Primero fue Javier Ortega Smith en Madrid. Después, el foco se situó en Cangas (Galicia). Dos episodios de agresiones en plenos municipales prácticamente seguidos y en plena época navideña. El envoltorio de paz y amor de las festividades no ha llegado a algunas corporaciones, donde la crispación enturbia aún el ambiente de los salones plenarios. Una “epidemia de violencia” que ha causado especial preocupación en el Partido Socialista, especialmente tras el incidente en la localidad gallega, cuya víctima fue uno de sus conejales. El PSOE lo achaca, de hecho, a la tensión que busca la derecha. “Cuando no gobiernan, hacen todo lo posible para generar crispación”, ha señalado el vicepresidente primero del Congreso y secretario de política municipal de los socialistas, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Este pasado 24 de diciembre, antes de las copiosas cenas de Nochebuena, se viralizó en redes sociales una presunta agresión cometida por un concejal del PP de Cangas, que responde al nombre de José Luis Gestido. En el clip se observa cómo el edil del municipio gallego levanta la mano a la también concejal socialista Iria Malvido, que logró apartársela tras una descarnada discusión en el pleno.

Un episodio que se reproduce dos días después del botellazo de Javier Ortega Smith, concejal en el Ayuntamiento de Madrid y diputado nacional de Vox, a Eduardo Rubiño, edil de Más Madrid en la corporación municipal. De hecho, los socialistas en Cangas utilizan la agresión del ultraderechista como comparativa de lo sucedido en el salón plenario, aunque en esta ocasión con un protagonista del Partido Popular. A pesar de los vídeos difundidos, el PP niega la mayor y aseguran que “en ningún momento” fue un intento de agresión a la teniente de alcalde.

Preocupación en el PSOE

Esta oleada de agresiones ha trasladado el foco del debate público en los últimos días. De hecho, en el PSOE hay voces que han salido a denunciar este tipo de conductas, incluida la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría. A través de su perfil oficial en la red social X, la socialista ha pedido la cabeza del concejal del Partido Popular. “Tiene que dimitir. Las agresiones físicas no pueden consentirse jamás”, sentenciaba este pasado domingo la ministra portavoz, al tiempo que exigía a los conservadores “poner orden y acabar con estos comportamientos de una vez por todas”.

El resto de la cúpula socialista reprodujo las quejas de Alegría, tan sólo dos días después del fatídico incidente en el salón de plenos del Ayuntamiento de Madrid. Comportamientos que, a ojos de algunas voces de la dirección federal, van estrechamente ligados. De hecho, así lo estima el vicepresidente primero del Congreso de los Diputados y responsable del área municipalista del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

El número dos de Armengol en la Mesa de la Cámara Baja ha atendido este martes a diversos medios de comunicación, desde donde ha transmitido la “preocupación” de los socialistas ante la escalada de violencia en los plenos municipales, concretamente por parte de la derecha. De hecho, ha atribuido directamente al PP y Vox la “epidemia de violencia” en las corporaciones: “Hacen todo lo posible para que se genere crispación”.

“Cuando el Partido Popular o la derecha no gobierna, hace todo lo posible para que se genere no sólo crispación, sino deshumanizar a quien lidera en ese momento el Ejecutivo”, ha destacado Gómez de Celis, quien al mismo tiempo ha precisado que “la aparición de la ultraderecha ejerce como arrastre” para los conservadores. Desde el PSOE dicen “reprimir” las agresiones, aunque las “sufren” sus trabajadores y en sus sedes. Al menos desde que la extrema derecha trasladó el acoso a las calles, coleccionando pintadas e insultos.

“Estamos muy preocupados porque parece que hubiese una epidemia de violencia en los plenos de los ayuntamientos y en otros lugares”, ha sentenciado Gómez de Celis. El responsable de la política municipal de los socialistas, de hecho, ha advertido de la necesidad de posicionarse en este tipo de controversias. “Los medios de comunicación no pueden estar equidistantes ante estas situaciones, no puede ser que se equipare por igual el que sufre el acoso, como el que lo ejerce”, ha advertido.