La cultura del vino forma parte del ADN de Castilla-La Mancha. No resulta extraño que aparezca mencionado hasta en 43 ocasiones en El Quijote, el castellanomanchego más universal. Por ejemplo, para Sancho Pancha, su fiel escudero, la peor desgracia de todas era no tener vino para beber (cap. XIX, parte 1ra). En Castilla-La Mancha, que se ha convertido en la nueva milla del oro del enoturismo, nunca faltará un buen vino en la mesa. Te proponemos un enriquecedor viaje para descubrir la riqueza cultural, gastronómica y paisajística de una hospitalaria región que alberga el viñedo más grande del mundo, con 437.000 hectáreas cultivadas, 85.000 viticultores y 600 bodegas y cooperativas.

El turismo del vino está en auge y te permite combinar varias actividades en un mismo día o un fin de semana. Esta región tiene mucho que ofrecer y se ha volcado en los últimos tiempos para proporcionar al visitante unas rutas que ahonden en su tradición vitivinícola y su historia.

En Castilla-La Mancha multitud de bodegas y cooperativas se han volcado con el enoturismo y ofrecen propuestas de enorme interés que merece la pena descubrir a través de los cinco sentidos © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
En Castilla-La Mancha multitud de bodegas y cooperativas se han volcado con el enoturismo y ofrecen propuestas de enorme interés que merece la pena descubrir a través de los cinco sentidos © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

Ya lo dice el refrán, ‘El vino moderado es salud para el cuerpo y alegría para el alma’. Un buen caldo siempre alimenta el espíritu y multitud de bodegas y cooperativas se han volcado con el enoturismo ofreciendo interesantes propuestas dirigidas a los cinco sentidos. Y es que, aunque no sepas nada de vino o no te guste beberlo, el enoturismo está ideado para el disfrute. Incluye actividades atractivas para los que quieran degustar exquisitos caldos o saber más sobre su proceso de elaboración, y también propuestas para personas que buscan experiencias en lugares tranquilos y poco masificados.

Las rutas del vino en Castilla-La Mancha, considerada como la bodega de Europa, son cinco: La Mancha, La Manchuela, Valdepeñas, Jumilla y Méntrida-Toledo.

Descubriendo la Llanura manchega

Nueve municipios del corazón de La Mancha, pertenecientes a las provincias de Ciudad Real, Toledo y Albacete y ‘abrazadas’ por la D.O. La Mancha conforman esta ruta: Villarrobledo, Socuéllamos, Alcázar de San Juan, Tomelloso, El Toboso, Campo de Criptana, Argamasilla de Alba, La Solana y Pedro Muñoz. El viajero descubrirá en este tour por los lugares más quijotescos de la geografía manchega un territorio de impresionantes colores, horizontes sin límites y paisajes inspiradores.

Descubrir las bodegas de esta ruta es ahondar en su historia, es empaparse del paisaje manchego y de los sabores del fruto que da esta tierra, donde suelo y condiciones climatológicas confluyen para engendrar una amplia variedad de vinos. La oferta vinícola de la ruta es amplia y variada: catas de todo tipo, concursos, visitas a bodegas y a los viñedos, rutas a pie, en bici, fiestas, ferias, festivales

Una ruta increíble en la que podrás sentirte un auténtico ‘Quijote’, conociendo los ‘gigantes’ de Campo de Criptana o de Alcázar, pasear por la localidad de Dulcinea del Toboso o visitar la Casa de Medrano, en Argamasilla de Alba, en la que Cervantes fraguó su obra más universal.

Apasionarte en La Manchuela

Los ríos Júcar y Cabriel confluyen y dan tregua al crecimiento y desarrollo de La Manchuela por las provincias de Cuenca y Albacete y comprendida por 23 municipios. Recorriéndola de norte a sur encontraremos Alarcón, Villanueva de la Jara, Iniesta y El Herrumblar. Continuando hacia el sur, adentrándonos en la comarca albaceteña, descubriremos Villamalea, Villatoya, Cenizate, Navas de Jorquera, Casas Ibáñez, Alborea, Fuentealbilla, Balsa de Ves, Casas de Ves, Mahora, Villa de Ves, Alcalá del Júcar, Motilleja, Jorquera, La Recueja, Valdeganga, Carcelén, Alatoz y Pozo Lorente.

En la ruta del vino de La Manchuela podemo visitar Alarcón, que alberga uno de los castillos más espectaculares de Castilla-La Mancha. © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
En la ruta del vino de La Manchuela podemos visitar Alarcón, que alberga uno de los castillos más espectaculares de Castilla-La Mancha. © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

Sus vinos, amparados bajo la D.O. Manchuela, cuentan con un carácter frutal, un notable aroma y excelente acidez. Abundan los vinos tintos que pueden ser, tanto jóvenes, como de crianza. Los vinos blancos también tienen su protagonismo en esta zona, de color amarillo pálido y de sabor exquisito. Para empaparte de esta cultura vitivinícola es necesario visitar bodegas y viñedos del territorio, donde podremos conocer el proceso de elaboración del vino.

Una ruta en la que podrás disfrutar de pequeñas localidades cargadas de magia en las que disfrutar de sus calles y callejuelas, como es Alarcón, en la provincia de Cuenca, o Alcalá del Júcar, en la de Albacete. Dos localidades declaradas Conjunto Histórico-Artístico que no dejarán indiferente a nadie.

Saborea Valdepeñas

Las palabras ‘Valdepeñas’ y ‘vino’ están íntimamente ligadas: Bodegas, grandes y pequeñas, conjugan tradición y modernidad en vinos con carácter y personalidad, mientras que bares y restaurantes miman el producto de la tierra con una gastronomía exquisita e innovadora a la par que tradicional.

Valdepeñas, Moral de Calatrava, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela y Torrenueva forman esta peculiar ruta, limítrofe con Sierra Morena, que nos permite conocer de cerca la historia del vino y la enología en el Museo del Vino de Valdepeñas.

Una comarca en la que los ritos sociales en torno al vino cobran especial importancia, como es la Fiesta de la Vendimia y del Vino de Valdepeñas o las Fiestas del Vino de Moral de Calatrava.

Enamorarte de Jumilla

A medio camino entre Albacete y Murcia, la Ruta del Vino de Jumilla es una excelente oportunidad para sumergirse en la cultura, tradición y costumbres de un territorio vitivinícola formado por la propia Jumilla y las localidades albaceteñas de Hellín, Ontur, Fuente Álamo, Montealegre del Castillo y Tobarra.

Los vinos de Jumilla se elaboran con uva monastrell, una variedad de la que se obtienen vinos potentes y expresivos, con unos colores violáceos y una redondez muy difícil de superar. Sin duda, una apuesta segura para maridar con su auténtica gastronomía.

Un territorio en el que además de degustar sus ricos vinos, el visitante podrá disfrutar de paisajes y parajes únicos, así como disfrutar de un rico patrimonio histórico y arqueológico de millones de años.

Disfrutar de Méntrida-Toledo

El vino de la D.O. Méntrida será el protagonista de un viaje que realizaremos por Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela. Once localidades, a los pies de la majestuosa Sierra de Gredos y atravesada por el río Alberche.

La ruta de Méntrida-Toledo abarca municipios como Torrijos, ciudad natal de Covarrubias y donde podemos encontrar su impronta.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
La ruta de Méntrida-Toledo abarca municipios como Torrijos, ciudad natal de Covarrubias y donde podemos encontrar su impronta.  © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez

La zona destaca también por la gastronomía tradicional manchega y por su artesanía popular, como la de Fuensalida, donde todavía queda una industria que confecciona el calzado a mano. Durante esta ruta, además de las bodegas de la zona, tampoco se pueden dejar de visitar las plazas con encanto de Almorox, Escalona o Fuensalida.

Aquí puedes encontrar más información sobre turismo en Castilla-La Mancha.

Logos FEDER, JCCM, EN UN LUGAR DE TU VIDA