La guerra de los debates continúa al rojo vivo. Los dos contendientes, en un permanente tira y afloja, no salen de sus posiciones una semana después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzara el guante al Partido Popular. Génova se negó en un primer momento, pero el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, aceptó celebrar al menos uno de los ‘cara a cara’ propuestos por el jefe de los socialistas. Sin embargo, a pesar de la insistencia de Ferraz, los conservadores no descuelgan el teléfono y las condiciones del debate aún están en el aire. Si bien en el entorno de la Ejecutiva Federal achacan el silencio de sus adversarios a una suerte de estrategia para evitar “errores no forzados”, en el cuartel general del PP justifican que “sus urgencias no son las nuestras”.

El pasado 5 de junio, una semana después del anuncio del adelanto electoral, Sánchez sorprendió con una novedosa propuesta que sirvió como aperitivo de la estrategia de campaña del Partido Socialista. Un ‘cara a cara’ semanal con el líder de la oposición hasta el 23 de julio para contraponer modelos y aportar más información a la ciudadanía. Tacticismo que se erige sobre el diagnóstico de la derrota del 28M, que pasa por recuperar el relato perdido. Más allá de, por supuesto, arrinconar al endeble espacio a su izquierda para concentrar el voto progresista en torno a su figura.

Sobre esos dos pilares trabajan los socialistas en esta precampaña. De ahí se extrae la urgencia del partido por contrastar modelos, la reubicación de la economía como eje vertebrador del argumentario -con Calviño a la cabeza- y convertir el 23 de julio en una dicotomía bipartidista: o Sánchez o Feijóo. No hay más cera que la que arde. Lógicamente no rehúyen de debates con el resto de las fuerzas del arco parlamentario, pero en fueros socialistas, tanto en público como en privado, insisten en que sólo hay dos papeletas con opciones reales para gobernar el país, aunque le pese a Sumar y a Vox.

Sin noticias de Génova

Los socialistas lanzan andanadas de presión sobre los conservadores. Feijóo abrió la puerta de par en par a un ‘cara a cara’ con Sánchez. Lo hizo ante los micrófonos de Más de uno, en Onda Cero, hace escasas fechas. Sin embargo, desde entonces, los equipos negociadores ni tan siquiera se han reunido para negociar los términos de ese primer debate. Las llamadas y los mensajes del PSOE se han encontrado con un férreo muro de silencio. La callada por respuesta, denuncian fuentes del próximas a la Ejecutiva Federal.

Este pasado lunes, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, volvió a intentarlo. Una llamada y una carta que, a esta hora, no han sido correspondidos por los populares. “Siguen sin contestar para hablar de los debates”, comentan voces autorizadas del primer escalafón socialista, que enmarcan la tentativa en un acercamiento para negociar los términos del ‘cara a cara’. Sin suerte.

En el entorno de la Ejecutiva Federal crece la indignación con la “manera de proceder” del Partido Popular. Entienden que su postura no es sino la prueba irrefutable del “desprecio absoluto” que sienten los conservadores por los ciudadanos. “No quieren que los españoles tengan toda la información posible antes de emitir el voto”, resume otra fuente, que apunta a las lagunas del líder de la oposición en el debate público. “Claramente hay carencias”, precisan en el cuartel general de la calle Ferraz. Creen que es una estrategia de Génova para “esconder” a su líder y evitar que “los errores no forzados que comete” se multipliquen.

Nadia Calviño abundó sobre los debates durante su comparecencia en la sede de los socialistas. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, que acudió a Ferraz para reunirse con el resto de coordinadores del programa electoral, personifica una de las patas de la estrategia socialista, que pasa por blandir la espada de la Economía como principal arma contra una derecha que no atina a definir su proyecto en este ámbito. De hecho, desde la sala de prensa de la sede, pese a su rechazo a ir en listas, urgió al PP a explicar sus propuestas para contrastar y debatir en uno de los ‘cara a cara’ sectoriales que avanzó Sánchez.

Ojo por ojo

La insistencia del PSOE contrasta, sin embargo, con la parsimonia autoinducida del Partido Popular. Fuentes conservadoras próximas a la cúpula de la formación confirman que Santos Cerdán se puso en contacto con Esteban González Pons, ungido por Elías Bendodo para llevar la batuta de unas conversaciones que aún siguen sin cristalizar. Asimismo, reconocen que el vicesecretario de Acción Institucional no ha replicado porque “está en el extranjero”.

El mensaje de los socialistas llegó “ayer (lunes) por la tarde”. Sin embargo, la respuesta no ha llegado. Las fuentes consultadas afean al PSOE que ahora reclame la “celeridad” que no tuvieron cuando Feijóo les remitió por escrito las propuestas en “materia económica, política internacional, seguridad y Justicia”. Por lo tanto, resumen estas voces, las urgencias del PSOE no son las del Partido Popular. El propio Bendodo, número tres en el escalafón de Génova, hizo un llamamiento al “sosiego” y a la “calma” a Ferraz, dado que aún se desconocen las coaliciones que concurrirán al 23J; pues el plazo vence el próximo 19 de junio.