Ricardo Cavolo es un concepto artístico en sí mismo. Los colores vivos, las formas abstractas y extravagantes de sus personajes, así como el conjunto de su obra que ha dejado huella tanto en murales de gran tamaño como en libros de distinta índole le ha valido de hacerse un nombre en el mundo de la ilustración. Pero no quedándose en este punto ha ido un paso más allá y se ha atrevido con el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.
Volviendo a salir de la zona de comfort, como bien dice él mismo en esta entrevista, jugar con una obra literaria de tal calado histórico, cultura e incluso internacional, ha sido todo un reto, más aún por plasmar la esencia quijotesca creada por Miguel de Cervantes con un proyecto que, con una vuelta de tuerca tan poco convencional, promete no dejar indiferente a nadie. Prueba de ello, basta con mirar la atrapante portada de 'Don Quijote de La Mancha', adaptación junto a Javier Sáez de Ibarra y publicado por Lunwerg (Planeta de Libros).
PREGUNTA (P): El Don Quijote de La Mancha que presentas en tu nuevo libro es lo nunca visto: a pleno color Y con una perspectiva sin precedentes. ¿A qué se debe esta vuelta de tuerca de un clásico que pertenece al imaginario literario español?
RESPUESTA (R): Tenía dos opciones. O tomármelo de manera muy seria y muy a la altura del texto, o podía tratar de divertirme, porque lo primero me parecía inalcanzable. He querido divertirme, hacer mío el texto adaptarlo de una manera bastante dinámica.
P: Debido a que es una adaptación traída a los tiempos actuales. ¿Cuál ha sido el pasaje que, por un lado, te ha resultado más complejo de adaptar? ¿Y el más divertido?
R: Lo más complicado, más que un pasaje en concreto, era el tema del humor, porque no suelo trabajar con humor. Normalmente, mi trabajo es serio y dramático. He tenido que buscar la manera y me he ayudado de los dibujos animados, que eso siempre aporta visualmente mucho ese feeling de humor.
También hay un juego de imaginación y de fantasía ya planteado en el libro inicialmente que me encanta, son tipos de libros que he leído desde siempre y he jugado muy a gusto con eso.
P: Por la parte del humor y la cultura pop es otro de los aspectos que caracteriza el repertorio completo de tu obra, hay muchos detalles y guiños hacia Los Simpson o personajes de Disney. ¿Cómo se conjuga toda esa cultura pop con una historia tan arraigada en la literatura clásica?
R: Divertirme significaba sacar las cosas que llevo dentro, también porque es lo que tiene sentido. Si no, sería una cosa un poco artificial o antinatural por mi lado. Si mi imaginario tiene un dibujo animado, tiene cómic, tiene esa cultura pop, me parecía interesante poder plantearlo en el arte. El mecanismo era comer o digerir El Quijote y sacar una cosa a medias entre mi universo y la historia en sí.
La imaginería de El Quijote todos la conocemos y me he saltado cosas para dar otro tono
P: El Quijote es una historia que nace de lo más profundo de La Mancha y, en concreto, tu obra también tiene huella artística en estas zonas. Es el ejemplo de Campo de Criptana (Ciudad Real), donde tienes un mural. Cuando estuviste en estos escenarios, ¿qué te atrapó y posteriormente te llevó a materializar este proyecto?
R: Soy de Salamanca, pero todo el mundo en España conoce la orografía menos típica de Castilla - La Mancha, que es más de Ciudad Real en realidad, esa imagen un poco más árida, de tierra roja, de los molinos, de cielos sin nubes, es conocido por todo el mundo. Es llevarlo a una cosa desértica, como árida y luego añadirle toda la magia.
P: Con esta reinvención de una obra clásica de tal arraigo, ¿se crea a partir del humor y la ilustración una vuelta de tuerca?
R: La historia es buena y va a funcionar ahora y cuando se hizo. No se tienen por qué vestir de actualidad, pueden seguir de aquella época. Ya no es vestirlo de actualidad por el mero hecho de actualizarlo, es vestirlo de Ricardo Cavolo. Es un ejercicio de ver qué me gusta y me obsesiona, y volcarlo.
P: En otras de tus obras de corte más dramático, como las adaptaciones de ‘Romancero Gitano’ o ‘Poeta en Nueva York’ de Federico García Lorca. ¿Qué diferencia de calado puede haber entre estas dos u otros ejemplos con El Quijote, que es más humorístico?
R: Hay una diferencia de fondo y de emociones entre las dos obras que he adaptado de Lorca con El Quijote. Lorca es poesía y es bastante más complicado de ilustrar, también porque es muy subjetivo, también se utiliza el surrealismo, que es más complejo todavía. Es un ejercicio que exige más, el trabajo de El Quijote es más fácil y disfrutable; con Lorca era el nerviosismo de tratar de traducir aquellas palabras, llevarlo a la imagen y tratarlo con mucho respeto.
La imaginería de El Quijote todos la conocemos y me he permitido saltarme cosas para dar otro tono, no es tan emocional, es más narrativo, es contar una historia que a veces es ridícula, absurda, surrealista o mágica.
P: Como experto en ilustración, ¿qué impacto tiene actualmente a nivel literario esta rama artística? Tanto en generaciones jóvenes como en más adultas y la concepción misma que se tiene socialmente de este tipo de arte.
R: Cuando empezó lo que se llamaba el boom de la ilustración, todos lo explicábamos en su día, siempre ha habido buena ilustración en España, pero simplemente no se le prestaba tanta atención porque se le tenía como un arte menor o algo conectado a un texto, pero con el paso del tiempo se le fue dando un peso y una entidad. Me encanta ver que galerías en las que antes sólo había cuadros también hay exposiciones de ilustración.
P: Debido a que tu estilo es muy característico con nada más verlo, ¿de dónde nace esta personalidad artística de nutrirte de colores tan llamativos y figuras extravagantes?
R: Recuerdo que cuando empezaba a enseñar mis ilustraciones, mucha gente por el tema del color y por las formas un poco sencillas, decían que era como arte mexicano, pero en realidad lo que me obsesionaba de pequeño es el arte románico español. En concreto, se hacían unos códices e ilustrados del Apocalipsis de los textos bíblicos, eran visualmente increíbles, parecen un cómic, los colores son planos súper vivos, las figuras son casi cómicas.
En la sociedad que vivimos estamos dentro de una rueda, consiste en cuánto la apoyas o no
P: A la par, tu huella artística se ha expandido a otros ámbitos. Por ejemplo, tus tatuajes, son un claro espejo de tu técnica en sí misma. ¿Cómo perciben que tu huella quede plasmada en la piel de otros?
R: El tatuaje es algo serio, para toda la vida. Esa persona está en un momento de su vida en el que mi trabajo le habla de x manera y le parece importante plasmarlo en su piel. Cuando haces arte es para conectar con personas y, si conectas a ese nivel, es porque ha habido una buena conexión, es muy bonito.
P: También en la música has impulsado campañas con Dellafuente o la portada del disco de la australiana Benee. hay otro artista estadounidense, si no me equivoco, que le hiciste en la portada del disco. ¿Cómo es la interpretación de las letras de canciones llevadas a la ilustración?
R: Las letras de las canciones ya te da una información, pero me ayuda más hablar con el artista y ver qué idea tiene en la cabeza, cuál es la atmósfera o el mundo en el que estás. A partir de ahí, es más fácil plasmarlo en la ilustración.
P: Tu sello artístico también se ha plasmado en campañas de marcas de moda y de renombre. Como artista independiente, con una línea tan arraigada y personalista. ¿No se cae un poco en el consumismo?
R: Entiendo la dicotomía porque tenemos asociada la figura del artista como que está fuera de todo marketing y todo lo comercial, pero la mayoría de esos artistas tienen dinero, para empezar. Yo vengo de un origen muy humilde y trato de hacer un equilibrio, de poner el alma, corazón y las tripas en hacer un trabajo más personal.
Es obvio que si vivimos en la sociedad que vivimos estás dentro de una rueda, todo consiste en cuánto apoyas esa rueda y cuánto no. Aporto cosas a veces para esa rueda consumista y capitalista, pero trato de equilibrar otras colaboraciones de carácter más social, no para quedar bien, sino para sentirme bien con mis principios y que, más allá de eso, vivimos en la sociedad en la que vivimos y tiene cierta lógica.
P: Repasando de nuevo el conjunto toda tu obra, en la que has reinventado El Quijote, Lorca y un montón de libros que abordan la historia del cine o la música. En vistas a futuro, ¿cómo crees que podrá perdurar a nivel artístico y a ojos del público?
R: Me preocupa cero cómo se va a percibir, que no suene en absoluto arrogante, pero soy una persona muy arraigada al presente y al proyecto en el que estoy y no trabajo de ninguna manera de cara a la posteridad o como se recordará. Ni lo intento ni lo ni lo pretendo. A lo largo de los años, voy viendo que lo único que caracteriza mi línea de trabajo es que me muevo en una cuerda entre lo más underground, que es de lo que venía, y a veces en algo más comercial. Es pronto, aun queda para ver la radiografía.