El PSOE ha celebrado este lunes su Comisión Ejecutiva Federal para analizar los resultados desprendidos de las elecciones europeas celebradas este domingo. Los socialistas han valorado positivamente lo emanado de las urnas (20 escaños) después de haber conseguido recortar la distancia que dibujaban las encuestas hasta los dos escaños y cuatro puntos porcentuales. La mayor preocupación de la formación se centra ahora en el avance de la extrema derecha, tanto en Europa como en España, y en la debacle del espacio a su izquierda. De la primera variable culpa a Alberto Núñez Feijóo, a quien la portavoz ha considerado un “populista ultraderechista confeso”.
“El ciclo electoral ha concluido”, ha trasladado Esther Peña, y “ahora toca que este Gobierno progresista siga legislando para mejorar la vida de los españoles”, ha añadido la portavoz de los socialistas, descartando cualquier idea de adelanto electoral. “Si alguien esperaba adelanto electoral que elimine toda esperanza porque tenemos Gobierno progresista para rato”, ha trasladado. La fotografía tomada de los comicios comunitarios ha disipado la ide de “plebiscito” contra Sánchez que aireaba Feijóo, pero la irrupción de un nuevo partido ultra a la realidad política española no permite celebrar en exceso.
“Feijóo, Abascal y ahora Alvise. La alternativa al Gobierno progresista ya no es centrista, es ultraderechista y esto no son buenas noticias para nuestro país”, ha lamentado, incluyendo a los populares en el monstruo definido por la socialista: “el dragón de tres cabezas”. “El que llegó como un supuesto moderado se ha confesado como un populista ultraderechista confeso”, ha cargado antes de pedirle al PP “que pare ya”. “Es legítimo que Feijóo quiera gobernar, pero no que lo haga cualquier precio”, ha añadido.
La “vuelta de la normalidad” a las Cámaras de representación es la pretensión actual de los de Pedro Sánchez, aunque la conformación de la Generalitat de Catalunya, que este lunes afronta su primer capítulo con la conformación de la mesa del Parlament, podría dinamitar la recuperación de la tranquilidad que persigue Ferraz. Esquerra Republicana y Junts parecen haber alcanzado un acuerdo para repartirse los sillones y, salvo un sorprendente acuerdo de PSC y PP, Salvador Illa se acerca al primer escollo de cara a conseguir una mayoría que le otorgue el Govern.
Preocupación por la debacle de Sumar
La otra variable que preocupa a los socialistas es la caída del espacio ubicado a su izquierda. Sumar no ha conseguido finalmente el cuarto escaño, que pertenecería a Izquierda Unida (IU), y la guerra interna está garantizada con un escaso 4,65% de los apoyos. Representantes de todas las fuerzas que conforman sumar, desde Más Madrid hasta Compromís, pasando por los Comunes, ya han lanzado sus críticas ante la caída por debajo de Ahora Repúblicas (EH Bildu, ERC y BNG), la proximidad de Alvise Pérez y el resurgir de Podemos, que ha obtenido dos escaños.
“El PSOE quiere una izquierda fuerte y unida a su izquierda, pero sus decisiones a futuro las tienen que tomar ellos”, ha trasladado Peña, que ha querido “animar” a la parte minoritaria del Gobierno “a mirar con claridad de frente”. “Desde la seriedad y el rigor pongámonos a lo que tenemos que hacer”, ha instado, mientras las fuentes socialistas esperan a que Yolanda Díaz, mandataria de los magentas, de alguna explicación sobre los resultados y consiga solventar sus cuitas con Podemos y los propios partidos que conforman la agrupación.
Criticas al equipo de Ayuso, el TSJM y el CGPJ
Durante su comparecencia, Peña ha realizado poca autocrítica, aunque ha reconocido que al partido le habrías gustado ganar. “Estamos satisfechos porque hemos remontado once puntos de media según algunas encuestas y nos mantenemos por encima del 30% de los votos. Ahora trabajaremos duro para que en el próximo ciclo electoral los españoles voten de forma clara y contundente al PSOE”, ha apuntado al respecto. Asimismo, ha querido señalar varios condicionantes que han debido afrontar durante esta campaña y peso a los que han conseguido resistir.
“¿Es normal que el jefe de gabinete de la Comunidad de Madrid anuncie decisiones judiciales con horas de antelación? ¿Es normal que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) autorice una concentración de rezos frente a la sede de un partido en la jornada de reflexión y electoral que siempre acaban con cánticos y saludos fascistas? ¿Es normal que el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) se dedique a hacer política con su mandato caducado y mayoría conservadora?”. Esta batería de preguntas retóricas, considera Peña, evidencia el momento de fango político que atravesamos y del que, principalmente, culpa al PP.