Son muchas las razones para viajar a Toledo, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La capital castellano-manchega, ubicada a apenas 70 kilómetros de Madrid, es uno de los principales destinos turísticos de España y el lugar en el que, durante siglos, convivieron en paz musulmanes, judíos y cristianos dejando una riqueza cultural sin parangón. Su singular casco histórico se erige en la margen derecha del río Tajo, que forma un pronunciado meandro a su paso por la llamada Ciudad de la Tres Culturas. Desde la orilla sur se pueden ver las vistas más impresionantes de la ciudad , con su imponente Alcázar, la catedral, los torreones y murallas con las distintas puertas de acceso a la ciudad medieval, conventos sinagogas o mezquitas.

Toledo nos ofrece en esta época del año un espectacular skyline con sabor medieval, especialmente al atardecer 

No es casualidad que las clases pudientes eligieran esta privilegiada ubicación de la margen izquierda del Tajo para establecer allí su segunda residencia. Estas fincas, denominadas los Cigarrales, son un lugar único para disfrutar del espectacular skyline con sabor medieval que nos ofrece Toledo, especialmente al atardecer. Aunque a lo largo de todo el año la experiencia es maravillosa, es precisamente en septiembre y durante todo el otoño cuando la luz de la puesta de sol conjuga unas tonalidades mágicas que la convierten en algo único.   

¿Qué son los cigarrales?

Los cigarrales toledanos hunden sus raíces en las antiguas huertas de recreo islámicas o almunias, que eran fincas campestres rodeadas de jardines y tierras de labor que servían tanto para la producción agrícola como para el disfrute de sus propietarios, que las utilizaban como residencia ocasional.  Aunque se generalizaron en el siglo XV, encontramos vestigios de estas singulares fincas de recreo ya en el siglo XI, en plena dominación musulmana.

Miguel de Cervantes -que ubica a Don Quijote en un Cigarral-, Lope de Vega, Tirso de Molina, o Benito Pérez Galdós –que los conoció por recomendación de su amigo Gregorio Marañón- han sido algunos de sus más célebres huéspedes y han dejado constancia de ello en sus libros.

“Si un cigarral no se parece a ninguna otra suerte de propiedad, no es por la casita encalada, ni por los olorosos y discretos jardines ni por el terreno olivar. Es porque mira a Toledo y porque no sirve para nada más – ¡y para qué más! – que para esto”. La frase es del doctor Gregorio Marañón, que compró un cigarral en 1921 por el que pasaron buena parte de la cultura, política y ciencia de aquellos tiempos: Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, Pío Baroja, Ramón María del Valle Inclán, Juan Ramón, Gerardo Diego, Ramón Gómez de la Serna, Vicente Aleixandre, Camilo José Cela, Manuel Menéndez Pidal, Manuel Azaña, Indalecio Prieto, Marie Curie y Alexander Fleming, entre otros.

Con el tiempo los Cigarrales fueron evolucionando aunque conservando siempre ese binomio de finca de labor y lugar de recreo. En la actualidad, los que han conseguido sobrevivir se han convertido en coquetos hoteles o restaurantes para el disfrute de todos. La mayoría son negocios familiares que ofrecen alojamiento, experiencias gastronómicas dignas del paladar más exigente o la posibilidad de celebrar todo tipo de eventos (bodas, comuniones, bautizos, comidas de empresa, congresos, etc.) en un espacio mágico rodeado de historia.

El Cigarral del Ángel es uno de los más antiguos y ya fue testigo en el siglo Xi de la boda de la Infanta Teresa de León con el rey moro de Toledo. Ahora se siguen celebrando bodas con vistas espectaculares del caso histórico

(La terraza del Cigarral del Ángel, uno de los más antiguos que se conocen donde, ya en el siglo XI se celebraron bodas de leyenda)

Una boda histórica con leyenda

El Cigarral del Ángel, por ejemplo, cuyos orígenes se remontan a la dominación árabe, fue el escenario de la boda de la Infanta Doña Teresa de León, hija de Bermudo II y hermana del rey leonés Alfonso V con el rey moro de Toledo en 1007. Según la leyenda, los comensales no tiraron la casa por la ventana para celebrar el enlace pero sí, y es literal, tiraron los platos y copas de oro del banquete al río para que los pescadores pudieran disfrutar también de los fastos reales.

El Cigarral del Ángel, propiedad de la mutua castellano manchega Soliss Seguros, que ha recuperado todos los espacios de este histórico recinto

(El histórico recinto es propiedad de la mutua castellano-manchega Soliss Seguros, que ha rehabilitado y recuperado todos los espacios, entre otras cosas, la ermita del Ángel Custodio)

Hoy en día sigue celebrando bodas y eventos de la mano del prestigioso chef Iván Cerdeño, quien plasma en su cocina la huella de las distintas culturas que han pasado por Toledo. El restaurante ofrece diversos menús de entre 45 y 130 euros en un espacio plagado de historia.

Este año han tenido que reinventarse debido a las cancelaciones de bodas y eventos empresariales debido a la emergencia sanitaria, nos cuenta su director Óscar Rodríguez, y han abierto una terraza de verano, “una alternativa totalmente diferente a lo que veníamos haciendo hasta el momento, mucho más informal” para que el público pueda deleitarse de la gastronomía de uno de los grandes chefs de nuestro país al tiempo que disfruta de conciertos.

Ivan Cerdeño, con una estrella Michellin, recupera en su cocina recetas antiguas con un toque de modernidad

(El chef una estrella Michelin Ivan Cerdeño plasma en su carta la huella que han dejado las diferentes culturas que han pasado por Toledo con una perspectiva actual)

Además, el pasado 16 de septiembre reabrió sus puertas el restaurante Iván Cerdeño, premiado con una estrella Michelín y que forma parte de la oferta del Cigarral. “En este nuevo periodo, se seguirá buceando en los platos del antiguo recetario local, como la Anguila en salsa blanca, plato que se servía a Benito Pérez Galdós en la venta del Circo romano ya por el año 1904, siempre desde el prisma de la cocina actual de Iván”, nos explican .

No es casualidad que las clases más pudientes eligieran la orilla sur del río Tajo para erigir allí sus fincas de recreo: las vistas de Toledo desde allí son insuperables

(Desde la terraza del Parador de Toledo se puede vislumbrar todo el esplendor de la capital de Castilla-La Mancha)

Un parador privilegiado

El Parador de Toledo es un antiguo cigarral ubicado en el llamado Cerro del Emperador, una de las laderas más privilegiadas de la zona y que ofrece unas impresionantes vistas sobre la ciudad desde 1968, fecha en la que fue inaugurado por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne.

El antiguo edificio mezcla en el interior detalles tradicionales con mobiliario moderno. Cuenta con 78 habitaciones, salas para reuniones y eventos, terraza y un restaurante en el que degustar la gastronomía regional, con platos como la perdiz estofada, ‘duelos y quebrantos’ o ‘ponche toledano’, entre otros.

Una de las singularidades del Parador de Toledo es ver su interesante colección de pintura del artista José Caballero (1915-1991), el único pintor español que evolucionó directamente desde el surrealismo a la abstracción.

Vistas a Toledo desde el Hotel Cigarral el Bosque

(La vista que ofrece el hotel Cigarral El Bosque al anochecer de la imponente Ciudad de las Tres Culturas)

Los propietarios del Cigarral El Bosque han convertido el antiguo caserón en un edificio moderno que alberga un hotel de cinco estrellas y un prestigioso restaurante de “gastronomía local con toques de modernidad”. Fueron de los primeros en abrir tras el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus y desde su web animan a las parejas de novios a seguir con sus planes de boda en otoño. Eso sí, con seguridad.

Este histórico cigarral aparece en una obra de Tirso de Molina y fue la antigua vivienda del canónigo Diego López de Ayala que era descendiente del Conde de Fuensalida y famoso escritor de la época. Él fue quien mandó plantar el bosque que da nombre al actual hotel.

 

El cigarral Santa María, propiedad del chef Adolfo, fue el lugar elegido por Carlos V para observar su imperio

Atardecer desde la terraza del Cigarral Santa María, lugar elegido por Carlos V para observar su imperio

(Atardecer desde la terraza del Cigarral Santa María, lugar elegido por Carlos V para observar su imperio)

En esta singular ruta por los Cigarrales no puede faltar el de Santa María, propiedad del prestigioso restaurador Adolfo, donde encontramos el único viñedo urbano de España y uno de los cuatro existentes en todo el mundo. Juega con ventaja con respecto al resto de Cigarrales porque es el más elevado de todos y desde allí las vistas son insuperables. Cuenta la leyenda que fue precisamente ese lugar el elegido por el Carlos V para observar su imperio.

El conocido chef toledano siente pasión no sólo por la gastronomía, sino también por el vino y la bodega del establecimiento demuestra el mimo y cuidado con el que la familia elabora sus propios caldos. Entre la oferta de este singular Cigarral está visitar la bodega y los viñedos. Además, el cigarral de Santa María está especializado en bodas, bautizos, comuniones, reuniones de empresa y todo tipo de eventos. 

El Cigarral de las Mercedes es una espectacular finca de 5 hectáreas con un mirador mágico a Toledo

(Otra imagen mágica de Toledo desde la otra orilla del río, en esta ocasión, desde el Cigarral de las Mercedes)

En los años 90 el aragonés Fernando Lleida –quinta generación de restauradores- y su mujer, la estadounidense Jayne Gunderson, descubrieron el Cigarral de las Mercedes donde montaron su negocio de eventos. La antigua finca se ha convertido hoy en un impresionante hotel y lugar de encuentro. El matrimonio ha recibido múltiples premios por su dedicación, entre ellos el de la Federación Española de Hostelería.

Hotel Abacería, un establecimiento familiar para relajarse con unas vistas insuperables

(El hotel Abacería es un establecimiento familiar en el que puedes descansar en una habitación con vistas insuperables)

La mayoría de estos establecimientos basan su negocio en la celebración de bodas y eventos, una actividad mermada por pandemia del coronavirus. Mientras tanto sobreviven como pueden a la espera de tiempos mejores. Aránzazu Alonso, directora del hotel boutique Abacería, nos cuenta que en este mes de septiembre mantienen abierta su magnífica terraza, con vistas a la ciudad, en la que los viernes y sábado por la noche continúan sirviendo carnes a la brasa (presa, entrecot, chuletón madurado, hamburguesa de buey...) junto a su especialidad, unas exquisitas croquetas caseras de jamón ibérico. 

Menos suerte ha tenido Inma Calero, segunda generación de propietarios del Cigarral del Pintor, un coqueto alojamiento rural al que la crisis sanitaria la ha obligado a cerrar sus puertas. Sin embargo, sí mantiene la organización de celebraciones privadas o de empresas. "Contamos con las instalaciones necesarias y personal cualificado que se ocupa de todo y colaboramos con mas de seis empresas de catering, todas ellas con larga experiencia en restauración para bodas, comidas de empresa, cenas de Navidad, cursos, conferencias, congresos, eventos benéficos, showrooms de moda, filmaciones o lo que sea necesario", nos explica.

El Cigarral Hierbabuena está celebrando en estos días pequeños eventos cumpliendo rigurosamente la normativa

(Imagen del Cigarral Hierbabuena)

Con las bodas suspendidas por las restricciones de la pandemia, los Cigarrales toledanos siguen celebrando otro tipo de ceremonias y dada la amplitud de espacio del que disponen, no tienen problema a la hora de cumplir con las restricciones de seguridad y el distanciamiento debido. El Cigarral de Hierbabuena, también de gestión familiar y que cuenta con un restaurante del mismo nombre, ha celebrado en estos días varias comuniones y los invitados han podido disfrutar de las espectaculares vistas al río Tajo y el Valle de Toledo. "Disponemos de cocina propia y somos muy flexibles en cuanto a la personalización de todos nuestros menús, elaborados con materias primas de primera calidad", nos comenta la directora del establecimiento, Rocío López.

A esta singular lista de cigarrales se suman el hotel Los Cigarrales, el Cigarral de Caravantes y el Cigarral de Monte Rey.