El 41º Congreso Federal del PSOE se ha visto deslucido por las causas judiciales que persiguen al partido y al entorno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Desde la causa contra su mujer, Begoña Gómez, investigada en una polémica y dilatada instrucción a manos del juez Juan Carlos Peinado, hasta la de su hermano David, imputado esta misma semana por presunto tráfico de influencias, malversación y prevaricación. Dos investigaciones que se suman a las del 'caso Koldo', con el presunto conseguidor Víctor de Aldama lanzando toda serie de acusaciones contra la cúpula del Gobierno, o la relativa a la filtración del documento en el que Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reconocía su fraude fiscal. 

Desde el primer minuto en el que periodistas, militantes, delegados y dirigentes accedían al Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla el mensaje era el mismo: hay que tratar de cortar una deriva de odio y desinformación que quita brillo a la gestión del Ejecutivo y el trabajo del partido, insistían fuentes internas. No obstante, y pese a que la voluntad era inequívoca, existen dudas sobre cómo atajar un problema complejo. Finalmente, ha sido en boca del secretario de Organización, Santos Cerdán, cuando el PSOE se ha lanzado abiertamente a decir públicamente lo que hasta ahora permanecía en las conversaciones a puerta cerrada. 

"Son las mismas mentiras de siempre propagadas por programas de radio, youtube y columnas de prensa. Incluso en sede judicial. Sí, hay que decirlo abiertamente, propagan su odio en sede judicial. Lo hemos visto claramente y lo seguimos viendo cuando nos atacan descaradamente sencillamente por lo que representamos, que es todo lo que ellos odian. El presidente Sánchez es quien mejor ejemplifica esta cacería judicial", indicaba Cerdán. 

"Siempre son los mismos. Ya está bien de peligrosas frases como "solo el pueblo salva el pueblo". No nos equivoquemos, el pueblo son los médicos, los barrenderos y los que pagamos los impuestos. Lo contrario es la jungla, un tsunami ultra y una industria de odio generando odio y bilis para pescar en río revuelto. Son los de siempre los que intentan pescar, imponiendo su visión reaccionaria que cuesta vidas", proseguía. 

El número tres del partido, que ha hecho un recordatorio sobre el trabajo orgánico realizado desde el último Congreso Federal, no se ha quedado ahí, denunciando "tretas espurias" que hay que combatir desde un nuevo prisma que ponga fin al libre albedrío de la derecha en un sistema anclado en varios ejes y satélites. "A aquello de "quien pueda hacer, que haga" contestaremos con talento y trabajo", sentenciaba.

"¿Lawfare?"

Es el término de moda y el más complicado de pronunciar en voz alta. Por su amplio significado y por la fácil respuesta de la derecha, basada sencillamente en despejar las acusaciones denunciando una intolerable intromisión en la separación de poderes.

El primero en abrir el debate sobre si hay que hablar de lawfare o buscar otra terminología ha sido Unai Sordo, secretario general de CCOO: "Realmente da igual. Es un debate naif. Estamos ante la reacción en términos que no habíamos conocido en España desde hace 43 años. Esto no tiene una explicación únicamente española. Los fachas y los jueces tienen equivalencias en países muy diversos y en distintos continentes", aseguraba. 

"Hay incertidumbre e inseguridad. Hay falta de certezas y una pérdida de expectativas en el futuro que desde la política o las fuerzas sindicales debemos diagnosticar. El actual esquema, siendo una construcción de primera magnitud, sigue teniendo importantes déficits para hacer frente a las deficiencias del día a día. Hay que construir en ese terreno", remataba, tratando de recetar una salida a un problema geopolítico de primera magnitud.

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