¿Quién fue Alonso de Covarrubias? A la mayoría les sonará el nombre, pero serán pocos los que puedan situarle con precisión. Sin embargo, si hablamos de la catedral de Toledo, su imponente Alcázar o el palacio Ducal de Pastrana, donde estuvo encerrada la princesa de Éboli, muy pocos dudarán de su inmenso valor patrimonial. En todos estos monumentos Alonso de Covarrubias ha dejado su sello.

Esta semana proponemos una ruta por el inagotable patrimonio cultural de Castilla-La Mancha, haciendo un recorrido por la historia y el arte de la España del siglo XVI a través del inmenso legado que dejó este gran arquitecto del Renacimiento español.

Ruta Covarrubias

Nuestra primera parada es en Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y el lugar donde descubrimos las obras más emblemáticas de este artista polifacético que se situó en la vanguardia arquitectónica de la época. No es de extrañar que el ilustre doctor Gregorio Marañón se refiriera a él como “el más importante arquitecto toledano de todos los tiempos” ya que su huella está en toda la ciudad, empezando por la propia Catedral y siguiendo por el Alcázar.

 

Catedral de Santa María de Toledo, también conocida como catedral Primada (Licencia CC)

 

Toledo, eje central de la obra de Covarrubias

Alonso de Covarrubias fue nombrado en 1534 maestro mayor de la Catedral de Santa María de Toledo, también conocida como Catedral Primada de España. En el templo dejó su huella en la capilla de los Reyes Nuevos, en la de San Juan Bautista o de la Torre, en la Puerta de los Leones y en la Portada de la Presentación.

La capilla de los Reyes Nuevos, que fue su primera gran obra, fue construida entre 1531 y 1534. El arquitecto ideó más que una capilla, una pequeña iglesia, con una nave en dos tramos, bóveda de crucería gótica, un ábside poligonal, una sacristía y un vestíbulo de entrada. Asimismo puso especial diligencia en la ornamentación y labra de los sepulcros, en los que están enterrados Enrique II y Doña Juana Manuel, y los de Enrique III y Doña Catalina de Lancaster.

La Catedral solo fue un primer paso. Alonso de Covarrubias también se encargó de las obras de remodelación del monasterio de San Clemente y del hoy Museo de Santa Cruz, en el que diseñó la escalera del claustro y detalles del patio principal.

Una vez nombrado por Carlos V maestro de obras reales de Toledo, Sevilla y Madrid –donde se encargó de la remodelación del desaparecido Alcázar-, trazó la parte principal del palacio arzobispal de Toledo y el imponente claustro Real o de los Generales del convento de San Pedro Mártir.

 

Patio del hospital San Juan Bautista en Toledo

 

En esta época, en la que se encuentra en el cénit de su carrera y de su arte, levanta el hospital de San Juan Bautista, conocido por Hospital Tavera, por haber sido fundado por el cardenal Juan Pardo de Tavera. Con él supera viejos cánones góticos y platerescos para convertirse en el principal representante del llamado manierismo serliano. De esta manera, abandona aquellos efectos decorativos y la profusa utilización de motivos más o menos anecdóticos, para mostrar una nueva concepción de la monumentalidad clásica, basada en la pureza de las líneas y en la mejor utilización de las proporciones y reglas surgidas de la antigüedad clásica.

Alonso de Covarrubias se encargó, por mandato de Carlos V, de la reconstrucción del Alcázar de Toledo y lo convirtió en un palacio renacentista

 

Como arquitecto real también se hizo cargo de la reconstrucción del Alcázar de Toledo convirtiéndolo en un palacio renacentista. Está diseñado bajo una planta rectangular, con cuatro elegantes torres en cada una de las esquinas del edificio.

Uno de los mayores atractivos de Toledo, la llamada Ciudad de las Tres Culturas, es  perderse por sus callejuelas. Uno de los puntos de parada obligatoria en ese recorrido es la Puerta de Bisagra, de origen musulmán. Este importante punto de acceso al casco histórico de la ciudad se reconstruyó totalmente bajo los reinados de Carlos V y Felipe II, y Alonso de Covarrubias, el arquitecto de moda, fue la persona que concluyó el proyecto.

 

Puerta de la Bisagra en Toledo Licencia CC

 

La Puerta de la Bisagra está formada por dos cuerpos independientes con dos altos muros almenados que los unen, formando un patio entre ellos,​donde se encuentra una estatua de Carlos V.​ El lado externo de la puerta está formado por un arco de medio punto con el escudo Imperial, con el águila bicéfala, y una escultura de un Ángel Custodio. Flanquean esta entrada dos grandes torreones circulares.

En este recorrido por el casco histórico de Toledo no puede faltar degustar los deliciosos mazapanes toledanos y disfrutar de un reparador descanso en la Plaza de Zocodover. A pocos pasos de allí llegamos a la iglesia de Santa Justa y Rufina, cuya portada debemos a Covarrubias, quien también trabajó en la iglesia de Almorox y en la cabecera de la de San Román, en Toledo (actual Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda), en la cabecera también de la sinagoga de Santa María la Blanca, y en la escalera, fachada, patio y jardines del Palacio Arzobispal.

 

La vista de Toledo desde la margen sur, donde se ubican los Cigarrales es única

 

Nuestra ruta por Toledo no acabaría sin contemplar antes una panorámica de la ciudad. El Puente de Azarquiel o el Mirador del Valle, en la orilla sur del río Tajo, ofrecen una vista espectacular, especialmente en otoño, cuando el atardecer nos regala una maravillosa y única experiencia cromática.

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La impronta de Covarrubias en Torrijos

Continuamos viaje hasta Torrijos, el pueblo que vio nacer Covarrubias en 1488, situado a apenas 28 kilómetros de Toledo. Allí empezó a formarse trabajando como cantero y tallista en el taller de los hermanos Egas, que fueron los que le introdujeron en el mundo del arte. Junto a Antón y Enrique Egas, participa en la construcción de la Colegiata del Santísimo Sacramento, entre 1509 y 1518. En 2018, se cumplieron 500 años de la primera misa en este emblemático edificio esencialmente gótico.

Muy cerca de allí está Novés, donde encontramos la Iglesia de San Pedro Apóstol, que lleva el sello del maestro y es una obra clave de transición de la época gótica al renacimiento.

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Colegiata de San Benito Abad, en Yepes, también conocida como la Catedral de La Mancha Licencia CC

 

Nos desplazamos ahora a Yepes (Toledo), donde encontramos más testimonios de la inagotable obra de Covarrubias, como la Colegiata de San Benito Abad, conocida como la Catedral de La Mancha, que en 1992 fue declarada Bien de Interés Cultural. El trazado, de 1533, corresponde a Covarrubias y se terminó en le siglo XVII. Se trata de una construcción de planta rectangular de tres naves con bóveda de nervios, tres capillas absidales y doce capillas colaterales, más otra aneja ocupando la antigua Puerta Norte.

El rastro de Covarrubias nos lleva también a Ocaña, uno de los municipios más monumentales de la provincia de Toledo, donde trabajó en el convento de Santo Domingo, una construcción renacentista declarada Bien de Interés Cultural. Destaca por su claustro y la sillería del coro. Alberga el museo Porticum Salutis, con obras de arte sacro y orfebrería muy interesantes.

Ruta alcarreña de Covarrubias

El legado del maestro Covarrubias se extiende por toda Castilla-La Mancha, muy especialmente en Sigüenza (Guadalajara), una de las ciudades medievales mejor conservadas de España. La Sacristía de las Cabezas de la Catedral seguntina es obra suya y recupera para la arquitectura hispana el uso de la bóveda de cañón. También se le atribuye el altar de Santa Librada en este templo. Según atestigua el historiador y cronista provincial de Guadalajara, Antonio Herrera Casado, “la actividad de Alonso de Covarrubias en Sigüenza fue muy amplia a lo largo del tiempo, y sumamente interesante en el aspecto cualitativo. Desde el inicio de su carrera, hasta poco antes de su muerte, aparece su nombre en los documentos del archivo catedralicio, lo que prueba el prestigio que siempre gozó como profesional de primera línea entre los poderosos miembros de la curia seguntina”.

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Palacio Ducal de Pastrana (Licencia CC)

 

No muy lejos de Sigüenza está la localidad alcarreña de Pastrana, donde encontramos una de las más emblemáticas construcciones del arquitecto Covarrubias: el Palacio Ducal, que preside la plaza de la Hora. Allí estuvo encerrada por orden de Felipe II la princesa de Éboli, acusada de conspirar contra él. La plaza debe su nombre a que sólo se le permitía asomarse una hora al día al exterior.

 

Detalle de la portada de la Iglesia de la Piedad, en Guadalajara, obra de Alonso de Covarrubias

 

La obra de Covarrubias, en general, en la provincia de Guadalajara es muy amplia. En la capital, construyó el Convento de la Piedad, su primera obra personal y exclusiva. Aunque es todavía de estilo plateresco, ofrece interesantes novedades como el uso de bóvedas de tabique doblado sobre arcos de medio punto con nervios falsos. En la portada evidenció su gusto por la temática clásica al elegir una talla de La Piedad copiada de la de Miguel Ángel. También en este convento, diseñó el sepulcro de la fundadora, doña Piedad.

 

Claustro del Convento de San Bartolomé, en Lupiana Licencia CC

 

A apenas 14 kilómetros de Guadalajara está Lupiana, donde encontramos el convento de San Bartolomé, el monasterio donde nació la Orden de San Jerónimo. El edificio está considerado como un bien de Interés Cultural. El claustro, de estilo plateresco, es obra de Covarrubias. Tiene planta rectangular y dos alturas arcadas a la que se le suma en el lado sur una tercera, adintelada.

Alonso de Covarrubias murió en 1570 y se convirtió en la principal referencia de nuevos arquitectos como Juan de Herrera, quien llevó a las últimas consecuencias los modelos y líneas de trabajo del genial maestro torrijeño.