Carlota Corredera se ha sincerado como nunca y ha reconocido que su exposición en televisión, y especialmente por su defensa del feminismo, le ha llegado a pasar factura. La periodista fue una de las entrevistadas más recientes del podcast de éxito Estirando el chicle.

La presentadora de Telecinco hizo balance con Carolina Iglesias y Victoria Marín de la repercusión mediática, y hasta política, que tuvo el documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, protagonizado por Rocío Carrasco.

“Sigue habiendo una televisión muy machista”, reconoció la gallega, haciendo repaso de los programas que se hacían en la década de los 2000, como Crónicas Marcianas o Missisipi, cuyos contenidos “no se podrían hacer ahora”.

Al rememorar cómo paso de estar detrás de las cámaras a ser el centro de atención de las mismas, reconoció que no estaba mentalmente preparada para ser el blanco de las críticas:  “Ser presentadora es una puta locura, tienes que ser de una pasta para soportar que todo lo que hagas es mal. Yo llegué un momento que dije, pero qué tengo que hacer para que no me den hostias”, valoró.

“Ahora mismo llevo sin presentar Sálvame y sin salir en la tele dos meses y medio y me sigo encontrando con titulares demoledores sobre mí”, aseguró sobre su abrupta marcha del programa de Telecinco, diciendo a la par que no ha vuelto a verlo desde entonces.

El impacto de Rocío Carrasco

No obstante, su carrera como presentadora rozó la cima al conducir la docuserie y convertirse en una ferviente defensora de la hija de Rocío Jurado y su desgarrador testimonio que, a su vez, supuso un antes y un después en la historia televisiva de España a la hora de dar visibilidad a la lucha contra la violencia machista.

“Yo no entendía por qué ella sonreía si le faltaban sus hijos. Yo misma tenía todos los prejuicios del mundo. Al final hay mucha ignorancia. Yo como me iba a imaginar todo su relato y todas las violencias que ha sufrido”, empezó diciendo sobre Carrasco.

Las cosas más terroríficas de mi vida me han pasado al ser la cara de la docuserie (…) La alfombra de mierda que ha levantado Rocío es muy fuerte. En este país una madre tiene que estar siempre por detrás de los derechos de sus hijos. Y en nuestra cultura es muy difícil entender para mucha gente que Rocío no perdone a su hija”, continuó valorando.

“Yo he vivido seguramente las partes de la historia más oscura de mi vida profesional tras dar la cara por las mujeres y por Rocío. El precio que he pagado es muy alto. Pero hoy en junio de 2022 digo que lo volvería a hacer porque soy una privilegiada. Estoy super orgullosa de lo que se ha conseguido”, celebró.

 

Acto seguido, volvió a recordar la exposición mediática a la que estuvo sometida Rocío Carrasco por dos décadas por culpa de su entramado familiar y vida personal: “En este país hay una prensa negacionista. Lo que hay que hacer es no callarse ante la ola machista que nos invade por todas partes, lo único que quieren es que les hagamos caso todo el rato y les hagamos el altavoz. Me niego a entrar ahí”, sentenció.