Juan Manuel Moreno Bonilla se ha empeñado en copiar a Ayuso y trata de asfixiar a las universidades públicas. Su objetivo es destrozar lo público para favorecer el negocio de lo privado. Mientras las universidades públicas tienen dificultades financieras por la falta de recursos, la ejecución de las obras de las privadas van a un ritmo vertiginoso con el objetivo de abrir sus puertas el próximo curso.

El presidente andaluz del PP no quiere enterarse de que debilitar las universidades públicas supone un empobrecimiento educativo, investigador, cultural y económico. Por cada euro que se invierte en ellas, se generan entre cinco y siete euros de beneficio para la sociedad. Andalucía no puede permitirse un futuro en el que la educación se convierta en negocio privado reservado solo para los que pueden pagar.

Moreno Bonilla lo tiene todo muy bien estudiado. Primero recorta financiación de las universidades públicas y así deteriora su calidad. Su objetivo es favorecer que el próximo curso, miles de estudiantes abandonen las públicas y se vayan a las privadas, que ya estarán operativas. Con menos alumnos en las públicas, Moreno Bonilla, tendrá la excusa perfecta, para seguir recortando recursos.

Dirá que allí hay demasiado profesorado y demasiado Personal Técnico de Gestión y de Administración y Servicios (PTGAS) para menos alumnas y alumnos, y por tanto argumentará que habrá que recortar plantillas y reducir capacidad investigadora, destrozando así el ascensor social y la igualdad de oportunidades. Pero la derecha pensará, que siempre quedará como alternativa la universidad privada.

Una carrera en la privada vale entre 10.000 y 25.000 euros por curso. ¿Cuántas familias pueden pagar esto en Andalucía? Solo las rentas más altas y algunas familias, que se endeudarán de por vida, para que sus hijas e hijos puedan hacer la carrera deseada. Pero la mayoría de las familias andaluzas no podrán hacerlo. Y aquí aparece el verdadero objetivo de Moreno Bonilla, que solo estudie en Andalucía quien pueda pagárselo.

La rectora y los rectores de las universidades andaluzas se han plantado ante los incumplimientos financieros de Moreno Bonilla, y lo van a pelear. Exigen que se cumplan los acuerdos suscritos entre la consejería de Universidad, Investigación e Innovación con los Sindicatos y las Universidades Públicas. El nuevo modelo de financiación universitaria ha cumplido dos años y la Junta de Andalucía sigue sin ejecutarlo.

¿Y qué exigen? Exigen 50 millones de euros más, para hacer frente al pago de nóminas y de complementos salariales. Es lo que se firmó por parte de la Junta. Ese era el compromiso. Sr. Moreno Bonilla deje de regatear y destine lo que se merece la universidad pública andaluza.

El presidente andaluz del PP adeuda mucho dinero a las universidades públicas, desde 2019, los recortes han sido una constante año tras año. Cientos de millones de financiación básica han sido detraídos por la Junta de Andalucía y han sido las propias  universidades quienes las han asumido, en muchos casos, de sus propìos remanentes, estamos hablando de unos 200 millones de euros.

Sin olvidar, el plan de infraestructuras universitarias, que fue anunciado con una gran parafernalia por Moreno Bonilla, pero que ha resultado ser un “timo”. Mientras en el periodo 2020-2023 había 165 millones, el actual se ha quedado en la mitad, en 80 millones, en cuatro años.

Y si hay dinero para que Moreno Bonilla se suba el sueldo dos veces en un año, debe haber dinero para financiar adecuadamente a las universidades públicas andaluzas y arreglar el destrozo que ha provocado.

Y ante ello Moreno Bonilla dirá, ¿y qué destrozo he provocado yo? Pues según la última Estadística de Tesis Doctorales publicada por el Ministerio de Universidades, Andalucía se encuentra entre las últimas comunidades autónomas en tesis doctorales defendidas en áreas STEM, siendo superada por comunidades mucho más pequeñas como Cantabria, Aragón y Extremadura. Este dato es preocupante, ya que esta comunidad podría estar perdiendo capacidad para generar conocimiento innovador, lo que tendría un impacto negativo en su desarrollo económico y social.

Además, las universidades públicas andaluzas, a pesar de contar con centros de investigación punteros en áreas como Biotecnología, Ingeniería y Medicina, están viendo limitadas su capacidad de desarrollo por falta de inversión. A ello se añade que “el ranking de Shangái” sitúa a varias universidades públicas andaluzas entre las mejores del mundo en 37 especialidades, pero esta posición de liderazgo corre el riesgo de verse erosionada si se sigue limitando recursos para investigación y formación de alto nivel.

Y es que Moreno Bonilla sigue a pies juntillas el modelo de Ayuso. La presidenta del PP de Madrid ha decidido hacer desaparecer las universidades públicas. La Comunidad de Madrid es la que menos invierte en sus campus universitarios por alumno, mientras es la primera en recaudación por estudiante en concepto de precios públicos. En 15 años de gobierno del PP, desde 2009 a 2024 el presupuesto en universidades solo ha crecido un 5%, mientras la inflación ha aumentado un 35%.

Más datos. Ayuso solo destina el 0,4% del PIB a la universidad, muy por debajo de la media nacional, lo que tiene ahogadas a las seis universidades públicas. Mientras tanto, hay 14 universidades privadas en Madrid, muchas de ellas con informes incluso en contra.

Y Moreno Bonilla persigue esta idea. Ya ha impulsado cinco universidades privadas, la mayoría en Málaga. Aquí no se apuesta por perfiles tecnológicos ni por la calidad de la enseñanza universitaria, sino por áreas de negocio seguras: carreras sanitarias y grados populares, aunque saturados, como Educación Infantil o Primaria.

Estas universidades privadas tampoco parecen estar enfocadas en la investigación ni en la búsqueda de innovación, sino en el modelo de negocio basado en los grados y especialmente en los másteres, donde hay un buen nicho de negocio para que algunos se forren.

Los rectores están manteniendo una batalla justa por la defensa de la universidad pública; es una batalla justa por el futuro de Andalucía, para evitar que se condene el futuro de muchos jóvenes y es una batalla justa para defender la igualdad de oportunidades.

En Andalucía en los últimos 40 años, se ha disfrutado de un modelo que primaba la universidad pública, un modelo orientado a garantizar la calidad, la igualdad de oportunidades, el ascensor social y al mismo tiempo, vertebraba el territorio. Ahora el PP en Andalucía está haciendo una apuesta sin precedentes por el chiringuito de las universidades privadas.

A Moreno Bonilla no le importa la docencia ni la investigación ni la innovación que realizan las universidades públicas. No le importan su alumnado ni su personal docente e investigador ni tampoco su personal técnico, de gestión y de administración y servicios. Solo le importa el negocio.

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