El antes y el después del Partido Popular se citaron frente a frente este jueves. El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el actual líder de Génova, Alberto Núñez Feijóo, encabezaron la presentación del libro Discursos Parlamentarios de Mariano Rajoy. Presidente del Gobierno 2011-2018 este jueves en el Congreso, donde cada uno, pese a la connivencia de argumento que marca su formación, expresó sintonías dispares con respecto al tablero político acuciante.

Siguiendo la tónica a la que tenía acostumbrada a la clase política y opinión pública durante su mandato al frente de La Moncloa, Rajoy es considerado como un dirigente que rehúsa de la confrontación directa y el tono bronco en su discurso, detalle que volvió a denotar en esta ocasión frente a los ataques de Feijóo hacia Pedro Sánchez, a quien acusó en esta presentación literaria de ejercer una actitud “ególatra” y de “malversar el Poder Legislativo”.

Bajo el marco del legado que dejó el expresidente del Gobierno tanto a nivel parlamentario como de huella de los populares, Feijóo vino ensalzando “la política para adultos” de Rajoy, situándole como uno de los mejores parlamentarios de la historia de España a la altura de otros exmandatarios como José María Aznar Felipe González. Así, reiteró su papel ante crisis como el independentismo catalán: “Ninguno de estos hitos hubiesen tenido en su día un desenlace feliz, sin tener al frente del Gobierno a Mariano Rajoy”, reiteró.

Sin embargo, en lo que concierne al tono que ambos emplearon para dirigirse a la actual acción gubernamental del Ejecutivo de Sánchez, las diferencias entre ambos fueron la tónica del conjunto del evento.

Rajoy se refirió al orden institucional

El expresidente del Gobierno, por su parte, se remitió a la aprobación pendiente de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025, sobre los que, si no cabe posibilidad de sacarlos adelante, instó a que el paso a seguir es “disolver” las Cortes Generales y volver a un ciclo electoral: “No pasa nada”, dijo.

Así, recordó que durante su etapa en Moncloa, “nunca faltaron los Presupuestos, como en todas las democracias”: “Siempre se hizo así y en todas partes”, reiteró, instando así a Sánchez a hacer lo propio. Rajoy impulsó hasta siete partidas presupuestarias en su mandato, pero las de 2017 y 2018, en su recta final, cuando ya no gozaba de mayoría parlamentaria, tuvo que presentarlas en abril, menos de dos meses antes de la moción de censura que le hizo dejar el cargo presidencial.

De la misma manera, Rajoy vino recordando algunas de sus palabras de su discurso en la moción de censura y los “argumentos” que expresó entonces el diputado José Luis Ábalos para justificar su salida en cuanto a “una interpretación libre e interesada de una sentencia judicial”. Replicó así lo que le dijo entonces el que fuera uno de los dirigentes de peso de Ferraz: “¿Acaso el PSOE está limpio? (…) Para venir a dar lecciones hay que estar en condiciones de darlas. Si no, es mejor callarse. (…) Ese diputado era el señor Ábalos Meco. Así se escribe la historia”, expresó.

Feijóo entona el discurso bronco contra Sánchez

Pese al tono plenamente parlamentario del acto, fue de parte del actual líder de Génova por la que vino el tono más opositor hacia Moncloa, bajo el marco así de el reciente ‘no’ de los populares, junto a Junts, al decreto ómnibus del Gobierno, por el que la subida de las pensiones y las bonificaciones al transporte público, entre otras medidas, han quedado en papel mojado.

Así, Feijóo acusó al presidente del Gobierno de ejercer una “egolatría imperante”, tildándolo así de “político desnortado” por estar “malversando el Poder Legislativo” con “trucos” y “decretos trampa”. En este sentido, se aventuró a preguntarse cómo funcionaría España si se aplicasen a nivel nacional las políticas que se ejercen desde su partido en las comunidades autónomas donde gobiernan: “Me pregunto cómo sería nuestra nación en la actualidad si esas políticas sensatas no sirvieran de contrapeso al caos cotidiano de la política gubernamental”, subrayó.

Con retroceder a este primer Pleno del Congreso del año, al que se llevó este escudo social del Gobierno para someterlo a votación y en el que se incluían estas medidas de calado, en un principio, se barajaba una abstención del PP para evitar la caída de las pensiones o el transporte público, pero nada de este hipotético escenario terminó materializándose. Horas después, y en connivencia con los neoconvergentes, los de Núñez Feijóo ratificaron su negativa a apoyar el decreto ómnibus de los socialistas y demás socios del Gobierno.

Días más tarde, desde Génova vienen consolidando esta posición acusando al Ejecutivo central de meter bajo un mismo “batiburrillo” distintas leyes y tener, esencialmente, a los pensionistas “como rehenes”, según vino entonando en voz del conjunto del partido su secretaria general, Cuca Gamarra, este jueves.

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