El asalto a los edificios oficiales contra el gobierno legítimo de Luiz Inácio Lula da Silva (Lula) por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro ha agitado el tablero político no solamente de Latinoamérica, sino de todo el mundo. Las imágenes, que recuerdan a las del Capitolio por parte de votantes de Donald Trump después de que saliera elegido Joe Biden, han sido motivo de condena por parte de muchas personas de diferentes sectores. Como es habitual, una de ellos ha sido el siempre contestatario tertuliano de la Cadena Ser Antón Losada.

El gallego ha llevado a cabo un resumen de los hechos desde la pasada tarde, cuando ocurrieran los primeros incidentes. En este sentido, informaba a través de su perfil de lo que iba sucediendo en el país latinoamericano como, por ejemplo, la intervención de Brasilia. Asimismo, algunos de los mensajes de Losada han ido más allá. “El secretario de seguridad de Brasilia es un reconocido bolsonarista. Salta la sorpresa”, dictaba otro.

El siempre ingenioso ahora tertuliano zanjaba -en el momento de redacción de estas líneas- los hechos con otras dos conclusiones que acumulan miles de reacciones. La primera bien podría ser un dardo hacia las derechas de nuestro país, quienes han cuestionado en reiteradas ocasiones al Ejecutivo de coalición: “Se empieza cuestionando las reglas democráticas, después la legitimidad del otro, a continuación se tolera la violencia y finalmente se asalta el parlamento”.

El otro alegato va directamente contra quienes asumen como “apretada” la victoria de Lula. Un hecho que, por otro lado, de haber sido así no justificaría las acciones perpetradas por los grupos ultras. “Dejad de decir ya que el triunfo de Lula fue ajustado”, emplaza en un primer momento Losada. “Fueron 1,8 puntos de diferencia”, recuerda. “A ver si ahora va a haber que golear en las elecciones”, afea en un tono de hartazgo.

Las derechas, ambiguas con el golpe en Brasil

Los mensajes que llegan desde el pasado domingo por parte de las derechas resultan algunos de ellos, cuanto menos ambiguos. Una de las primeras reacciones de la oposición en España llegó de la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, quien cargó contra el presidente del Gobierno asumiendo que con él “esto ahora es un simple desorden público”.

Tampoco quedó exenta de polémica la respuesta del propio líder de la formación conservadora, Alberto Núñez Feijóo, quien sí manifestó su “apoyo” al pueblo brasileño e hizo “un llamamiento al inmediato restablecimiento del orden constitucional”. No obstante, añadía lo siguiente en una frase poco clara: “No se puede ceder ante los populismos y la radicalidad, que intentan socavar el respeto a las instituciones, la democracia y las libertades públicas”.

Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, también criticó duramente a Pedro Sánchez aprovechando el episodio brasileño. “La democracia nunca está garantizada. Por eso es tan importante protegerla de sus enemigos con una legislación a la altura, que castigue duramente a sediciosos golpistas. Nuestra rotunda condena al asalto a las instituciones en Brasil”, escribía.

Sí que hubo condena después por parte de miembros tanto populares como naranjas. De entre los primeros destaca la del eurodiputado Esteban González Pons, mientras que por parte de los segundos puede subrayarse la del rival de Arrimadas en el proceso de renovación del partido, Edmundo Bal.