciudadanos de toda España que pasen a fase 1 podrán reunirse hasta con 9 familiares y amigos tanto en la calle como en espacios cerrados, siempre que se encuentren en la misma provincia. Aunque todavía se debe respetar la distancia social de dos metros, este es uno de los permisos más deseados por la sociedad. Para los viajes a otras provincias habrá que esperar un poco más: no serán posibles hasta que tanto la provincia de origen como la destino alcancen la denominada “nueva normalidad”.

Al igual que España, Italia también permitirá visitar a familiares en la misma provincia, pero no así reuniones o fiestas con mucha gente. Por su parte, Alemania pone incluso fecha a los viajes al extranjero que, si todo va bien, podrían empezar a producirse el 14 de junio.

El caso más diferente al nuestro es el de Francia. El gobierno de Macron permitirá que los ciudadanos puedan moverse libremente entre regiones si la distancia entre ambas no supera los 100 km. También destaca la situación en Bélgica, donde, por el momento, los viajes están prohibidos. El 18 de mayo se estudiará la posibilidad de hacer pequeñas escapadas dentro del territorio nacional con una duración máxima de 24 horas.

Las aulas no reabrirán hasta septiembre

La vuelta a las aulas es otro de los puntos a los que los diferentes países analizados se enfrentan de forma distinta. En España, salvo excepciones muy contadas -celebración de la EBAU, clases voluntarias en aquellos cursos que supongan la consecución de un título y menores que no tienen donde quedarse porque sus progenitores trabajen de forma presencial-, no se podrá volver de forma presencial hasta septiembre. En el caso de las universidades, el propio ministro Manuel Castells apuntaba esta semana que había que apostar por un modelo “híbrido” que diera más peso a las nuevas tecnologías y permitiera reducir las clases físicas.

Mismo criterio es el defendido por la administración italiana. El Gobierno de Giuseppe Conte ha apostado directamente por el aprobado general, mientras que en España muchas comunidades autónomas recelan sobre las bondades del paso de curso inmerecido.

En Alemania la vuelta a las aulas se ha realizado de manera progresiva y por territorios. En aquellas regiones con menor impacto del virus, los centros de secundaria ya han reanudado sus clases. Asimismo, Portugal podría abrir sus guarderías e institutos el 18 de mayo, pero deja a criterio de cada universidad la vuelta al sistema presencial.

En último lugar, Francia es quien más ha detallado este aspecto. El país galo abrirá sus guarderías el 11 de mayo, las escuelas el 15 (con un máximo de 15 alumnos) y los institutos el 18. Por su parte, la enseñanza universitaria se seguirá impartiendo a distancia.