Con la llegada de la primavera, Castilla-La Mancha florece en todos los sentidos. Las temperaturas suaves y los campos en flor convierten esta estación en el momento ideal para conocer los pueblos más bonitos de esta región. Villas medievales, parajes naturales únicos, encontramos en todas las provincias lugares espectaculares para disfrutar del patrimonio histórico y natural, además de la tranquilidad del mundo rural.

Los pueblos más bonitos de Guadalajara
 

El Castillo de Sigüenza (Guadalajara) es uno de los bastiones mejor conservados y alberga en la actualidad un Parador Nacional
El Castillo de Sigüenza (Guadalajara) es uno de los bastiones mejor conservados y alberga en la actualidad un Parador Nacional

De norte a sur y de este a oeste, la provincia de Guadalajara ofrece al viajero sorprendentes rincones rurales, que atestiguan su pasado histórico. Sigüenza es uno de los pueblos medievales mejor conservados de toda España. Su catedral románica, su castillo del siglo VIII reconvertido en Parador de Turismo y su entramado de calles históricas la convierten en un destino ideal para pasear y trasladarse en el tiempo.. A pocos kilómetros, el Parque Natural del Río Dulce despliega toda su belleza primaveral.

La ruta por los Pueblos de la Arquitectura Negra (Majaelrayo, Valverde de los Arroyos, Matallana, La Vereda, Roblelacasa, Umbralejo, Campillejo y Campillo de Ranas) permite adentrarse en un universo de pizarra y silencio, rodeado de las montañas de la Sierra de Ayllón, entre las que destaca el pico Ocejón. Con las lluvias de esta primavera, las chorreras de Valverde de los Arroyos lucen espectaculares.

Casas de Valverde de los Arroyos en la provincia de Guadalajara, que utilizan piedra caliza en los muros y pizara en los tejados (Foto Ayuntamiento de Valverde de los Arroyos)
Casas de Valverde de los Arroyos en la provincia de Guadalajara (Foto Ayuntamiento de Valverde de los Arroyos)

Estos pueblos se distinguen por el uso de mamposterías de piedra y cubiertas de pizarra. Estos, junto a la madera, eran los únicos materiales disponibles. En el caso de Valverde, la pizarra se mezcla en los muros con piedra caliza y canto rodado, por lo que la imagen ofrece una estampa que se le ha denominado también como arquitectura dorada.

Castillo de Molina de Aragón (Foto: Turismo de Castilla-La Mancha)
Castillo de Molina de Aragón (Foto: Turismo de Castilla-La Mancha)

También es visita obligada el municipio de Molina de Aragón, al nordeste de la provincia, con su impresionante casco urbano medieval, o Torija, a las puertas de la Alcarria que tan sumamente bien describió Camilo José Cela en su viaje literario; pasando por Pastrana, donde residió la princesa de Éboli y Trillo, a orillas del Tajo, municipio en el que disfrutarás de la naturaleza en estado puro y podrás relajarte en las aguas termales de su balneario.

Los pueblos más bonitos de Cuenca

Uno de los castillos más mágicos de la región es el de Belmonte, restaurado por completo y donde se celebran recreaciones históricas y combates medievales
Uno de los castillos más mágicos de la región es el de Belmonte, restaurado por completo y donde se celebran recreaciones históricas y combates medievales

En Cuenca encontramos Belmonte, que cuenta con un imponente castillo gótico-mudéjar, uno de los mejores conservados de toda España, que se alza majestuoso sobre el cerro de San Cristóbal. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la localidad acoge recreaciones medievales en primavera y conserva un recinto amurallado repleto de historia.

La Serranía de Cuenca es otra joya de la estación. Pueblos como Uña, Huélamo, Tragacete o Cañete se integran en un paisaje de lagunas, bosques y cascadas. En la zona de La Manchuela, Alarcón sorprende por su castillo y su parador sobre el embalse, mientras que San Clemente y su plaza mayor renacentista aportan el contrapunto monumental.

Los pueblos más bonitos de Ciudad Real

El Corral de Comedias (Foto: Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro)
El Corral de Comedias (Foto: Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro)

Almagro es la capital del teatro clásico, pero también uno de los pueblos más bellos de la región. Su plaza Mayor porticada y su Corral de Comedias activo desde el siglo XVII lo convierten en una visita imprescindible en primavera.

Calles empedradas de Campo de Criptana
Campo de Criptana

En esta provincia encontramos también Villanueva de los Infantes, patria literaria de Quevedo, y Campo de Criptana, con sus molinos de viento en los que Don Quijote vio gigantes, siguen atrayendo visitantes por su autenticidad. También destacan Torre de Juan Abad y Viso del Marqués, donde la historia se cuenta a través de sus palacios.

Los pueblos más bonitos de Toledo

Consuegra (Castilla-La Mancha)
Molinos de Consuegra

Consuegra es la postal perfecta de La Mancha: molinos de viento alineados sobre el cerro Calderico, coronados por un castillo medieval y bañados por la luz del atardecer primaveral. En Tembleque, su plaza mayor del siglo XVII —declarada Bien de Interés Cultural— es parada obligatoria para entender la arquitectura manchega tradicional.

Otros pueblos como Oropesa y Escalona, ambos con castillos bien conservados, o El Toboso, cuna de Dulcinea, suman encanto a esta provincia. La Iglesuela y las comarcas de La Jara y la Sierra de San Vicente ofrecen naturaleza, gastronomía y desconexión.

Los pueblos más bonitos de Albacete

Alcaraz, con su monumental plaza renacentista y sus torres gemelas, es uno de los conjuntos históricos más bellos de Castilla-La Mancha. En plena Sierra del Segura, pueblos como Riópar (con el nacimiento del río Mundo), Yeste, Letur o Liétor despliegan paisajes de montaña ideales para el senderismo en primavera.

Vistas al puente de Alcalá del Júcar (Foto Turismo Ayuntamiento de Alcalá del Júcar)
Vistas al puente de Alcalá del Júcar (Foto: Turismo Ayuntamiento de Alcalá del Júcar)

Al este de la provincia, Hellín destaca por sus pinturas rupestres y su Tamborada, ambos Patrimonio de la Humanidad. Mientras tanto, Alcalá del Júcar, con su castillo, su puente romano y sus casas excavadas en la roca, ofrece una de las imágenes más icónicas de todo el sur peninsular.