En Madrid, el color rojo de las fachadas de sus bares y tabernas no es una simple coincidencia, sino un rasgo cultural arraigado. A lo largo de los siglos, el color rojo en las fachadas de los bares ha servido como una pista, especialmente para aquellos clientes que no sabían leer, de que en esos establecimientos se vendía vino. Esta tradición se remonta, según varias fuentes, al menos al siglo XVII.

En aquel tiempo, Madrid albergaba una cantidad considerable de tabernas, más de 300 según algunas leyendas, mientras que las librerías eran escasas, lo que se traducía en una población con un alto índice de analfabetismo. Hay que tener en cuenta que a finales del siglo XIX el porcentaje de ciudadanos que no sabían leer ni escribir era aproximadamente del 90%. No fue hasta principios del siglo XX que se produjo una alfabetización general en la población de España.

Es Madrid ciudad bravía que, entre antiguas y modernas, tiene 300 tabernas y una sola librería

Francisco de Quevedo y Villegas

En este contexto histórico, el color rojo era todo un lenguaje visual universal. Además, se dice que los hosteleros elegían este color, que realmente tira más al granate, porque recordaba al tono del vino tinto. Además de su función indicativa, el rojo también podría tener connotaciones de calidez y acogida, creando un ambiente muy atractivo para locales y turistas. Una elección cromática tan lógica como práctica que conseguía atraer decenas de clientes en busca de esta bebida alcohólica.

Con el paso de los siglos, aunque la alfabetización mejoró considerablemente, el color rojo se mantuvo como una característica distintiva de muchas tabernas madrileñas. Siendo no solo un homenaje a su herencia histórica, sino que también se ha convertido en parte de la identidad estética de la ciudad. Muchas de estas tabernas, como la famosa Casa Paco y la preciosa Taberna de la Elisa, son ahora reconocidas por su comida y bebida tradicional, y también por su inconfundible fachada emblemática.

Algunas tabernas con fachada roja en Madrid

Para satisfacer la curiosidad de quienes habitan en la capital o para aquellos que viajarán a Madrid próximamente, a continuación se recogen algunas de las tabernas más famosas con fachada roja repartidas por todo el centro de la ciudad.

  1. Casa Alberto: fundado en 1827, este histórico bar es conocido por mantener su encanto y estilo tradicional. Ubicado en el corazón de Madrid, en la Calle de las Huertas número 18, un edificio donde vivió Miguel de Cervantes en el siglo XVI, Casa Alberto es famoso por sus tapas, su vermú casero y por mantener el casticismo madrileño.

  2. Casa Paco: fue fundada en 1870 y se sitúa en la Plaza de Puerta Cerrada número 11, en La Latina. Durante la década de 1930 este bar fue reformado por Francisco Morales, conocido como Paco, convirtiéndolo en un restaurante muy frecuentado por todo tipo personalidades famosas desde Orson Welles hasta Rosalía, cuyas fotografías adornan las paredes del local.

  3. Las Bodegas de la Ardosa: fundada en 1892, esta cadena de bodegas se concibieron para comercializar los vinos de la comarca vitivinícola "La Ardosa", ubicada en la provincia de Toledo. En la actualidad, son un lugar de culto para los amantes del vino y la cerveza en Madrid. Situadas en Calle de Colón número 13 y en Calle de Santa Engracia número 70, destacan también por sus patatas bravas y tortillas.

  4. Casa Ciriaco: situado en el número 84 de la Calle Mayor de Madrid, tiene una historia que se remonta a finales del siglo XIX. Inicialmente, en 1897, abrió como almacén y tienda de vinos, pero en 1929, tras pasar a manos de los hermanos Pablo y Ciriaco Muñoz Sanz, se transformó en la casa de comidas que conocemos hoy​. Valle-Inclán transformó el lugar en la "Cueva de Zaratustra" en la novela Luces de Bohemia, y el dibujante Antonio Mingote diseñó el sello del restaurante, ambos fueron habituales de Casa Ciriaco.

  5. Taberna de la Elisa: abierta en 1906, esta taberna es un tesoro histórico del Barrio de las Letras y también una joya artística, gracias a su decoración tradicional con azulejería. Esta taberna es conocida por ofrecer auténtica cocina madrileña reintentada para alta cocina, que no pierde en su elaboración "ni una pizca de la esencia cañí".

  6. El Anciano Rey de los Vinos: la historia de este bar comienza en 1886, llamado entonces "Casa Pedro Martínez" donde vendían café, aguardiente y té. Más tarde, en 1909, Luis Montón se hace cargo del local convirtiéndolo en El Anciano Rey de los Vinos. Situado en la Calle Bailén número 19, frente al Palacio Real y la Catedral de la Almudena, es famoso por su amplia selección de vinos dulces y por sus tapas tradicionales madrileñas.

  7. Casa Julio: desde 1921, Casa Julio ha sido famoso por sus croquetas, atrayendo a locales y turistas por igual. Se encuentra en la Calle de la Madera número 37, en Malasaña, y fue visitado por la banda de reconocimiento internacional U2 a principios de los años 2000 cuando el grupo irlandés vino a Madrid a recoger un premio, lo que aumentó notablemente su popularidad. 

  8. Los Chanquetes: ubicado en el Barrio de las Letras de Madrid, en el numero 2 de la calle de Moratín, este bar es conocido por su ambiente taurino y su cocina casera. Fundado en 1972, en un edificio que data del 1857, Los Chanquetes ha ganado fama por su menú lleno de recetas tradicionales españolas como el rabo de toro, los callos a la madrileña, y las judías con almejas.

  9. Cervecería Los Caracoles: fue abierta en 1982 y se ubica en la Calle Toledo número 106, lugar donde existió la Casa Juan Bueno, antigua taberna de espejos cóncavos y señorial barra de estaño, muy frecuentada el siglo pasado. En la actualidad es famoso por su plato especial de caracoles y sus cervezas bien tiradas.

La historia del Bar Chicote, ligada a grandes artistas

El Bar Chicote, fundado en 1931 por Perico Chicote, un reconocido barman del Hotel Ritz, destacó por ser uno de los primeros locales en introducir el concepto de coctelería en Madrid. Durante la Guerra Civil, Chicote se quedó en San Sebastián y no volvió a la capital hasta que terminó el conflicto, pero el local siguió funcionando gracias al esfuerzo de los camareros que lo mantuvieron abierto.

En 1947, se inauguró en los sótanos del establecimiento el Museo Chicote, nombre actual del bar, que alberga una extensa colección de licores, distintos recuerdos y una amplia gama de firmas de personalidades de importancia internacional como el escritor y periodista estadounidense Ernest Hemingway, quien frecuentaba el lugar. Hemingway escribió La Quinta Columna, su única obra de teatro que trata sobre la Guerra Civil Española, inspirándose en sus visitas al Bar Chicote.

En definitiva, el local, situado en la Calle Gran Vía número 12, se convirtió en un refugio para soldados y brigadistas que buscaban escapar del intenso asedio que sufría la ciudad. Y aunque en la actualidad la fachada no es granate y solo queda en rojo su letrero de neón, por dentro, el establecimiento mantiene las paredes color vino, características de los bares madrileños.

Además, este icónico bar se nombra en el chotis Madrid del artista Agustín Lara estrenado en 1948 en una emisora radiofónica mexicana e interpretado en la película La Faraona junto a Lola Flores en 1956.

Cuando vengas a Madrid morena mía

voy a hacerte emperatriz de Lavapiés

alfombrarte con claveles la Gran Vía

y a bañarte con vinillo de Jerez.

En Chicote un agasajo postinero

con la crema de la intelectualidad

y a la gracia de un piropo retrechero

más castizo que la calle de Alcalá.

Madrid, Madrid, Madrid,

un pedazo de la España en que nací;

por algo te hizo Dios

la cuna del requiebro y del chotis.

Madrid, Madrid, Madrid

en México se piensa mucho en ti

por el sabor que tienen tus verbenas

por tantas cosas buenas

que soñamos desde aquí.

Y vas a ver lo que es la canela fina

y armar la tremolina

cuando llegues a Madrid.

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