La derecha ha preparado a conciencia la sesión de control al Gobierno, la primera de este 2024. La oposición, especialmente el Partido Popular, ha convertido la sesión de control en un pleno monográfico sobre la amnistía y las negociaciones del PSOE con Junts para desatascar el proyecto de ley. La derecha parlamentaria ha optado por la técnica del acoso y derribo al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, quien ha neutralizado la cacería entre un alud de preguntas sobre el delito de terrorismo, las supuestas injerencias en el Poder Judicial y la “España habitable”. “Si para ustedes el independentismo es terrorismo, ¿por qué se reunieron con ellos para la investidura del señor Feijóo?”, reiteró el ministro en sus réplicas a las cinco preguntas formuladas por los populares.

”¿Hasta dónde van a ceder con tal de seguir en el Gobierno?”, “¿Por qué meter terrorismo en la ley de amnistía si lo de 2019 no lo fue?”, “¿Van a seguir promoviendo el señalamiento a jueces?” y “¿Qué entiende usted por una España habitable?”. Todas estas preguntas han retumbado entre las paredes del Congreso de los Diputados. Interrogantes dirigidos y repelidos por el mismo protagonista: Félix Bolaños. La derecha ha hecho de la primera sesión de control al Gobierno del 2024 una cacería con la amnistía eje vertebrador del que emanaban las subtramas habituales que confeccionan la narrativa de Génova. El Partido Popular, con Vox como estrella invitada, han arrojado todas estas cuestiones a la cara del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, cuyas contestaciones ha tenido que reiterar en las diversas intervenciones. “Sus preguntas son intercambiables, así que mis respuestas también lo son”, ironizó durante su réplica a la portavoz parlamentaria de los ultraderechistas, Pepa Millán.

Cesión vs diálogo

Tras la ronda de interrogantes dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, Félix Bolaños emergía como protagonista del regreso a la actividad parlamentaria de los plenos de control al Ejecutivo. La otrora portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra, abría fuego contra el súper ministro, para afearle sus “cesiones” al independentismo y saber si estas tenían fecha de caducidad. “Pintan sus líneas rojas con tinta invisible”, profundizaba la conservadora desde su escaño, planteando el clásico relato de trato de favor a quien “traicionó” a España.

Bolaños, al PP: "Dicen que esto no es la España real… Estoy convencido de que su intención no ha sido deslegitimar las elecciones del 23J"

Bolaños pidió a su interlocutora que reparase en la arquitectura parlamentaria, con personas que piensan “distinto”, que hablan “lenguas diferentes… En resumen, un símil de lo que es el país. “Le gustará o no, pero esto es España”, resumió el titular de Justicia, al tiempo que le echó en cara el lenguaje hiperbólico para referirse a los pactos del PSOE con el independentismo catalán. Ante ello, el también responsable de Presidencia se preguntó si, acorde a la lógica de Génova, el PP “se arrodilla ante Vox cuando pactan gobiernos autonómicos”. En cualquier caso, ha precisado que Moncloa no se moverá un ápice de su recetario político: “Hablaremos y dialogaremos, como hicimos también con ustedes para retocar el artículo 49 de la Constitución”.

Independentismo y terrorismo

El súper ministro exhibió su lado irónico ante los intentos del PP de poner en duda la “España real” que, en definitiva, eligen los ciudadanos en cada elección. “Ha dicho que esto no es la España real… Estoy convencido de que su intención no ha sido deslegitimar las elecciones del 23J”, aseguró Bolaños, antes de enfrentarse al -ahora sí- portavoz parlamentario conservador en la Cámara Baja; quien le intentó posicionar en la encrucijada del delito de terrorismo.

Sosteniendo su primera intervención sobre las palabras de Sánchez en torno a los sucesos de 2019 en Cataluña, Tellado se preguntó por qué si el Gobierno no considera estos hechos susceptibles de ser catalogados como terrorismo, incluyen este precepto en la ley de amnistía. “Paren de banalizar el terrorismo. De tanto banalizar la palabra, en su boca no significa nada”, replicó un Bolaños que recordó al portavoz popular en la Cámara Baja que “la democracia española venció al terrorismo hace más de diez años”. “Es una desgracia que sean incapaces de hacer oposición sin valerse de un problema que hemos sufrido todos los españoles durante 40 años”, remachó.

Bolaños: "Si los independentistas son traidores y terroristas, ¿por qué se sentaron con ellos para la investidura de Feijóo?"

Tellado desoyó la réplica de su interlocutor e instó al Ejecutivo a “parar de blanquear el terrorismo”, echándole en cara que “gobiernan con sus herederos”. En este sentido, acusa directamente al PSOE de dividir el terrorismo entre “bueno y malo” para apoyar a quienes lo justifican y lo defienden. En este caso, Bolaños se retrotrajo al verano de 2023, cuando los conservadores se reunieron con Junts para arañar su apoyo y consolidar la investidura de Feijóo. “Si son traidores y terroristas, ¿por qué se sentaron con ellos?, se preguntó.

Espionaje en Cataluña

El ministro de Presidencia elevó el tono tras la intervención de un Rafael Hernando que trató de replicar la actitud de Tellado. El que fuera portavoz parlamentario en tiempos de Mariano Rajoy sacó a colación la trama Voloh, que investiga presuntos vínculos del independentismo catalán con Rusia, aunque Bolaños aprovechó la rendija que le regaló el conservador para resucitar la “trama de espionaje organizada por el PP en Cataluña”. “No sé si hay espionaje internacional”, ha replicado el titular de Justicia, quien recondujo el debate hacia la “policía patriótica” confeccionada durante los gobiernos conservadores.

De hecho, Bolaños siguió esta línea en su réplica a un aparentemente tranquilo Elías Bendodo. Argumentación que replicó a posteriori, cuando le llegó el turno a Sergio Sayas y Pepa Millán. A esta última le resumió las explicaciones dadas a sus socios: “Sus preguntas son intercambiables, mis respuestas también”. Con todo, el ministro entiende que la derecha “se avergüence” de la corrupción que persigue a Génova desde hace más de un lustro. En cualquier caso, ha reclamado “tiempo” para que la “amnistía funcione”. “España nos ha dado cuatro años”, ha precisado.

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