Sí, llevamos varios años con la cantinela de que la sonda Voyager 2 está abandonando el Sistema Solar, pero que eso sirva para darnos cuenta de lo que grande que es todo ahí afuera. Solo en cruzar la frontera del sistema está tardando años.

Ahora sí

Ahora parece que es la definitiva. Porque la propia sonda ha comenzado a enviar unas lecturas que no dejan lugar a dudas. La Voyager 2 está detectando un importante incremento de rayos cósmicos. 

Esa es la clave. La sonda está abandonando la heliosfera. Es decir, esta enorme burbuja que está bajo la influencia gravitacional y magnética del Sol. Curiosamente, esa esfera nos protege de esos rayos cósmicos que nos abrasarían en segundos. Es la primera capa de protección con la que contamos.

10 años en cruzar

Para que nos hagamos un idea de las distancias de las que hablamos, se considera que la Voyager 2 lleva en esa zona desde 2007. Más de una década en cruzar la frontera. 
Los científicos del centro de Propulsión a Chorro de la NASA aseguran que la Voyager está mandando registros en los que los rayos cósmicos se incrementan en un cinco por ciento en comparación con los tomados hace solo dos meses. 

La Voyager 2 sigue el camino de su hermana, la Voyager 1, que se convirtió en el primer objeto humano en alcanzar el espacio interestelar. En concreto se produjo a finales de 2012, después de haber registrado unos incrementos de rayos cósmicos similares a los que ahora nos envía la Voyager 2.