Castilla-La Mancha cuenta con un enorme patrimonio cultural y monumental fruto de las distintas civilizaciones que han pasado por estas tierras del centro de la Península Ibérica. Su situación estratégica la convirtió en un codiciado territorio, poblado desde muy antiguo, incluso en la Prehistoria. Como si de una máquina del tiempo se tratara, los parques arqueológicos de la región y sus yacimientos arqueológicos visitables, ofrecen una oportunidad fabulosa para viajar al pasado en familia o con amigos, y descubrir de primera mano las huellas materiales que aún hoy perduran de los pueblos que nos antecedieron en el devenir de los tiempos.

Los siete parques arqueológicos de Castilla-La Mancha, testigos mudos de nuestra historia, están repartidos por las cinco provincias de la región. En ellos puedes disfrutar de visitas guiadas, siempre pedagógicas, ilustrativas y con un marcado enfoque divulgativo, que hacen las delicias para todas las edades y para todos los públicos: tanto si eres experto conocedor de la Historia, como si tus conocimientos en este sentido no son tan amplios, el disfrute está asegurado.

Yacimiento ibero-romano de Lezuza - © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Yacimiento ibero-romano de Lezuza - © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

En Albacete, el parque arqueológico de Libisosa, en Lezuza, es un impresionante yacimiento ibero-romano, que arranca en la Edad de Bronce. Este primer asentamiento dio lugar más tarde a una importante colonia romana y un complejo defensivo religioso-militar tras la Reconquista. Sorprenden la robustez de los muros perimetrales encontrados en las excavaciones, que temporada tras temporada, van sacando a la luz interesantes descubrimientos. Un consejo: si vas, no dejes de preguntar sobre la niña oretana encontrada… una tierna historia está detrás. El centro de interpretación atesora piezas con muchísimas curiosidades muy bien conservadas.

Museo del parque arqueológico de Libisosa, que atesora piezas con muchísimas curiosidades
Museo del parque arqueológico de Libisosa. © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

La localidad de Lezuza es un buen punto de partida para continuar tu viaje al parque de las Lagunas de Ruidera o a la monumental localidad de Alcaraz, uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha. Fue la primera ciudad de Castilla que tomó partido por los Reyes Católicos durante la Guerra Civil castellana, ganándose el título de ‘Muy Noble y Muy Leal’. Durante el Renacimiento vivió una época de gran esplendor de la que nos han quedado la monumental Plaza Mayor, que da acceso a los restos del castillo. Completan la riqueza patrimonial de Alcaraz sus tres lonjas, los restos del acueducto, sus iglesias y conventos, además de las numerosas casas señoriales que todavía se conservan en sus calles.

También en Albacete puedes visitar el parque arqueológico de Tolmo de Minateda, en Hellín, que fue asentamiento de diferentes pueblos a lo largo de los siglos, y hoy aglutina restos de todos ellos: pueblos prehistóricos, romanos, visigodos… que van aflorando cada campaña de excavaciones. Allí se pueden ver los restos de construcciones defensivas de los pueblos que la habitaron: murallas, torres y, entre sus tesoros, una basílica visigoda.

El parque arqueológico Tomo de Minateda alberga restos de los distintos pueblos que habitaron este enclave, desde la prehistoria a la Edad Media.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
El parque arqueológico Tomo de Minateda alberga restos de los distintos pueblos que habitaron este enclave, desde la prehistoria a la Edad Media.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

Complementado la visita al Tolmo, te invitamos a descubrir también las pinturas rupestres del Abrigo Grande, que se extienden a lo largo de 16 metros y que están declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, junto a todas las del Arco Mediterráneo.

Hellín, a poco más de 300 kilómetros de Madrid y muy cerca de Murcia y la Comunidad Valenciana, se convierte en un destino de lo más interesante para visitar y descubrir estos importantes restos y también su Tamborada de Semana Santa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en su categoría de inmaterial. Resulta un plan perfecto para el fin de semana, con su rica gastronomía y su enorme patrimonio cultural.

La fortaleza de Alarcos fue testigo de la última gran batalla con derrota cristiana de la Edad Media y se encontró un ajuar funerario excepcional.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Fortaleza de Alarcos.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

La provincia de Ciudad Real te ofrece la posibilidad de visitar el parque arqueológico de Alarcos, entre Poblete y Ciudad Real, una imponente fortaleza medieval y lugar de la última gran batalla con derrota cristiana de la Edad Media; el ajuar funerario encontrado aquí es excepcional, como para no perdérselo.

Ya en la localidad de Valdepeñas, destino enoturístico por excelencia, puedes adentrarte en el pasado, esta vez a los momentos previos a la Romanización, en el parque arqueológico del Cerro de las Cabezas, localizado justo en paralelo y al lado de la autovía A4: se trata de un singular yacimiento intacto de población ibera, toda una rareza, pues es una de las pocas ciudades iberas que no han tenido ocupación posterior al siglo II a.C.

Yacimiento íbero en el Parque arqueológico del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Yacimiento íbero en el Parque arqueológico del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

En la provincia de Toledo, y en la localidad de Carranque, el parque arqueológico del mismo nombre, alberga una impresionante villa romana de finales del Imperio Romano. Los ricos mosaicos, tanto geométricos como figurativos, denotan el alto nivel social y económico de los que fueran romanos propietarios de esta explotación agrícola, ubicada en la fértil ribera del río Guadarrama.

Si te animas finalmente a venir a Carranque, la visita es obligada también a la Casa Museo de Cervantes en la cercana localidad de Esquivias, y a los cinco lienzos del Greco que atesora la iglesia de la Caridad en Illescas. Un triángulo perfecto de arqueología, arte y literatura.

También de época romana, pero en la provincia de Cuenca, es el legado encontrado en el parque arqueológico de Segóbriga, en Saelices. Pero ya no se trata de una villa o “villae”, sino de toda una auténtica ciudad romana, con teatro y anfiteatro… infraestructuras de carácter urbano, en definitiva. El circo también aún se vislumbra en tierras de barbecho, que no pueden ocultar la huella hendida en la tierra que forman los cimientos de lo que fuera aquello hace dos mil años… Una ciudad que tuvo su razón de ser gracias a la minería del lapis specularis, y que desde aquí se suministraba a todo el Imperio para cubrir las ventanas de los edificios. Hoy en día, algunas de esas minas, como la de La Condenada, Osa de la Vega, son visitables.

En Zorita de los Canes (Guadalajara), encontramos la única ciudad de fundación visigoda, erigida por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
En Zorita de los Canes (Guadalajara), encontramos la única ciudad de fundación visigoda, erigida por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

El último en mencionar y sugerirte, pero no por ello menos importante, es el parque arqueológico de Recópolis, en Zorita de los Canes, Guadalajara: única ciudad de fundación visigoda, erigida por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo. También existen restos arqueológicos muy interesantes de una ciudad andalusí. Los historiadores la consideran la única ciudad medieval construida de nueva planta por iniciativa estatal en Europa, así que ya sólo por eso, merece una visita. Bueno, por eso, y porque además desde aquí puedes visitar algunos de los pueblos de la comarca natural de La Alcarria, que se extiende tanto por el sur de la provincia de Guadalajara como por el noroeste de la de Cuenca. Seguir el libro de Camilo José Cela, ’Viaje a la Alcarria’, puede ser una opción.

Otros yacimientos arqueológicos visitables muy interesantes también son:

- Noheda, en Villar de Domingo García (Cuenca), una villa romana que aloja espectaculares y únicos mosaicos figurados, de los más bellos y ricos de todo el Imperio.

La Motilla del Azuer, en Daimiel (Ciudad Real), el pozo prehistórico fortificado más antiguo de España (Edad del Bronce).

- Guarrazar, en Guadamur (Toledo) sí, donde se encontró el famoso tesoro visigodo con las coronas votivas de Recaredo, Suintila… y que tras una azarosa vida hoy se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El yacimiento en cada campaña desvela sus secretos… las últimas excavaciones han puesto sobre la mesa la existencia aquí de un centro monástico y de peregrinación, seguramente en torno a un manantial de aguas con propiedades curativas…

Y es que así es Castilla-La Mancha, una tierra que va desvelando, poco a poco, su pasado más interesante para hacernos conocedores de lo que somos hoy, gracias a lo que fuimos alguna vez…

Te recomendamos que previamente a tu visita consultes horarios, reserves tus entradas y tu visita guiada, y que disfrutes… Dejarte guiar por los arqueólogos, intérpretes del patrimonio, que “traducen” las piedras y las evidencias arqueológicas como quien abre con una llave maestra una puerta al pasado, será toda una experiencia para vivir tu mundo interior.

Aquí puedes encontrar más información sobre turismo en Castilla-La Mancha.

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