El actual líder de Junts, Carles Puigdemont, ha convocado una reunión con la dirección permanente del partido el próximo domingo en Bruselas. Este encuentro supondrá un movimiento clave, ya que todo apunta a que pretenden dar un ultimátum al Gobierno de Pedro Sánchez. Recientemente, su portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, ya dejaba entrever este jaque: "Quizá habría que empezar a hablar de la hora del cambio", dijo. De esta manera, podemos estar asistiendo a los primeros coqueteos entre los catalanes y el PP de Feijóo.

La última reunión de la dirección de Junts se produjo el 21 de octubre en Suiza. Ya en aquella cita, plantearon a José Luis Rodríguez Zapatero su enfado por lo ocurrido en el Debate de Política General en el Parlament. Y es que, el PSC se negó a votar una propuesta de resolución de Junts que planteaba que celebrar un nuevo referéndum era la salida para solventar el conflicto político en Cataluña, mientras que los de Puigdemont pretendían que, mínimo, se abstuvieran. 

El ambiente comenzaba así a caldearse hasta culminar en el posible divorcio. Recientemente, los juntaires han expresado su malestar por la cuestión del catalán en Europa, es decir, los intentos de que el catalán sea reconocido como lengua oficial en las instituciones de la Unión Europea. Tras topar con la desconfianza alemana o las negativas bálticas, España ha tomado la decisión de dejar de presentar la petición por una cuestión de política europea. Y esta habría sido la carta que ha derribado el castillo de Junts. 

Según han confirmado fuentes del partido a El Confidencial, la intención de los independentistas es plantear la ruptura inminente con el Gobierno y el PSOE, por lo que la reunión en Bruselas servirá para poner sobre la mesa las distintas alternativas. El escenario más probable es el de plantear un ultimátum público, y breve, al líder del Ejecutivo para tratar que la situación de un giro de 180 grados.

Si no lograran ninguna reacción con este movimiento, Junts planteará dos medidas para que sus simpatizantes sean testigos de la ruptura con el PSOE. La primera de las venganzas consistiría en dar por finalizada y fracasada la ronda de contactos en Ginebra, en la que están participando el expresidente Zapatero, Carles Puigdemont y otros miembros reseñables de la cúpula del partido. En segundo lugar, se pediría públicamente a Sánchez que convoque elecciones. 

¿El inicio de un coqueteo con el PP?

Junts está cansado de que sus deseos no se hagan órdenes y, este miércoles, lo dejó muy claro en el Congreso de los Diputados. Aunque por el momento descartan unirse a la posibilidad de plantear una moción de censura junto a PP y Vox para tumbar al Gobierno, Nogueras ya ha lanzado un primer órdago.

"Quizá habría que empezar a hablar de la hora del cambio", decía la portavoz en el hemiciclo, insistiendo, ya fuera del hemiciclo, en que "el chicle ya se ha estirado hasta el final". Por ello, advertía de que, si no se producen cambios inmediatos, "pasarán cosas". El Gobierno trató de minimizar el efecto y lo calificó de "juego de palabras", pero desde Génova lo vieron con otros ojos. 

El dardo de Nogueras ha sonado bien entre los de Feijóo, que pueden encontrar un aliado con el que, si bien es cierto, coinciden en diversos temas, como la vivienda, los impuestos o la inmigración. "Si de verdad quieren un cambio, que llamen y reemplazamos esta etapa", publica El Mundo, citando palabras que vendrían de la dirección popular

A expensas de lo que ocurrirá en la permanente de dirección de Junts, no obstante, desde Génova se muestran cautos, ya que creen que el aviso de Junts se traducirá en "un rechazo continuo a las iniciativas del Gobierno y, sobre todo, a los Presupuestos" si finalmente llegan al hemiciclo.

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