Ester Muñoz de la Iglesia (León, 1985) se perfila como la posible nueva portavoz del Partido Popular en el Congreso, en sustitución de Miguel Tellado, quien podría asumir la secretaría general del partido. Abogada de formación y diputada por León desde 2023, Muñoz ha escalado posiciones en el PP gracias a su estilo combativo y su alineación con la línea dura de la oposición que lidera Alberto Núñez Feijóo.

Abogada, exsenadora, actual diputada por León y presidenta provincial del PP, Muñoz ha ido ganando peso en el partido de la mano de Alberto Núñez Feijóo, que valora su perfil aguerrido y su capacidad para hacerse oír. Lo que para sus críticos es ruido, para sus defensores es convicción. Lo cierto es que se ha convertido en una de las voces más reconocibles —y polémicas— del grupo parlamentario.

Una de sus intervenciones más sonadas llegó en abril de 2024, cuando comparó la breve retirada de Pedro Sánchez de la vida pública para reflexionar sobre su futuro político con los asesinatos de ETA. El mensaje, publicado en redes, fue calificado de “miserable” incluso por voces del entorno conservador, y tuvo una réplica especialmente dura de Consuelo Ordóñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), quien le espetó: “Dejen de utilizarnos para sus barros políticos”.

Pero ese no ha sido su único momento controvertido. En diciembre de 2023, en plena sesión parlamentaria, se dirigió al ministro Óscar Puente con una pregunta que dejó a más de uno con la ceja arqueada: “¿Se hubiera casado usted si no se hubiera quedado embarazada su mujer?” Y remató: “Toda España sabe que es un feminista de boquilla y un machista de libro”. Las críticas no tardaron en llegar, tanto por el contenido como por el tono.

Muñoz ya había generado revuelo años antes, cuando en una intervención sobre los fondos destinados a la Ley de Memoria Histórica se refirió a la exhumación de víctimas del franquismo como “dinero para desenterrar huesos”. Aunque más tarde matizó que hablaba de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, la frase quedó grabada como otro ejemplo de su estilo sin filtros.

Y hay más. La diputada leonesa ha acusado al Gobierno de “blanquear el machismo”, ha tildado de “cómplices” a ministras socialistas por no haber denunciado al exministro José Luis Ábalos en el marco del caso Koldo, y ha protagonizado duros cruces con figuras del Ejecutivo como Yolanda Díaz y María Jesús Montero. En redes sociales mantiene un tono igual de duro, con ataques casi diarios al PSOE y mensajes dirigidos a su electorado más movilizado.

Un estilo combativo para un PP en pie de guerra

Muñoz se mueve bien en el barro político. Sabe qué frases van a circular por redes y qué tono conecta con el electorado más combativo del PP. En sus intervenciones no escatima en adjetivos ni en sarcasmo, como cuando acusó al Gobierno de “blanquear el machismo” o cuando ironizó sobre la vicepresidenta Yolanda Díaz, calificándola de “influencer de TikTok”. También ha lanzado dardos a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recordándole sus vínculos con el exministro José Luis Ábalos en el marco del caso Koldo.

Más allá de los enfrentamientos con ministros del PSOE, Muñoz ha sido una de las portavoces más activas en la denuncia de la ley del "solo sí es sí" y sus consecuencias judiciales. También ha criticado duramente las negociaciones del PSOE con Junts y ERC, especialmente en lo que respecta a la amnistía y a las cesiones fiscales a Cataluña. En todos esos asuntos, ha adoptado una línea intransigente, marcadamente nacionalista y centralista, en sintonía con el sector más duro del PP.

Pero su tono no siempre es bien recibido en el propio partido. Algunas voces internas, especialmente las más moderadas, ven con preocupación que el estilo Muñoz se imponga como la norma en la bancada popular. Todo ello ha convertido a Ester Muñoz en una figura incómoda para muchos dentro y fuera del Congreso, pero también en una de las más mediáticas del PP. Su perfil se ajusta al momento actual del partido: una oposición sin matices, donde la batalla política se juega tanto en el hemiciclo como en el trending topic.

En el entorno de Feijóo reconocen que su nombre está sobre la mesa para asumir la portavocía parlamentaria. No sería una elección neutra ni conciliadora. Pero sí coherente con la estrategia de confrontación que, por ahora, parece marcar el rumbo del PP en la oposición. En tiempos de mensajes breves y emociones fuertes, pocos saben moverse como ella.

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