Madrid fue un clamor el domingo. Las cifras bailan, como en toda manifestación que se precie, pero lo cierto es que la defensa contra el “desmantelamiento” de la Sanidad Pública en la región fue masiva. Un filón para la izquierda en su batalla contra un Partido Popular que asegura no estar “preocupado” por el seguimiento, aunque en ciertos sectores conservadores llaman a no bajar la guardia. En base a ello, en Ferraz han olido la sangre y se disponen a redoblar la presión sobre el PP a tres meses de las elecciones municipales y autonómicas con un mensaje claro: la Sanidad Pública es coto de caza vedado del PSOE.

Sobre esta premisa la maquinaria socialista diseña el nuevo campo de batalla. En Ferraz asumen que el seguimiento de la manifestación de noviembre no fue flor de un día, sino que la preocupación por el sistema público de salud es estructural. Por este motivo, este pasado lunes se dejó caer por la sala de prensa del cuartel general socialista la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. El mensaje requería de un tallaje especial, el que concede una figura de la entidad de la que ex consejera de Salud de la Junta de Andalucía entre 2004 y 2013.

El PSOE ha tocado la corneta e irá con todo su potencial a transmitir con claridad el mensaje de que la formación socialista siempre ha sido “garante” de una Sanidad Pública de calidad. De hecho, toda la comparecencia de Montero y la reunión del Comité Ejecutivo federal previa pivotaron sobre este eje. Del cónclave ordinario emanó una declaración de “compromiso” con la Sanidad de la que se desprende un aviso a los conservadores para no transgredir según que “líneas rojas”.

Compromiso con lo público

“El PSOE quiere trasladar a la ciudadanía nuestro compromiso con un sistema sanitario que tiene que ser siempre un elemento de distribución de la riqueza”, sentenció la ministra de Hacienda, que advirtió a los conservadores de que la Sanidad “no se vende” a las empresas de “unos pocos”. Montero aprovechó la coyuntura para afear a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la “propaganda” a la que recurrió el pasado fin de semana, manipulación de las palabras de la viuda de Carlos Saura al recibir el Goya de Honor mediante.

Sin soltar el hueso de Sol, Montero atacó el desprecio del Gobierno regional sobre la manifestación del domingo. Ensalzó la valentía de la ciudadanía, que salió a la calle para “denunciar la política de debilitamiento y deterioro” del sistema sanitario a manos del Partido Popular. La privatización no solo se hace por la puerta de atrás sino que es reivindicada”, prosiguió la número dos del PSOE en alusión al tuit del Ejecutivo autonómico.

Para Ayuso da igual quién es el titular del servicio, para nosotros no”, argumentaba la ministra Montero, que reivindicaba el protagonismo de la ciudadanía frente a la “empresa privada”. Los datos reflejan, a ojos del PSOE, una desatención notable por parte del Gobierno regional, que se hace notar en que un tercio de los madrileños cuenta con seguro privado, pero también en la región está a la cola del gasto sanitario per cápita. “Todos los indicadores ponen de manifiesto la ideología que conducen a las actuaciones de Ayuso, mientras los ciudadanos se movilizan contra sus políticas”, apuntó.

Gestión y presión

Aprovechando la coyuntura y el éxito de la manifestación del domingo, el PSOE enarboló este pasado lunes la bandera de la defensa de la Sanidad Pública frente a la “austeridad” de los gobiernos del Partido Popular. Así, los socialistas decidieron situar a María Jesús Montero, vicesecretaria general y ministra de Hacienda, en el atril para trasladar el mensaje y exhibir el legado que su formación ha dejado en el sistema público de salud desde la etapa de Felipe González.

La comparecencia de Montero fue monotemática. Sanidad, Sanidad y Sanidad. Ferraz ha visto el filón y se lanzó a la yugular de un PP que niega efectos adversos en el plano electoral por la gestión de Isabel Díaz Ayuso en Madrid. De esta manera, la número dos socialista expuso que detrás de la gestión privada de la que tanto alardean los conservadores subyace un ánimo de lucro que, a su vez, destila una “selección negativa de pacientes”. Relato construido, no sin antes remarcar que los populares basan su estrategia en un “debilitamiento” del sistema que genere “desapego” entre la ciudadanía para que se normalice la derivación a la privada.

De las debilidades del sistema a manos del PP pasó a las medidas planteadas por el Gobierno de Pedro Sánchez. Montero estableció la primera comparativa en la parcela presupuestaria, donde el PSOE gana por goleada. Los datos hablan por sí solos: el crecimiento en inversión entre el último proyecto de cuentas públicas de Rajoy y el del Ejecutivo de coalición de 2021 es de un 145%. Montero se apresuró a matizar que no todo el montante incide en el sistema público de salud, al tratarse de una competencia transferida a las autonomías.

La ministra de Hacienda pormenorizó las iniciativas del Ejecutivo orientadas a la mejora del sistema de salud, como los programas del servicio nacional de salud los de salud mental, incremento de la inversión para que las universidades oferten más plazas de medicina o incluso el crecimiento en las plazas del MIR. Un resumen que derivó en una idea contundente: “El PSOE es la principal garantía para que no haya un sistema para pobres y otro de seguros privados para privilegiados”.