La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y su Gobierno han decidido declarar la guerra a los sanitarios de la región. No contentos con las constantes faltas de respeto, este miércoles la presidenta madrileña daba un paso más en su lucha, olvidando ese mantra de ‘libertad’ y prohibiendo colocar pancartas en los centros de salud –también amenazaba con controlar su jornada laboral-.

Relacionado Ayuso amenaza a los médicos: controlará su jornada laboral y prohíbe las pancartas en los centros

Una drástica decisión que ha generado una multitud de críticas a lo largo y ancho de todas España, aunque el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sigue sin desautorizar a su baronesa más fuerte, pese a que los populares son conscientes de que esta guerra abierta contra la Sanidad Pública puede trastocar las aspiraciones electorales del gallego.

Sin embargo, la prohibición de Ayuso, como era fácil de prever, ha acabado derivando en el conocido como efecto Streisand, que se produce cuando un efecto de encubrimiento o de censura de cierta información fracasa y acaba produciendo el efecto contrario. En este sentido, a lo largo de toda esta semana en las redes sociales se han promovido varias acciones para empapelar los diferentes centros de salud de la Comunidad de Madrid de pancartas denunciando el desmantelamiento de la Sanidad Pública por parte del Gobierno de Ayuso.

De esta manera, entre todas las iniciativas que se han promovido, especialmente destacable ha sido el del Centro de Salud de Puerta del Ángel, ubicado en el centro de Madrid, que este sábado ha amanecido lleno de manos blancas que simbolizan a los vecinos y vecinas del barrio y el siguiente lema: “Dentro están las manos que nos cuidan”.

La justificación del Gobierno de Ayuso

Volviendo a la prohibición del Gobierno de Ayuso, este miércoles, tan solo tres días después de la histórica manifestación del domingo en defensa de la Sanidad Pública, la Consejería de Sanidad de la región, que dirige el polémico Enrique Ruiz Escudero, publicaba una resolución "para garantizar un uso adecuado de los centros de salud" por la huelga que mantienen desde hace casi tres meses los trabajadores de Atención Primaria de la región.

De esta manera, el Gobierno madrileño prohibía la pega de carteles y pancartas en defensa de esta lucha o la recogida de firmas en el interior de los centros al mismo tiempo que amenazaba con hacer inspecciones para evitar que esto se produzca durante su actividad profesional. Según Sanidad, esta medida se ha tomado tras "detectarse" que "durante el transcurso de la jornada laboral" se están desarrollando "actividades distintas a la atención sanitaria" por las protestas