En las últimas horas y con motivo de las dimisiones en cascada que asolan la mermada guardia pretoriana de Pablo Casado, un personaje ha generado las mofas del respetable tuitero. Su nombre es Fran Hervías, unos de los tránsfugas por antonomasia de este país -con permiso de Toni Cantó-. Dimitió como secretario de Organización de Ciudadanos al poco de llegar Inés Arrimadas a la dirección del partido. Además, fue una de las personas a las que Teodoro García Egea recurrió para salvar la moción de censura en la Región de Murcia comprando diputados naranjas. Y lo consiguieron. Hervías es uno de los perfiles más repudiados en Ciudadanos por su traición y, tras ser fichado por el PP, ahora, ha vuelto a ataviarse de Iscariote.

Hervías escribió en su cuenta oficial un tuit urgiendo a Casado a convocar un Congreso Extraordinario: “Es la hora de los afiliados. Toca unidad y fuerza, más que nunca. El enemigo es el sanchismo y toca ganarle en las urnas. Como un afiliado más, seguiremos trabajando para conseguirlo”. No era su primera traición y, por ello, Twitter hizo de su post uno de los memes del día.

Tal fue la cosa que María Muñoz, diputada de Ciudadanos, recurrió a la fina pero incisiva ironía para responderle: “No aceptamos cambios ni devoluciones”.

Fran Hervías huyo del partido naranja por conveniencia en busca de un futuro más próspero en las filas populares. Esa aspiración, ahora, se ve truncada. Fue un fichaje de Egea, no por brillante, sino por útil. Una herramienta a la que recurrió el fontanero del PP para salvar el Gobierno de su tierra, la Región de Murcia. La pregunta, ahora, es qué le aguarda el destino con el cambio de dirección en Génova.

Lo adelantamos: la nada más absoluta. A buen seguro, Alberto Núñez Feijóo, el llamado a ser el sucesor de Casado por aclamación, no recurrirá a los fieles de Egea, aunque su lealtad tornara. El gallego emprenderá la ardua tarea que conlleva la reestructuración integral del partido. Nombrará a su personal de confianza y a aquellos perfiles valiosos. Hervías no es ni lo uno ni lo otro.

Huida a la derecha

Hervías abandonó Ciudadanos días después de que su hasta entonces partido presentara a dúo con el PSOE la moción de censura en Murcia. Un movimiento cuya primera piedra se puso desde las direcciones nacionales de sendos partidos y que, a la postre, ha condenado a los liberales al ostracismo político en Castilla y León y a su defunción en la Comunidad de Madrid.

Tres días después del registro de la moción en la Asamblea de Murcia, Fran Hervías anunciaba a través de su Twitter su baja como militante de Ciudadanos, acompañado de un comunicado cargado de nostalgia riverista. Al hasta entonces senador naranja le preocupaba el volantazo del partido bajo la tutela de Inés Arrimadas, que no sólo había sostenido los estados de alarma del Gobierno de Sánchez, sino que acusaba un giro “sanchista”. “Es parte del problema, no la solución”, aseveró el que fuera hombre fuerte de Rivera.

El mismo día anunció su baja de Ciudadanos, comunicaba al público su fichaje por el “proyecto de Pablo Casado”. Lo hizo en una entrevista concedida al diario El Mundo, donde explicó, a pesar de la coincidencia de las fechas, que tomó la decisión de abandonar el barco de Arrimadas tras las elecciones de Cataluña. Es decir, un mes antes del cese de militancia. En esa misma charla admitió también su sincronía con Teodoro García Egea, con quien trabajaría codo con codo para facilitar el transfuguismo en Murcia y ayudar a López Miras a sortear la moción de censura.

¿Y Toni Cantó?

Hervías no fue el único en desertar para tomar la senda de la derecha. Al exsenador le siguió Toni Cantó, quien entre lágrimas a las puertas del cuartel general naranja verbalizó su descontento con la dirección de su partido. Su paulatino acercamiento a Génova facilitaban pronosticar que acabaría con sus huesos en el Partido Popular. La única incógnita a despejar era conocer en calidad de qué.

Con las elecciones en Madrid ya convocadas para el 4 de mayo, la dirección nacional pensó que su óptimo destino sería la lista de Isabel Díaz Ayuso para la Asamblea de Madrid. La integración de Cantó en el PP no fue fácil y, de hecho, fue uno de los primeros encontronazos entre Génova y Sol, saldándose con el conocido veto de García Egea a Miguel Ángel Rodríguez, la mano derecha de la presidenta madrileña.

La dirección nacional se salió con la suya y forzó su inclusión en la candidatura de Ayuso, concretamente en el puesto 5 de la lista. Sin embargo, una denuncia del PSOE truncó los sueños del actor y la decisión de la presidenta madrileña fue desterrarle a la Oficina del Español, creada exclusivamente para dar cabida al ex de Ciudadanos.

Significativo ha sido el silencio de Toni Cantó durante estos días de guerra relámpago en el Partido Popular. Su hiperactividad en redes sociales se ha detenido por completo. Tan solo dedicó un tuit a Ximo Puig para defender el Zendal de su ‘jefa’. Más allá de eso, mutismo absoluto. Pero su futuro está garantizado en la Oficina del Español, al menos mientras Ayuso mantenga el Gobierno de la Comunidad de Madrid.