El Partido Popular teme que las bravuconerías de Isabel Díaz Ayuso y su Gobierno contra los sanitarios pasen factura a las aspiraciones electorales de Alberto Núñez Feijóo. Pese a que de puertas para fuera el mensaje de los populares sigue siendo de unidad, lo cierto es que cada vez hay más discrepancias entre la lideresa madrileña y la dirección de Génova.

Prueba de ello es la información que este martes publica el periódico 'El Mundo', en la que se asegura que el PP ya admite “preocupación” por la “gestión” del conflicto en la sanidad madrileña. “Es lo único que nos daña”, llegan a admitir fuentes populares al citado rotatorio.

Una información, la de El Mundo, que llega solamente un día después de que Ayuso -y su Gobierno, con Enrique Ruiz Escudero a la cabeza-, fiel a su estilo, mantuviera su tono beligerante contra los sanitarios e hiciera de menos a la histórica manifestación del domingo en contra del desmantelamiento de la Sanidad Pública a la que acudieron más de 250.000 personas, según Delegación del Gobierno, y cerca de un millón, según los organizadores.

Para ser más precisos, Ayuso, desde Israel, volvió a acusar a la izquierda de orquestar la manifestación, vinculándolo a la “frustración” de estas formaciones y asegurando que la marcha no tuvo “nada que ver con la realidad”. “Me han llamado terrorista sanitaria, asesina, decían que querían abrirme las tripas... cuestiones que demuestra la frustración de la izquierda para movilizar a un electorado que es consciente de que están ahora mismo sin un solo motivo para ir a las urnas”, subrayó la presidenta madrileña.

Asimismo, y pese a la gran cifra de personas que asistieron a la marcha -a la que hay que sumar también la que se produjo en noviembre del año pasado, también contra el “desmantelamiento” del sistema sanitario madrileño-, Ayuso negó también que la manifestación del domingo fuera un éxito. “Quizás fue un éxito para aquel que pretende tener algún motivo para decirle a los suyos que tienen que ir a las urnas. Para el conjunto de los españoles, y desde luego de los madrileños, no lo es”, manifestó.

Unas declaraciones a las que hay que sumar las de Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que volvió a disparar contra los sanitarios, asegurando que “la convocatoria de la manifestación era puramente política” y que esas imágenes no iban a cambiar la “estrategia sanitaria” del Gobierno madrileño.

Sin embargo, Escudero no solo se quedó ahí, ya que acusó a Amyts, sindicato convocante de los paros de la Atención Primaria que llevan en huelga desde el 21 de noviembre, de estar prolongando la huelga única y exclusivamente por razones políticas: “Sin ninguna duda”. “No tienen ninguna voluntad de acuerdo. Cada vez que llegamos a un preacuerdo o nos acercamos vienen con una reivindicación nueva. Esto responde a algo que no es estrictamente sanitario o de organización de los centros de salud. Cada vez que hay una reunión, hay una nueva reivindicación”, denunció Escudero, que una vez más no quiso asistir a la reunión de este lunes del comité de huelga y la Consejería de Sanidad.

Unos ataques a los que se sumaba también Enrique Ossorio, vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, que no dudaba en quitar importancia a la manifestación del domingo: "Desde hace un año se ha mejorado el sueldo medio de médico de familia en 3.800 euros. Da igual lo que ofrezcamos (...) Esta huelga no es nada. En Madrid hay 84.000 profesionales sanitarios y la huelga la secundan 50, según datos de seguimiento".

Génova se desmarca de Ayuso, pero tibiamente

En Génova, conscientes de que esta cruzada del Gobierno madrileño puede perjudicar a Feijóo también, se han apresurado a desmarcarse de las declaraciones de Ayuso, aunque evitando chocar directamente con la presidenta madrileña. En este sentido, este lunes el portavoz de la campaña del PP, Borja Sémper, apostaba por un tono mucho más moderado y didáctico, asegurando que respetan “absolutamente cualquier manifestación, siempre que sea pacífica y respetuosa”. “La posición del PP es la que yo le acabo de decir. Cómo se manifiestas otros líderes políticos tendrá usted que preguntárselo a ellos, pero la posición del PP es la que yo he dicho”, insistía Sémper.

De esta manera, sabedores del poder que tiene Ayuso dentro del organigrama del PP, y con la guerra civil contra Pablo Casado todavía muy reciente, el entorno de Feijóo ha optado por no rivalizar con la lideresa madrileña, sino admitir el problema sanitario pero elevarlo a un plano nacional. “Las encuestas nos parecen importantes, pero no fundamentales, son otros elementos para interpretar. Es lógico que exista una preocupación en toda España con lo que está sucediendo con la sanidad”, subrayó Semper, apostillando que “este es un problema que nos interpela a todos”.

Mientras tanto, el Gobierno de Ayuso apunta fuera de su territorio y echa en cara a Sánchez otras movilizaciones, como la del personal de justicia. "Esto es política. Nadie habla de la huelga en los juzgados, que es más grave", esgrimen en declaraciones a ElPlural.com fuentes muy cercanas a la dirigente popular que, preguntadas por si creen que esta situación puede afectar a la marca popular regional de cara a los comicios de mayo responden de esta manera. "Falta mucho para las elecciones. Los de enfrente se mueven y nosotros también. Por el momento, vamos ganando, pero no hay que relajarse", sostienen.

Ferraz redobla la presión

Aprovechando la coyuntura y el éxito de la manifestación del domingo, el PSOE enarboló este pasado lunes la bandera de la defensa de la Sanidad Pública frente a la “austeridad” de los gobiernos del Partido Popular. Así, los socialistas decidieron situar a María Jesús Montero, vicesecretaria general y ministra de Hacienda, en el atril para trasladar el mensaje y exhibir el legado que su formación ha dejado en el sistema público de salud desde la etapa de Felipe González.

La comparecencia de Montero fue monotemática. Sanidad, Sanidad y Sanidad. Ferraz ha visto el filón y se lanzó a la yugular de un PP que niega efectos adversos en el plano electoral por la gestión de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. De esta manera, la 'número dos' socialista expuso que detrás de la gestión privada de la que tanto alardean los conservadores subyace un ánimo de lucro que, a su vez, destila una “selección negativa de pacientes”. Relato construido, no sin antes remarcar que los populares basan su estrategia en un “debilitamiento” del sistema que genere “desapego” entre la ciudadanía para que se normalice la derivación a la privada.

De las debilidades del sistema a manos del PP pasó a las medidas planteadas por el Gobierno de Pedro Sánchez. Montero estableció la primera comparativa en la parcela presupuestaria, donde el PSOE gana por goleada. Los datos hablan por sí solos: el crecimiento en inversión entre el último proyecto de cuentas públicas de Rajoy y el del Ejecutivo de coalición de 2021 es de un 145%. Montero se apresuró a matizar que no todo el montante incide en el sistema público de salud, al tratarse de una competencia transferida a las autonomías.

La ministra de Hacienda pormenorizó las iniciativas del Ejecutivo orientadas a la mejora del sistema de salud, como los programas del servicio nacional de salud los de salud mental, incremento de la inversión para que las universidades oferten más plazas de medicina o incluso el crecimiento en las plazas del MIR. Un resumen que derivó en una idea contundente: “El PSOE es la principal garantía para que no haya un sistema para pobres y otro de seguros privados para privilegiados”.