El fichaje de Toni Cantó puso de relieve las discrepancias existentes entre Génova y el entorno de Isabel Díaz Ayuso. La dirección nacional del PP se movió con premura para incorporar al disidente de Ciudadanos, una rapidez que no gustó a la presidenta de la Comunidad de Madrid porque “era ella quien quería marcar el ritmo”. La baronesa conservadora quería atar, en primer término, el “sudoku” de sus propias listas, pero el movimiento de la cúpula precipitó los acontecimientos.

Un día después del anuncio de la integración de Toni Cantó en las listas del Partido Popular para la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso acudió a Génova para limar asperezas con Pablo Casado y, ahora sí, resolver el rompecabezas del orden de los candidatos con la incógnita, aún, del puesto que ocuparía el ex de Ciudadanos.

A la reunión, además de los citados, acudieron los gerifaltes del Partido Popular de Madrid (Pío García Escudero y Ana Camins) y el secretario general, Teodoro García Egea. Sin embargo, la principal ausencia en este pequeño cónclave fue el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez (MAR).

Según desvela El Independiente, el motivo de la ausencia del gurú de Ayuso no es otro que un veto directo y expreso de Teodoro García Egea. El secretario general de los populares desconfía de las intenciones de Miguel Ángel Rodríguez. Entiende que las pretensiones del jefe de gabinete de la baronesa no se circunscriben al ámbito regional, sino que pretende extender sus redes en el seno de Génova.

El entorno de Egea admite las dudas existenciales que recaen sobre MAR y una presunta estrategia para convertir a Ayuso en alternativa fuerte a Pedro Sánchez, eclipsando así a Pablo Casado. Por su parte, desde la Puerta del Sol deslizan que Rodríguez no acudió a la cita porque se trataba de una “reunión de partido”.