"La cosa empieza con un 'no es para tanto'", pronunciaba el presentador navideño de Hoy por hoy, José Luis Sastre en el editorial de este lunes haciendo referencia a Vox y Javier Ortega-Smith tras agredir a un concejal del Ayuntamiento de Madrid.

"Se grita maricón a las puertas de una sede, pero no es para tanto. No es para tanto que un diputado se encare con los policías antes de que empiecen los disturbios a las puertas de esa sede. No es para tanto que un concejal agreda a otro en el pleno de la capital de España. Eso es la victimización de la izquierda que dijo que lo de colgar por los pies era solo una metáfora", indicaba introduciendo las palabras de Eduardo Fernández Rubiño, concejal de Más Madrid agredido por Vox este viernes explicando que, tras tirarle los papeles y una botella, éste le dijo "ahora llora". 

"Lo único que ha pasado han sido los días. Y si los días pasan sin que pase nada más, seguirá ensanchando el campo del no es para tanto, quién sabe dónde", agregaba José Luis Sastre sobre su no dimisión. "¿Será eso el germen de la discordia de la que habló el Rey en un discurso que cada partido ha preferido interpretar según sus intereses?", se preguntaba.

Vox y el germen de la violencia

Vox está experimentando, en los últimos meses y semanas, una estrategia clara de subida del tono, tanto en las instituciones como en la calle. Ya son varios los episodios en los que se ha visto a miembros del partido de ultraderecha, elegidos por la ciudadanía, cometer actos sin cabida en las instituciones que representan. La más reciente ha sido la del concejal y portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, quien agredió al parlamentario de Más Madrid Eduardo Rubiño este viernes al propinar un carpetazo a una botella que salió disparada directamente hacia el político progresista. Pero no ha sido la única: Abascal, Vicente Barrera y las protestas de Ferraz han marcado la más reciente agenda ultra, con una escalada discursiva que no parece estar cerca de detenerse.

Sin ir más lejos, el pasado martes, el vicepresidente de la Generalitat Valenciana, Vicente Barrera, famoso por dedicarse al toreo antes de dar el salto al ruedo de la política, se encaró con un diputado del PSPV durante el debate de Presupuestos. Dentro del hemiciclo, el vicepresidente se enfrentó al parlamentario José Chulvi y le dio unas palmadas en el pecho después de que el socialista se refiriera en varias ocasiones al líder de Vox como "censor".

En ese sentido, el diputado del PSPV y portavoz adjunto de la formación socialista le entregó a Barrera un "diploma de gran censor" al finalizar el debate, en referencia a las políticas culturales que se están poniendo en marcha desde su cartera. "Chulvi le ha faltado al respeto y el vicepresidente se ha sentido ofendido", argumentaron desde el entorno de Barrera, considerando justificable su comportamiento chulesco contra otro parlamentario.

El propio presidente del partido, Santiago Abascal, también ha sido partícipe de este viraje. En una entrevista con el diario argentino 'Clarín', el dirigente de Vox cargó con todo contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegando a decir que "el pueblo querrá colgarle de los pies".

"Pedro Sánchez no es astuto y hábil como la gente piensa. Un político que no tiene escrúpulos tiene una ventaja competitiva sobre los políticos honrados. Yo tengo unos principios. No puedo venderlos. Sánchez no tiene ninguno. Habrá un momento dado que el pueblo querrá colgarlo de los pies", expresó el ultraderechista. "Yo no sé si llamarles zurdos de mierda, si llamarles canallas o cómo calificarlos, pero desde luego eso hay que calificarlo de una manera muy dura, implacable, porque hay que decir la verdad. Javier Milei, con un tono y un estilo crudo, ha dicho la verdad en Argentina. Yo creo que el estilo es discutible, no es lo más importante. En un sitio quizá funcione, en otro no. Pero decir la verdad es esencial. Milei ha dicho la verdad", añadió, en referencia a los constantes insultos del anarcocapitalista a la izquierda.