El Partido Popular no desinfla el globo de los contactos con Junts. La confesión de los conservadores, que colapsó las titulares de los medios de comunicación el pasado sábado pese a negar la mayor a posteriori, envuelve la recta final de la campaña. Génova dio orden de reorientar el debate. Desnacionalizarlo, más bien, pero desde ala socialista del Gobierno se resisten a soltar el hueso y redoblan su estrategia de presión sobre el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, Bolaños incluye su nombre en la terna de ministros del PSOE que han urgido al presidente del PP a pedir perdón por lanzar a la calle contra su formación después de abrir la vía de negociación con los neoconvergentes. De hecho, el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes está convencido de que detrás de la oferta a Puigdemont hay mucho más: “Es sólo la punta del iceberg”.

Tras el lapsus de la asunción, Moncloa se ha esforzado por arrinconar a Feijóo contra sus propias palabras. Altos cargos del Ejecutivo, y también del Partido Socialista, han recordado los tres meses de hostigamiento por parte del líder de la oposición en las calles, convocando manifestaciones por doquier y dibujando la amnistía como poco menos que una “traición” del PSOE a España. Ruido, según denuncian entre las filas socialistas, que enmascaraba los contactos entre bambalinas con los neoconvergentes, a quienes trasladaron incluso la posibilidad de indultar a Puigdemont toda vez fuera juzgado y renunciara a la unilateralidad.

Por ello, miembros del Ejecutivo han saltado en tromba para poner frente a su espejo a Feijóo, convencidos de que los contactos del Partido Popular con Junts para lograr su apoyo en la investidura fallida no son sino “la punta del iceberg” de lo que en realidad les llegaran a ofertar. El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha manifestado su “total convencimiento” de que aún queda mucho por desenterrar de la tentativa conservadora.

El titular de Justicia, en declaraciones a Rac1, cree firmemente que los populares hubieran concedido y tramitado una ley de amnistía a Junts de tener los números a favor. Sin embargo, Bolaños recuerda que Feijóo tenía el “problema añadido” de Vox, dado que sin la extrema derecha era imposible articular una mayoría parlamentaria al bloque progresista.

Campaña contra el PSOE

Bolaños ha recordado el “ruido” que la derecha trasladó a la calle para protestar contra una ley de amnistía que, tres meses después, incluso estudiaron en su momento durante al menos 24 horas. “Nos han llegado a decir barbaridades absolutas… A un partido que es democrático, constitucional y de Estado”, lamentaba el responsable de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, quien al mismo tiempo urge a los conservadores a “pedir perdón”. Disculpas que orienta no solo hacia el PSOE, sino también a la ciudadanía por la campaña de oposición a la medida de gracia que, ahora, queda patente que “no se creía ni él”.

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La narrativa de oposición del Partido Popular se autodestruyó por completo, pues en ese “error de cálculo” también admitieron las dificultades que comportaba condenar por terrorismo a Carles Puigdemont. Bolaños, haciendo gala de una fina socarronería, ha deslizado que tanto él como el presidente del Gobierno piensan “igual que Feijóo”. “No hubo terrorismo en el procés”, remató el súper ministro de Sánchez.

No sólo Junts

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) subió la temperatura de la cocción este pasado martes al desvelar también un tímido contacto del Partido Popular con su formación. La diputada independentista Teresa Jordà verbalizó las conversaciones que mantuvo con Carlos Floriano, parlamentario popular a finales de agosto, en el marco de las negociaciones de cara a la investidura de Alberto Núñez Feijóo, que fracasó en su intento al contar con el “lastre” de Vox en la mochila.

“Me llamó para ver si era posible que nos pudiéramos ver. Era en el momento justo en que Feijóo trabajaba en su investidura. Yo simplemente recogí el encargo, le dije que lo veía difícil, pero en cualquier caso hablaría con quien tenía que hablar. Lo hice y evidentemente pues no nos vimos con el PP”, relató la parlamentaria republicana ante los micrófonos de Radio Nacional (RNE). Jordà reconoce que Floriano “insistió lo justo y necesario”, aunque le avanzó que era difícil obtener el apoyo de ERC, pues consideran que fue su formación “provocó y puso gasolina” en el conflicto entre Cataluña y España. Por tanto, a diferencia de Junts, ERC no se sentó a la mesa de negociación con los conservadores, acusándoles incluso de “hipocresía extrema” al abrirse a estudiar una “amnistía” y ofrecer “indultos” a los condenados por el proceso separatista.

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