Centenares de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido este domingo la sede de los tres poderes de Brasil (el Palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema) en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva. Los manifestantes golpistas han llegado al corazón del poder en la capital brasileña desde el Cuartel General del Ejército, donde permanecían acampados desde que Bolsonaro perdió las elecciones hace ya dos meses. Este asalto de Brasilia supone un grave desafío para Lula da Silva, que tendrá que gobernar un país muy polarizado.

Unas cinco horas más tarde del comienzo del asalto, las fuerzas de seguridad brasileñas han logrado recuperar el control del Congreso y del Palacio de Planalto, con lo que ya han expulsado a los simpatizantes de Jair Bolsonaro de las sedes de los tres poderes del Estado. Han logrado recuperar el control del Congreso a primera hora de la noche empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, tal como ha informado 'O Globo'. Previamente habían desalojado a los manifestantes de la sede del Tribunal Supremo Federal, donde han provocado importantes daños materiales.

El grupo que ha irrumpido en las sedes del poder brasileño, defensor de las tesis golpistas, superaba una barrera policial y conseguía subir la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado. Tal como han informado medios brasileños, los manifestantes han entrado en el Congreso en torno a las 14:40 horas de este domingo y después se han dirigido al Palacio del Planalto, la sede del poder Ejecutivo del Gobierno Federal brasileño, y a la Corte Suprema, el más alto tribunal del Poder Judicial de Brasil.

Los manifestantes, la mayoría vestidos con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también han atacado algunos vehículos de la Policía Legislativa, quienes brindan la seguridad al Congreso. Además, destruyeron barreras de protección y armados con palos se enfrentaron a los agentes que los intentaron, sin éxito, contener.

Lula da Silva, que asumió la presidencia del país el pasado 1 de diciembre, después de que ganara las elecciones frente al ultraderechista Bolsonaro por el 50,9% de los votos frente al 49,1%, se encuentra este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en Sao Paulo. Tal como ha informado el presidente en una comparecencia, pone rumbo a la capital para visitar los palacios que han sido destrozados y ha asegurado que van a investigar quién financió todo esto y estudiarán cómo encauzar lo sucedido.

Organizados por redes sociales

Los seguidores de Bolsonaro fueron organizados en los últimos días a través de grupos de apoyo al expresidente en WhatsApp y Telegram con el objetivo de “rodear Brasilia” y “frenar todo”. Así, abandonaron el asentamiento en el Cuartel General del Ejército sobre las 13:30 de este domingo para dirigirse a la Explanada con carteles en los que se puede leer lemas como “Fuerzas Armadas, cumplan su sentencia” o “Por liberar a Brasil del comunismo”.

Ante el ataque, el secretario de Seguridad del Distrito Federal, Anderson Torres, lo ha condenado y ha asegurado que ha determinado medidas inmediatas para restablecer el orden en el centro de Brasilia.


Lula ordena intervenir la seguridad de Brasilia

Lula, desde Araraquara, ha mantenido una reunión por videoconferencia con los ministros de Defensa, José Mucio Monteiro; de Justicia, Flavio Dino, y de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha. Después, ha comparecido para evaluar e informar sobre la crítica situación que vive el país. Así, ha informado de que ha firmado un decreto para que el Gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia.

El mandatario ha condenado la violencia de las últimas horas, que "no tiene precedentes". "Nunca se ha hecho en la historia de este país", ha lamentado durante un discurso en el que ha recordado sus propias derrotas electorales y ha recriminado a Bolsonaro que haya alentado a sus seguidores y no estuviera en el acto en el que fue investido presidente al ganar las elecciones democráticamente y con ello hacer el traspaso de poderes.

Condena de mandatarios internacionales

Ante lo sucedido, desde España, tanto PSOE como Unidas Podemos han condenado la invasión y han lanzado mensajes de apoyo al presidente brasileño, Lula da Silva. Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Mónica García, Íñigo Errejón son algunos de los políticos que han lanzado sus mensajes a través de las redes sociales, así como los propios partidos han difundido sus palabras.

“Condenamos el asalto de la ultraderecha a las sedes de los poderes del Estado brasileño. Todo nuestro apoyo al presidente Lula da Silva y al pueblo de Brasil. La democracia es más fuerte. La democracia prevalecerá”, ha afirmado el PSOE. Por su parte, Unidas Podemos ha señalado: “Seguidores bolsonaristas intentan tomar el Congreso en Brasilia, en un acto que recuerda peligrosamente al asalto al Capitolio de 2021 en EEUU. Nuestro rotundo rechazo a este ataque y nuestra llamada a que la democracia sea defendida frente al reaccionarismo a nivel global”.

A nivel internacional, representantes europeos, estadounidenses y líderes de Ámérica Latina han lanzado sus mensajes de apoyo a Lula da Silva y de condena al asalto a las sedes del poder en Brasil. Así, han expresado sus muestras de apoyo el embajadore encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, Douglas Koneff; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell; el presidente de Columbia, Gustavo Petro; el de Chile, Gabriel Boric; el de Argentina, Alberto Fernández; el de Cuba, Miguel Díaz-Canel; o el de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso.