Este miércoles se publicó El chico de las musarañasel libro de Ana Obregón y su hijo Aless Lequio, justo tres semanas después de que la actriz y bióloga se convirtiese en centro de la polémica tras desvelarse que había sido madre por gestación subrogada de una niña que es genéticamente hija de Aless.

Fue el joven quien comenzó a escribirlo cuando fue diagnosticado de cáncer, y su madre se ha encargado de terminar de redactarlo tras su fallecimiento en 2020, añadiendo su propia experiencia enfrentándose a la enfermedad de su hijo. Uno de los mayores reclamos del libro es leer los textos íntegros que escribió Aless antes de fallecer, unas 20 páginas. 

La publicación, que está firmada por ambos, ha tenido una campaña de promoción que no ha podido ser más intensa con las últimas polémicas en las que ha estado envuelta Obregón, pero que le han llevado a lanzar la segunda edición cuando aún estaba en preventa. A través de su cuenta de Instagram, la intérprete ha publicitado el libro y ha agradecido el éxito de ventas, recordando que los beneficios de autor irán destinados a la Fundación Aless Lequio, creada para para investigar el cáncer infantil y de jóvenes.

"El día en el que sin saberlo empezamos a morir los dos"

El libro arranca con el día que le diagnosticaron la enfermedad, el 23 de marzo del 2018: "Era un puto 23 de marzo de 2018, como lo bautizamos entre risas durante tu enfermedad, el día en el que sin saberlo empezamos a morir los dos", narra Ana Obregón, que asegura que estaba en un momento pleno de su vida, en "el único papel que había dado sentido a mi vida" era el de madre.

Obregón se preparaba para un evento, cuando recibió una llamada inesperada de su hijo: "Mamá, me muero de dolor, me voy a urgencias", horas después el joven era operado de urgencia de un absceso. "Acompañé a mi hijo hasta la puerta del quirófano. Él me miraba buscando seguridad. Ese día sin saberlo me convertí en el espejo que siempre miraba para tranquilizarse a lo largo de sus dos años de lucha".

Cuando le comunicaron el diagnóstico de un tumor, la actriz y su hijo estaban en la misma habitación de hospital en el que había nacido 25 años antes. "Había juntado cruelmente el día más feliz de mi vida con el peor. No podía ponerme en pie, las piernas se me doblaban", relata Obregón.  

Pensamientos suicidas de Ana Obregón

Tras meses de tratamientos, finalmente el 13 de mayo de 2020, Aless Lequio falleció en un hospital en Barcelona. Ese fue el peor día en la vida de Ana Obregón: "Solo recuerdo que me quedé horas abrazada a mi hijo hasta que me lo arrancaron de los brazos para llevárselo para siempre", recuerda.

"Salí al balcón. Un séptimo piso, la decisión era firme. Me empiné sobre la barandilla que no era muy elevada. Si me lanzaba al vació, seguiré viviendo contigo eternamente. Saltar hacia el abismo era mi única opción para seguir viviendoAlcé una pierna, pasándola al otro lado mientras me sujetaba con las manos firmemente a la barandilla. Entonces me dispuse a empezar el mismo recorrido con la otra pierna", detalla la presentadora. Fue entonces cuando Alessandro Lequio, padre del empresario, llamó a su puerta y la detuvo: "Ana, abre, ¡por Dios. Tienes algo importante que hacer. ¿Recuerdas lo que nos pidió Aless, su última voluntad?".

Las últimas voluntades de Aless

La presentadora afirma estar dispuesta a cumplir todos los deseos de su hijo, es por ello que continuó con sus escritos: “Mami, cuando me cure y gane suficiente dinero con mi empresa Polar Marketing para vivir y poder retirarte, me dedicaré a mi verdadera pasión, escribir”, escribe sobre lo que le expresó Aless.

Ana Obregón confiesa que su hijo pidió a su familia que le ayudara a cumplir su deseo de tener descendencia: "Nos dijo: 'mamá, papá... si me pasa algo, acordaos de la muestra que dejé en el laboratorio de Nueva York. Quiero tener hijos, aunque ya no esté. Es mi deseo. Prometedme que lo vais a hacer, por favor".

"Durante tres años he guardado en secreto tu testamento, ese pacto que hicimos en el hospital que solamente sabíamos tu padre, tus tías y yo. He luchado sola en silencio para conseguir lo imposible y esa ilusión me ha perdonado la vida cada día de mis tres años de duelo por ti. Te prometí que te salvaría y no pude cumplirlo. Te juré en el hospital que cumpliría tu última voluntad, y ese milagro se ha hecho realidad", explica.

La ayuda del rey emérito

Entre las anécdotas que se se relatan hay una relacionada con la Casa Real. Tras varios meses en Nueva York, Ana Obregón y su hijo debían abandonar Estados Unidos ya que les comunicaron que no podían seguir en el país. Ella relata cómo contactó con su expareja y padre de su hijo para que contactase con el rey de España: "Llama a Felipe, para algo es tu primo o lo que sea, no estoy pidiendo un favor ni cometer un delito, solamente adelantar una cita para que nos den un permiso médico para estar en Estados Unidos". 

Alessandro Lequio habría contactado con el monarca y, como "tardaba en contestar", Olimpia, la prima hermana de Juan Carlos I, acudió al rey emérito. "Le faltó tiempo para ayudar a una madre desesperada por salvar la vida de su hijo", agradece Obregón.